LA NACION | SOCIEDAD | VILLA 31 | por Nicolás Cassese
Horacio Rodríguez Larreta quiere comenzar el próximo año lectivo con buenas
noticias en un área que le generó mucho conflicto durante los últimos meses: la
educación.
"¿Llegamos no Sole?", le preguntó el jefe de Gobierno porteño a su ministra de
Educación, Soledad Acuña, el martes de la semana pasada. Recorrían las obras del Polo
Educativo María Elena Walsh, la primera escuela pública que funcionará dentro de la
Villa 31, y las dudas de Rodríguez Larreta estaban justificadas. A semanas de que
comiencen las clases, el 6 de marzo, la zona está atravesada por excavadoras anfibias,
paredes sin terminar y obreros atareados. Pero Acuña le aseguró a su jefe que llegaban.
Y Rodríguez Larreta confía.
La estructura de ángulos rectos, moderna y luminosa de la nueva escuela -que tendrá
156 vacantes para nivel inicial y 180 para nivel primario- contrasta con las atiborradas
construcciones que la rodean y es una muestra de los planes de urbanización para la
Villa 31, a la que desde hace un tiempo los funcionarios del gobierno porteño se
empeñan en llamar Barrio 31. En el mismo edificio, junto a la escuela, se está
construyendo la nueva sede del ministerio de Educación, al que calculan tener
funcionando en agosto.
Junto con el Polo Educativo Mugica, que queda a un par de cuadras y también está
siendo reformado para duplicar su oferta de plazas -tendrá 1808 alumnos entre los tres
niveles- el gobierno porteño considera que comienza a saldar una deuda histórica: una
escuela pública dentro de la villa, algo que, al momento, no existe. La escena de los
ómnibus naranjas que todas las mañanas se estacionan en la entrada para llevar a los
chicos a escuelas en otros barrios es una de las más elocuentes de la discriminación en
infraestructura que siempre tuvieron las villas, incluyendo la 31. "Es como si Trenque
Lauquen no tuviese escuelas", explica Rodríguez Larreta comparando cantidad de
habitantes. En la ciudad bonaerense viven 43.000 habitantes, una cifra similar a la
censada en la villa.
Algo similar opina Pablo Vitale, coordinador del área de Derecho a la Ciudad de ACIJ:
"Es auspicioso que se construyan escuelas ya que se comienza a saldar la falta de
vacantes, que es más acentuada en los barrios populares. Pero el proceso en la Villa 31
también fue una oportunidad perdida al no consultar a la población, ni trabajar en las
instalaciones educativas ya existentes", dice.
La urbanización de las villas, con la 31 como ícono más visible, es uno de los grandes
hitos que le gusta mostrar al jefe de Gobierno. Luego de estar ocho años como brazo
ejecutor durante la gestión porteña de Mauricio Macri, Rodríguez Larreta le imprimió
su ritmo frenético y su preferencia por grandes obras de infraestructura al mandato en
la ciudad.