
Un relevamiento en nueve barrios populares de seis provincias revela que la mayoría de las familias vive con graves carencias habitacionales, riesgos ambientales y sin acceso garantizado a servicios básicos. La infancia está sobrerrepresentada, mientras que la presencia de adultos mayores es casi nula. La vida misma está en riesgo. La Izquierda Diario
Redacción Ecología y Ambiente
Un relevamiento realizado por ACIJ y La Poderosa en nueve barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Corrientes y Tierra del Fuego revela las duras condiciones de vida que enfrentan miles de familias en el país. El informe expone carencias estructurales que atraviesan desde la infancia hasta la vivienda y los servicios básicos.
Infancias sin futuro asegurado
En los barrios encuestados, entre el 20 % y el 30 % de la población tiene 14 años o menos, mientras que casi no hay presencia de personas mayores de 75. Esto da cuenta de un recorte etario marcado por la desigualdad: la infancia está sobrerrepresentada, pero las condiciones de vida no garantizan un desarrollo saludable ni la posibilidad de llegar a edades avanzadas.
El dato se refuerza con otra cifra alarmante: el 41 % de las familias depende de comedores comunitarios para alimentarse, llegando en algunos barrios al 60 %.
Hogares expuestos y viviendas precarias
El 90 % de los hogares está expuesto a un alto riesgo ambiental, producto de la cercanía a basurales, la proliferación de plagas y la contaminación de los entornos. La falta de infraestructura urbana es una constante: apenas el 27 % de las viviendas se ubica sobre calles asfaltadas y casi la mitad, el 46 %, se encuentra sobre calles de tierra.
La situación habitacional tampoco mejora puertas adentro. Solo el 15 % de las viviendas alcanza una calidad constructiva considerada suficiente. Casi la mitad presenta grietas, filtraciones o goteras, y entre el 20 % y el 45 % carece de agua caliente o de un lavamanos en el baño.
Servicios básicos, un derecho postergado
El acceso a servicios públicos es uno de los puntos más críticos del relevamiento. El 73 % de los hogares vive en condiciones precarias de conexión, calidad o cantidad, y un 11 % directamente no tiene acceso a uno o más servicios esenciales.
La precariedad se refleja en el agua y la electricidad: la mitad de las familias accede al agua mediante conexiones informales —con picos del 95 % en algunos barrios—, mientras que el 63 % se conecta de manera irregular a la red eléctrica. Esta situación no solo encarece los costos, sino que incrementa los riesgos de accidentes y limita las oportunidades educativas y laborales.
Emergencia estructural
El informe expone una realidad que atraviesa a millones de personas en la Argentina: la vida en los barrios populares se sostiene en la informalidad y la precariedad, con derechos básicos sistemáticamente vulnerados.
Mientras se multiplican las promesas de planes de urbanización que nunca llegan, los datos muestran que en la Argentina del siglo XXI, crecer y vivir en un barrio popular todavía significa convivir con el hambre, la falta de servicios y la amenaza permanente de la contaminación. El capitalismo no puede segurar lo más básico para la vida.