Clarín
OpiniónCecilia Ferrero es Diputada de la Ciudad de Buenos Aires, integrante de la Comisión de Planeamiento Urbano.
La emergencia de salud pública que atraviesa el mundo desde hace varios meses ha puesto en jaque hábitos, costumbres y modos de vida. A diario leemos y escuchamos que si bien es poco lo que se conoce sobre este nuevo virus, la posibilidad de contagio al aire libre es mucho menor que en lugares cerrados. El espacio público se convierte entonces en protagonista central a la hora de pensar en la llamada “nueva normalidad”.
Cuando se habilitaron las salidas recreativas de los niños y las niñas en la Ciudad de Buenos Aires, pero sin que abrieran los parques y las plazas, las veredas se llenaron de bicicletas, patines y monopatines; pronto advertimos que ese espacio resulta insuficiente para el disfrute de ese momento de esparcimiento que se presenta como el único seguro.
Entre las pocas certezas que el contexto de incertidumbre actual nos plantea, sabemos que cada actividad que pueda desarrollarse al aire libre será promovida en espacios abiertos. También sabemos que el transporte público seguirá reservado por mucho tiempo principalmente a las actividades esenciales.
Estas dificultades pueden ser transformadas en virtudes para un nuevo diseño del espacio público y generar las condiciones para que la vida de las personas pueda desarrollarse en su entorno cercano, pudiendo satisfacer la mayoría de sus necesidades de cuidado, alimentación, trabajo, educación y esparcimiento sin necesidad de utilizar transporte público o automóvil.
La "Supermanzana" es una forma de organización urbana ensayada en otras ciudades que aporta soluciones en este sentido, a la vez que mejora la disponibilidad y calidad del espacio público de cercanía a partir de una nueva forma de jerarquización de la red vial.
No es la primera vez que se piensan las “Supermanzanas” para Buenos Aires. En la primera mitad del siglo pasado Le Corbusier recurrió a esa herramienta urbanística para rediseñar el área central de nuestra Ciudad.
Desde hace pocos años este tipo de iniciativas se están aplicando en algunas ciudades, como Barcelona y Vitoria, de la mano del reconocido Salvador Rueda, y proyectos similares que también persiguen ciudades más cercanas y sostenibles están siendo desarrollados en grandes urbes de distintos lugares del mundo, como el caso de París donde el urbanista Carlos Moreno propuso implementar “la ciudad de los 15 minutos”.
Las "Supermanzanas" funcionan como células urbanas, de entre diez y veinte hectáreas, delimitadas por la red vial principal, en cuyo interior se reduce y ralentiza el tráfico motorizado fomentando el uso y la apropiación social de la calle, pudiendo reservarse espacios de escala apropiada para usos temporales comunitarios.
Las condiciones de mejor seguridad vial fomentan no sólo un mayor uso vecinal, sino también la utilización de sistemas sustentables de movilidad, a la vez que la configuración de espacios públicos de cercanía al interior de las “Supermanzanas” promoviendo un estilo de vida saludable, natural, lúdico, interpersonal y comunitario.
Las diversas tramas de la Ciudad de Buenos Aires y sus corredores viales existentes permiten la definición de “Supermanzanas” sin generar alteraciones al esquema de funcionamiento urbano actual. Por otra parte, para su implementación no se requieren costosas obras de infraestructura, a la vez que se produce una considerable mejora de la calidad urbana.
Junto al diputado Agustín Forchieri (Vamos Juntos) presenté un proyecto de ley en la Legislatura Porteña, tomando como antecedente una iniciativa del diputado (MC) Maximiliano Ferraro, para la creación de las “Supermanzanas” en la Ciudad.
El proyecto busca promover, planificar y desarrollar estas células urbanas, permitiendo su consolidación en los diferentes barrios de la Ciudad, a través de nuevas formas de gestión y utilización del espacio público, promoviendo el desarrollo de una escala de economía local, con actividades feriales, culturales, gastronómicas y artesanales.
La coyuntura que atravesamos nos lleva a acelerar las estrategias de planificación urbana que hoy se enfocan en el diseño de ciudades a escala humana. Una nueva visión y desarrollo del espacio público de cercanía puede convertirse en un valioso legado que haya llegado para quedarse cuando la pandemia sea por fin solo un recuerdo.
Cecilia Ferrero es Diputada de la Ciudad de Buenos Aires, integrante de la Comisión de Planeamiento Urbano.