04/05/2018 - Clarin.com Ciudades
Higiene urbana
La Legislatura aprobó una ley que cambia la zonificación del lugar. Será para residuos secos.
El predio de Goyeneche y Arias, en Saavedra, cada vez más cerca de convertirse en una planta de reciclaje. Los vecinos resisten. Silvana Boemo
En una sesión turbulenta con réplicas puertas afuera del recinto, la Legislatura porteña aprobó este jueves el proyecto del Ejecutivo que permite la incineración de residuos en la Ciudad. Algo que, la propia ley de Basura Cero drásticamente reformada, prohibía desde 2005. En sintonía, y aunque pasó casi desapercibido por la protesta de ambientalistas y recicladores, también se dio media sanción a otra iniciativa oficial que genera el rechazo de los vecinos de Saavedra: la creación de una planta de reciclaje en el barrio.
Hasta febrero pasado, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público no se decidían a confirmar la obra, pero dos meses después el proyecto ya es de público conocimiento y avanza a paso firme hacia su concreción. La idea es instalar una planta de tratamiento de desechos urbanos secos en un terreno que actualmente se encuentra abandonado y que ocupa la manzana comprendida entre las calles Goyeneche, Holmberg, Deheza y Arias.
Vecino de la Plaza Hungría, hace años que el predio funciona como depósito al aire libre de escombros, chatarras e incluso vagones de subte en desuso. Sin embargo, de acuerdo al actual Código de Planeamiento Urbano allí debería ubicarse un espacio verde. Y los habitantes de Saavedra quieren que la ley se respete, y que la plaza nunca construida no sea reemplazada por una planta de desechos.
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Como manifestaron en los pedidos de informe que diligenciaron a las autoridades, los vecinos no se oponen al reciclado, simplemente consideran que el lugar elegido no es el adecuado. Además de pujar por el espacio verde, alegan la nueva obra implicaría sumar cemento a un área inundable, lo que podría agravar los problemas que la zona tiene para absorber naturalmente el agua de lluvia.
Bajo el gran parque que se llama como el barrio corre el arroyo Medrano, el mismo que colapsó durante el temporal del 2 de abril de 2013, cuando cayeron 150 milímetros de agua en una hora, que afectaron a 350.000 vecinos y dejaron seis muertos.
En efecto, en ese predio está pendiente la construcción de un reservorio sobre la cuenca del arroyo, como se hizo en el Sarmiento hace cuatro años, a dos kilómetros de este punto.
El centro de reciclaje que el Gobierno quiere construir en la manzana delimitada por las calles Goyeneche, Holmberg, Deheza y Arias, en Saavedra, es resistido por los vecinos. Silvana Boemo
"Esta obra es inconsulta: nunca pasó por la Comuna ni tampoco se presentó un informe de impacto ambiental. Los vecinos pelearon mucho por la limpieza de esos terrenos y ahora pasa esto”, decía a Clarín Matías Debesa, miembro de la Junta Comunal 12 por el bloque Evolución, cuando el proyecto mostró sus primeros indicios.
En el costado opuesto, la iniciativa obtuvo 36 votos a favor aportados por los bloques de Vamos Juntos, Gen y Mejor Ciudad; cuatro en contra de Suma+ y cuatro abstenciones de la bancada Peronista; en tanto que Unidad Ciudadana no emitió sufragios dado que sus diputados se retiraron del recinto tras el tratamiento de la ley de incineración.
"Funcionará como una línea de separación y acondicionamiento semi automatizada de materiales secos, lo que hará que se alcance un 95% de eficiencia de recupero de los desechos ingresados", argumentaron los defensores del texto. A su vez, detallaron que ocupará el 80% del suelo, sin contar los playones de maniobras y estacionamientos descubiertos.
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"Por el tipo de residuos tratados, estas plantas no generan ningún tipo de olor, ni comportan emanación de gases ni ningún otro contaminante que pueda perjudicar la salud de las personas", justificaron los impulsores de la norma.
En tanto, el centro estará operado por recicladores urbanos de la cooperativa "El amanecer de los cartoneros", que clasificará y separará unas 10 toneladas por hora de residuos secos como cartón, papel, metales ferrosos, plásticos y polietileno expandido.
Aprobado en primera lectura, el cambio de zonificación que habilita la instalación de la planta, ahora deberá pasar por una audiencia pública, para luego volver al recinto y, dada la mayoría oficialista en la Legislatura, aprobarse seguramente sin traspiés.