LA NACION | OPINIÓN | OBRA PÚBLICA | 30 de julio de 2018 | Jaime Rosemberg
El año pasado, la diputada Elisa Carrió recorrió la villa 31 junto al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta Fuente: Archivo
Frente a las vías del ferrocarril Urquiza, casi llegando a la estación Federico Lacroze, varias grúas y unos quince operarios trabajan a ritmo acelerado en el esqueleto de lo que será un enorme complejo habitacional que albergará a los hoy habitantes de la villa Fraga, ubicada a pocos metros y que hoy alberga a casi 3000 personas, todavía apiñadas en nueve manzanas.
"El edificio va a estar terminado a mediados del año que viene", dice muy serio Juan Maquieyra, el titular del Instituto de la Vivienda de la ciudad (IVC), encargado de los siete proyectos de urbanización de villas que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta piensa tener terminado -al menos avanzado- en coincidencia con las elecciones del año que viene, en las que el hoy jefe de gobierno porteño irá por su reelección.
Mientras camina junto a LA NACION junto a las calles ya asfaltadas de la villa Fraga, Maquieyra asegura que la política de urbanización de villas y asentamientos de Rodríguez Larreta va en serio. Que no sólo se avanzará con este asentamiento, sino además en la villa Rodrigo Bueno, dónde viven más de 2500 personas, el denominado barrio 20 (unas 28.000, en uno de los trabajos que comenzaron durante la gestión de Mauricio Macri ), la villa 31, las familias que viven a la vera del Riachuelo en el camino de Sirga (unas 1400 familias), y sobre todo en una villa emblemática dónde la violencia y el narcotráfico siguen siendo parte de la cotidianeidad: la 1-11-14, en pleno barrio de Flores, dónde viven 53.000 personas según la organización Techo.
"Ahí vamos a hacer un censo, casa por casa. Y vamos a poner una oficina, dónde voy a estar dos veces por semana, para mostrar que el Estado viene, y viene a quedarse", dice convencido el joven funcionario, que es además uno de los referentes del armado que, de manera silenciosa, teje su jefe político, dentro y fuera de los límites de la ciudad.
La política "progre" de Rodríguez Larreta esconde, para muchos, la intención de "ganar votos" en los sectores menos favorecidos del país de cara a las elecciones del año que viene, y más allá. Según un dirigente bonaerense que está muy cerca suyo, "Horacio está en el mejor de los mundos: Mauricio y María Eugenia [Vidal] están con el barro hasta el cuello, y él haciendo obras".
En casi todos los casos, la mano del gobierno porteño incluye la construcción de viviendas nuevas, la apertura de calles y pasillos, y un proceso "participativo" por el cual los propios vecinos definen prioridades de acción, cuenta Maquieyra.
Contrario a la despenalización del aborto, al igual que su "socia" bonaerense, María Eugenia Vidal, el jefe de gobierno porteño acelera la política de urbanización, una política que -reconoce Maquieyra- "a algunos les gusta, a otros no tanto porque creen que les vamos a dar las casas nuevas de manera gratuita, cosa que no va a ser así". Pero el joven funcionario, nacido en La Pampa, cree que la responsabilidad que le otorgó su jefe será en beneficio de los porteños. "Los más beneficiados, además de quienes viven acá, van a ser sus vecinos, porque los barrios enteros van a cambiar", define el titular del IVC.