Puente Ciudad de la Paz: una obra abandonada por el gobierno porteño provoca robos y problemas de tránsito

Se trata del puente que une Palermo con Colegiales y Belgrano. Fue clausurado en enero del año pasado para iniciar obras, pero los trabajos nunca comenzaron. Vecinos denuncian robos y complicaciones de tránsito
29/01/2024. Tiempo Argentino

“¿Denunciar, para qué? Si esta es zona de nadie”, se lamenta en diálogo ante Tiempo Susana, una mujer de 72 años que vive en las inmediaciones del Puente Ciudad de la Paz – Soler, y que su hija sufrió dos robos desde que fue cerrado a mediados de enero de 2023.

Con la promesa de iniciar obras para reforzar su infraestructura que tiene más de cien años, el Ministerio de Espacio Público, que conducía por entonces Clara Muzzio (hoy la vicejefa de Gobierno de la Ciudad) clausuró el paso vehicular el 17 de enero del año pasado, pero los trabajos jamás comenzaron y las inmediaciones del lugar se volvieron inseguras para quienes viven alrededor del cruce. “Durante unos meses había algunos oficiales de la policía pero de repente no vinieron más”, agrega Susana

El puente Ciudad de la Paz – Soler fue construido en 1916 por la Compañía Lacroze para el paso de tranvías, pero luego se retiraron las vías y lo transformaron en un cruce vehicular. Pasa por encima del Ferrocarril Mitre y está ubicado en Palermo, a pocas cuadras de Avenida Cabildo, y conecta a ese barrio con Colegiales y Belgrano.

“El puente de Ciudad de La Paz está cerrado porque está dañado. El daño que tiene no es producto del paso del tiempo ni de las fuerzas de la naturaleza en general. Más bien de algunos seres humanos con nombre y apellido que seguramente han gozado de impunidad después del daño que produjeron”, explica a Tiempo Alejandro Lacreu, vecino del barrio de Palermo. Alejandro es arquitecto y asegura que al permitir el tránsito vehicular sobre el puente, se le agregaron capas de asfalto y hormigón que incrementaron la carga permanente.

“Los daños a los que me refiero son uno o dos cortes que sufrieron partes estructurales del puente, muy probablemente motivados por el exceso de carga entre otras causas. Por muchos años no se limitó físicamente la circulación de vehículos de carga que muy probablemente contribuyeron al daño”, agrega Lacreu.

Desde que fue clausurado el paso vehicular los vecinos quedaron aislados y expresan que la inseguridad se volvió moneda corriente. La zona quedó abandonada y, sin presencia de efectivos policiales, los robos y las complicaciones en el tránsito se naturalizaron.

“Desde una óptica más cultural ese puente tiene un valor patrimonial histórico que merece ser contemplado. Es parte de la identidad de Palermo”, suma el arquitecto y vecino del barrio. “Su presencia, sus orígenes, la tecnología utilizada para su construcción, las historias que alberga, y la variedad de funciones cumplidas así como la variedad en la importancia de las mismas a lo largo de su historia le otorgan ese valor”, termina.

Según lo publicado en el Boletín oficial a cargo de la Dirección General de Interpretación Urbanística (DGIUR) en junio de 2022, aprueba la realización de las «Obras en Patrimonio Arquitectónico y Urbano del Puente Ciudad de la Paz» y afirma que el proyecto busca «la regeneración estructural del puente, teniendo en cuenta su función de uso peatonal y vehicular, conservando su estructura original».

Los trabajos que tendría que haber realizado el gobierno porteño, se basan en la construcción de una «estructura independiente» para soportar «las cargas del tránsito liviano», el repintado del puente en su color original y el retiro de la capa asfáltica y de hormigón armado.

“Hace varios años atrás, para evitar el paso de camiones, comenzaron poniendo limitadores de altura que eran de plástico, u obviamente eran sistemáticamente rotos por los vehículos más altos. El gobierno de la ciudad los fue reemplazando por otros limitadores de plástico, y asi durante varios años”, recuerda a Tiempo Norberto Celesner, vecino que vive sobre Ciudad de la Paz, justo frente al puente.

Si bien no puede precisar la fecha, Celesner recuerda que más tarde el Ejecutivo porteño decidió poner unos pórticos de acero, para, ahora sí, limitar más decididamente la altura de paso. “En la esquina de Dorrego, pusieron un cartel que dice ‘altura permitida 2.10 m’ con excepción de urgencias (ambulancias o bomberos) a 2.50 m. Pero, ¿adiviná la altura de los vehículos que pasaban?”, pregunta con sarcasmo el vecino, al mismo tiempo que recuerda que una vez un camión de bomberos quedo atascado en ese pórtico y también “muchos otros conductores, que se ve que desconocían la altura de sus camionetas”.

Las y los vecinos fueron notificados del cierre un día antes mediante un correo electrónico. Al ver que las obras no avanzaban, al cabo de unos meses los vecinos pidieron una reunión con el Gobierno de la Ciudad.

“Nos citaron en el CGP 14, al que concurrimos unos cuantos vecinos, y nos mostraron un vergonzoso ‘proyecto’ de lo que se pensaba hacer, y también diciendo que en la decisión de la puesta en marcha definitiva, participan Ferrocarriles, La ciudad y El organismo de cuidado del patrimonio de la Ciudad” agrega Celesner y concluye: “Desde entonces, desde aquella lejana reunión, nunca más se comunicaron con nosotros”.

La versión del gobierno porteño sobre el puente Ciudad de la Paz

Tras el largo año sin haber comenzados las obras, la ex ministra Clara Muzzio, una vez designada como candidata a vicejefa de gobierno porteño, se desentendió de sus funciones respecto al Espacio Público y emprendió la campaña electoral. Hoy, las obras deben ser encabezadas por el actual ministro, Ignacio Baistrocchi, pero en principio también se desentiende de ese tabajo.

Tiempo se puso en contacto con fuentes de esa cartera y reiteraron que “la estructura presenta algunas fallas y es necesario implementar un mantenimiento integral de la misma». Al ser consultados sobre la demora en las obras, respondieron que, como es un puente ferroviario, «los trabajos requieren de la aprobación de la Sociedad Operadora Ferroviaria S.E (SOFSE), y de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Según aseguraron, la SOFSE ya certificó el proyecto pero argumentan que todavía no fueron autorizados por la CNRT”.