Clarín | MARÍA BELÉN ETCHENIQUE
Quieren prorrogar por un año la concesión que vence en diciembre. Después de que lo instalen en Cañuelas, planean hacer un “polo de la tradición” y viviendas.
El Mercado de Hacienda no se irá en diciembre de Mataderos. El Gobierno porteño pidió a la Legislatura que extienda la concesión por un año más. El proyecto de ley ya ingresó y se espera que sea aprobado en las semanas próximas. Tanto funcionarios como integrantes de la sociedad que administra el mercado dicen que será la última prórroga, aunque hasta el momento los plazos jamás se cumplieron: desde 2001, una ley prohíbe la entrada de ganado a Capital.
El Gobierno de la Ciudad, el ex Ministerio de Agroindustria -ahora Secretaría- y el Mercado de Liniers S.A. firmaron en junio de 2017 un acuerdo que ponía a diciembre de este año como fecha de desalojo. Por esos días, un terreno cedido por el Estado y ubicado frente al Mercado Central en La Matanza iba a ser la nueva sede. Pero no prosperó. Después se dijo que Ezeiza era el destino. El intendente Alejandro Granados salió en marzo a darle la bienvenida a los consignatarios, a decirles que estaba dispuesto a recibirlos. Aunque tampoco. Recién hacia fines de junio el traslado entró en etapa de definiciones, con la compra de tierras en Cañuelas.
La reubicación es en un predio privado de 110 hectáreas en la Ruta 6, en las afueras de Cañuelas. Ahí, donde hoy hay sólo campo, deberá trasladarse toda la operatoria de concentración y comercialización de ganado de Mataderos. Según los planes, un tercio de las tierras serán ocupadas por el Mercado de Hacienda y el resto formará parte de un polo agrocomercial. También, se contempla la instalación de una planta de biogás. Consignatarios y funcionarios porteños explican que tal desarrollo demanda tiempo, por lo que es necesaria la prórroga. “Por su importancia económica, el Mercado no puede estar ni un día cerrado. La actividad tendrá que terminar un viernes en Mataderos y empezar un lunes en Cañuelas”, repiten.
En el terreno adquirido, según dijeron consignatarios a Clarín, se están haciendo estudios geológicos, de suelo y de impacto ambiental. En enero empezaría la construcción y la puesta en marcha sería recién en los primeros días de 2020. Dos semanas atrás, el concesionario del Mercado firmó con Agroindustria y el Gobierno porteño otro acuerdo para postergar la salida de la Ciudad al 31 de diciembre de 2019. Ahora ese documento deberá ser ratificado en la Legislatura.
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Mientras tanto, el jueves pasado los legisladores aprobaron en primera lectura una serie de normas sobre qué deberá hacerse en el predio de Mataderos, una vez que la hacienda se mude a la Provincia. El Mercado (mal llamado “de Liniers”, porque queda en Mataderos) funciona desde 1902 y en 1992 fue privatizado. Está sobre tierras nacionales y ocupa, según el registro último de la legislatura, 36 hectáreas. De ellas, el 35% quedará en manos de Nación, que lo usará para la construcción de viviendas y el 65% restante pasará a dominio de la Ciudad de Buenos Aires.
Sobre la porción que quedará bajo dominio porteño hay varios planes. El proyecto de ley aprobado le exige al Ejecutivo de la Ciudad garantizar una solución habitacional a familias que hoy viven en edificios administrativos del antiguo matadero. En forma específica, en la construcción que está detrás de la estatua de El Gaucho Resero, en Avenida de los Corrales y Lisandro de la Torre. Dentro del edificio viejo hay 23 familias, algunas dicen tener título de propiedad, otras certificados; algunas tienen jefes y jefas de hogar con trabajo, otras sin; algunas son segunda o tercera generación de trabajadores del mercado, otras no. Sus situaciones son dispares y el Gobierno estará obligado a suscribir un convenio con ellas.
Además, “la idea general del proyecto es construir un parque temático que se configure como polo de la tradición y la carne”, dijeron fuentes del Gobierno porteño a Clarín. El objetivo es que cuando el Mercado ya no esté, “el predio de Mataderos pueda seguir sosteniéndose en base a su tradición e identidad como porción de campo en la Ciudad”, agregaron. Así está programado armar un museo de la carne, otro del vino; instalar un polo gastronómico; mover la feria que se hace todos los domingos en la Avenida de los Corrales al interior del mercado; y construir una pista de destrezas con caballos; entre otras atracciones. Al respecto, la Legislatura definió que la ocupación del suelo sujeto a concesión no podrá superar el 20% de la superficie de uso público y que la altura de las nuevas edificaciones no podrá exceder los 12 metros.
También los legisladores instaron a que en la configuración del ex mercado se destine superficie para un secundario y una escuela de jornada extendida, las dos de gestión estatal. Todo el proyecto, junto a sus 20 artículos, exige para ser aprobado una doble lectura (votación) y audiencia pública.
Durante el debate, el legislador por Unidad Ciudadana Javier Andrade preguntó sobre cuál era el apuro en votar utilidades para un lugar que recién será desalojado en el futuro. "La rapidez es subjetiva", respondió a Clarín la legisladora de Vamos Juntos Victoria Roldán Méndez, redactora del proyecto. Y agregó: "La ejecución de la ley y las licitaciones que implicará tardan. Tenemos la preocupación de que cuando el mercado cierre esas tierras estén sin funciones".
El mercado nació en 1901, cuando la zona era "las afueras de la Ciudad". Con el crecimiento de la población, lo fueron rodeando casas bajas, depósitos en los que se derretía cebo, frigoríficos, el club Nueva Chicago, Ciudad Oculta y 46 monoblock del barrio Manuel Dorrego. Parte del rechazo de los vecinos a la mudanza, se debe al temor de que el predio quede en el abandono y después sea usurpado. Pero para el retiro de la hacienda aún falta, y hasta diciembre de 2019, los camiones, con las vacas asomando entre las barras de las jaulas, seguirán nutriendo las mañanas de Mataderos.