Por Matías Alonso
El ACUMAR y el INTI firmaron un convenio de cooperación para desarrollar sensores que midan la contaminación del agua en tiempo real. El proyecto no solo busca controlar a las industrias de la cuenca que vierten efluentes en la cuenca Matanza Riachuelo, sino también verificar la calidad del agua en la zona.
Agencia TSS – A partir de un convenio firmado por el presidente de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), Martín Sabbatella, y el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Rubén Geneyro, se desarrollarán tareas de cooperación entre ambas instituciones para desarrollar sensores que midan la contaminación del agua en tiempo real.
El proyecto tiene tres partes distintas y la primera consiste en realizar un estudio exploratorio para conocer la posibilidad de que empresas nacionales puedan desarrollar sensores que puedan instalarse en las bachas de las industrias de la cuenca que vierten efluentes al Riachuelo, con el objetivo de medir distintas variables que pueden indicar vertidos contaminantes y emitir alertas que sean recibidas en la central de ACUMAR.
Otra parte del convenio consiste en desarrollar un sensor manual para verificar la calidad del agua para consumo humano y si hay presencia de contaminantes de origen biológico. Estos sensados deben poder realizarse en territorio y sin la necesidad de un laboratorio.
El convenio fue firmado por el presidente de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), Martín Sabbatella, y el presidente del INTI, Rubén Geneyro.La tercera parte del convenio consiste en realizar una modelación del comportamiento de los residuos flotantes en el Riachuelo y sobre cómo los afectan diferentes factores, como la marea del Río de la Plata, los retenes instalados por el ACUMAR para la extracción de los mismos y otros no considerados de antemano. Con este último proyecto se pretende que el conocimiento pueda derivar en una mejora de la recolección de los residuos en la superficie del Riachuelo.
ACUMAR es un ente autónomo, autárquico e interjurisdiccional creado en 2006 debido a la situación de deterioro de la cuenca, y está integrado por los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En diálogo con TSS, Matías Parra, coordinador de Ciencia y Tecnología de ACUMAR, dijo: “Este convenio parte de un acercamiento entre dos instituciones: una que brinda soluciones concretas, como es el INTI, y una que tiene problemas concretos para resolver”.
Actualmente, el principal problema de contaminación del Riachuelo está vinculado con el vertido de desechos cloacales sin tratamiento. Para solucionarlo se está construyendo el Colector Margen Izquierdo, que recibirá los desechos cloacales y los enviará a una planta de tratamiento en Dock Sud, que por un emisario los dejará en el Río de la Plata. La obra es la más importante del sistema cloacal metropolitano en 70 años y mejorará el servicio de 4,5 millones de habitantes y posibilitará sumar a otros 1,5 en el futuro.
Según la empresa AYSA, la obra del emisario y los difusores está completa, el colector ya completó 28 kilómetros de los 30 proyectados y la planta de tratamiento tiene un avance de obra de 21%. La obra fue licitada en el año 2008 y cuenta con financiamiento del Banco Mundial por 1200 millones de dólares, lo que equivale a un 50% del costo.
Mediante el convenio entre ACUMAR y el INTI, se espera que en las aguas de consumo se pueda detectar si hay contaminantes provenientes de desechos orgánicos y la presencia de otros componentes tóxicos. Según Parra, “el objetivo es tratar de contar con tiras reactivas que, preparando la solución que corresponde y dejándolo media hora sumergidas, nos puedan indicar si el agua es apta o no para el consumo. Podría ser usado tanto en los barrios como en las unidades sanitarias que hay en todo el territorio de ACUMAR”.
Mediante el convenio entre ACUMAR e INTI se espera que en las aguas de consumo se pueda detectar la presencia de contaminantes provenientes de desechos orgánicos y la presencia de otros componentes tóxicos.
En los vertidos industriales, las variables a medir dependerán de la rama de la industria, pero principalmente deberá medirse oxígeno disuelto, PH, conductividad, y temperatura. ACUMAR tiene cuatro estaciones automáticas que miden los mismos parámetros y reportan cada diez minutos. “Estos sensores nuevos los estamos pensando para el control industrial pero también se podrían usar para multiplicar los puntos de medición que tenemos. ACUMAR tiene unos 70 puntos de toma de muestras manual”, explicó el funcionario del organismo.
“Las funciones de ACUMAR son las de controlar, predecir y recomponer el ambiente. Queremos que el sector productivo de la cuenca, que es uno de los más grandes del país, pueda comenzar a reconvertirse de manera sustentable”, concluyó Parra