El proyecto, financiado por el Banco Mundial, permitirá reducir un porcentaje importante de los efluentes cloacales e impactará a 4,5 millones de habitantes distribuidos entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires
Comenzaron las pruebas hidráulicas del Sistema Riachuelo, la obra de infraestructura que amplía la capacidad de transporte, tratamiento y disposición de efluentes cloacales como parte del Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo. Se completaron más de 40 kilómetros de túneles que tendrán capacidad para tratar más de 2 millones de litros cúbicos de efluentes por día, que equivale a llenar con líquido cloacal siete canchas de fútbol.
La obra, a cargo de AySA (Aguas y Saneamientos Argentinos), tuvo un costo de $1200 millones de dólares financiados por el Banco Mundial; es la inversión en saneamiento más grande para América Latina y el Caribe otorgada por la organización. Generó más de 1500 puestos de trabajos y permitirá reducir un porcentaje importante de los cloacales, los mayores contaminantes de la cuenca, según indican. De acuerdo con un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la contaminación de la cuenca se compone en un 70% de los efluentes cloacales y lo restante son los residuos sólidos urbanos y los químicos industriales que vuelcan las empresas.
Una demanda por contaminación impulsada por Beatriz Mendoza junto a vecinos de la cuenca llevó a la Corte Suprema de Justicia en 2008 a resolver un fallo de vanguardia que ordenó al Estado realizar una política de saneamiento y recuperación de la zona. A partir de allí se le encomendó a Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo), con competencia entre las tres jurisdicciones –gobiernos de la Nación, provincia de Buenos Aires y ciudad de Buenos Aires–, el saneamiento. La ejecución de la sentencia quedó a cargo del Juzgado Federal N°2 de Morón que en 2011 prohibió la navegación.
El proyecto fue aprobado en 2009 y luego de los procesos licitatorios, su construcción finalmente comenzó en 2015. En el medio, un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) con numerosas objeciones al proceso licitatorio, y la ejecución del proyecto sintetizó la notable disparidad en el avance de los lotes a cargo del Banco Mundial y los del Estado nacional, a lo largo de sucesivos gobiernos.
Hoy, con un acto en el que participaron varios integrantes del Gobierno –incluido el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía Sergio Massa, Malena Galmarini, titular de AySA, los ministros Eduardo “Wado” De Pedro (Interior), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), entre otros– comenzó el proceso de “puesta en marcha”, es decir, las pruebas hidráulicas.
La puesta en servicio está prevista para diciembre de 2023. Una vez en funcionamiento, se estima que, además de mejorar la calidad del ambiente, el Sistema Riachuelo beneficiará a cerca de 4,5 millones de habitantes distribuidos entre la ciudad de Buenos Aires (2.890.151) y los municipios bonaerenses: San Isidro (156.172), Vicente López (256.851), La Matanza (114.426), Morón (80.000), Hurlingham (89.431), Tres de Febrero (233.626), Esteban Echeverría (59.288), Lomas de Zamora (173.509), Avellaneda (214.932) y Lanús (175.689).
Además, como parte del proyecto integral, 24.000 vecinos del barrio 21-24 de la Ciudad accedieron a agua potable y se beneficiaron de obras de desagües cloacales y pluviales y también se ampliaron las conexiones domiciliarias par que 50.000 personas de barrios vulnerables accedan al agua potable en Cañuelas y Marcos Paz, según informó el Banco Mundial que lanzó una web inmersiva que permite “entrar” en la obra y ver el proyecto por dentro.
El Sistema Riachuelo está compuesto por un mega colector, la planta de pretratamiento y un emisario subfluvial. El primero, que terminó de construirse en noviembre de 2022, es el encargado de transportar los efluentes provenientes de la zona sur de la Ciudad y parte del conurbano bonaerense. Son tres túneles que se conectan a una red de más de 30 kilómetros para interceptarlos desechos en el margen izquierda del riachuelo. Para construirlo, se utilizaron tres tuneleras provenientes de Alemania: dos de ellas con el sistema de pipe jacking de 800 mm y 1.100 mm de diámetro y otra, con el sistema TBM del tipo EPB para un túnel desde 3,2 m de diámetro interna a una profundidad variable entre 14 y 24 metros.
Los líquidos del megacolector llegarán a la planta de pretratamiento en el puerto de Dock Sud, frente al Río de la Plata, en Avellaneda. Aquí se realizará el proceso de pretratamiento físico de los desechos. Ingresarán primero a través de unas rejas que retienen sólidos y luego se bombean hacia la planta, que a través de tamices y decantadores removerá los sólidos medianos y finos, arenas y grasas. Informaron que tendrá capacidad para tratar 27 metros cúbicos por segundo, es decir, 2.332.800 metros cúbicos por día, que equivale a llenar con liquido cloacal siete canchas de fútbol.
Los desechos pretratados serán impulsados al emisario subfluvial, un túnel de 12 kilómetros de longitud situado a 40 metros bajo el lecho del Río de la Plata donde, en el último tramo de 1,5 kilómetros, el líquido comenzará a dispersarse a través de 34 difusores que permiten una adecuada mezcla con las aguas del río minimizando el impacto ambiental de la disposición.