MARTES 10 DE OCTUBRE DE 2017 • Gonzalo Prado | PARA LA NACION
Se trata de Isolux Corsán, a cargo del primer tramo; el Gobierno asumió el pago de sus proveedores
Cuando los funcionarios a cargo de la evaluación de los pliegos del tramo A de la obra del Paseo del Bajo terminaron con el informe sobre las ofertas ya intuían que podría haber un problema a futuro. La ganadora, Corsán Corviam Construcciones S.A, tenía como uno de sus socios en la UTE a una empresa con un pasado complicado. Se trata de Isolux Corsán S.A, una constructora que en España afronta una causa judicial.
Ahora, la Justicia española terminó de poner contra las cuerdas a Isolux. Mañana será el día D, cuando el Juzgado Mercantil 1 de Madrid, habilite el proceso de venta de activos de la empresa que recibió ofertas hasta el 28 de septiembre pasado. A fin de mes, se sabrá quiénes serán las empresas que se queden con los contratos de la constructora.
En la práctica, la situación generó que AUSA, una empresa del gobierno de la Ciudad, se encargue de los pagos directos a los proveedores de Corsán Corviam, como si tratará de la contratista. Esa situación se encuentra contemplada en el contrato que firmó el Estado con la empresa; dicha cláusula no se encuentra en los otros dos tramos.
Esto también tiene otro motivo. Ante la desconfianza que rige en el mercado con Isolux, la idea de que AUSA pueda realizar esa acción es para evitar un sobreprecio por la posibilidad de que la constructora nunca les pague a los proveedores
"AUSA asumió la administración del Tramo A del Paseo del Bajo de forma directa, garantizando el avance de la obra y el cumplimiento de los plazos originalmente establecidos", explicaron fuentes oficiales consultadas por la situación.
Obra ambiciosa
El Paseo del Bajo es la obra más importante que encaró el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Para llevarla adelante se negoció un préstamo con la Corporación Andina de Fomento (CAF) por U$S 340 millones. En los planos de Autopista de Urbanas de Sociedad Anónima (AUSA) se encuentra terminarla para mediados o fines de 2019.
Se trata de un corredor vial de 7,1 kilómetros que conectará las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata. Estará ubicado entre las arterias Alicia Moreau de Justo - Avenidas Huergo-Madero y tendrá cuatro carriles exclusivos para camiones y micros de larga distancia, lo que permitirá circular más rápido hasta los accesos directos al puerto y a la Terminal de Retiro. Además, contará con 8 carriles para vehículos livianos, cuatro en sentido norte y cuatro en sentido sur.
Altos funcionarios porteños recuerdan que durante todo el proceso de buscó de todas formas que dicha empresa no se quedará con ese tramo. Sin embargo, ahí es cuando comienzan las sospechas. El monto total del contrato fueron $1.500 millones, el más barato de los tres. El tramo B le fue adjudicado a Green - CEOSA por $1.600 millones y el C, de unos $3.100 millones, quedó en manos de IECSA, la empresa por ese entonces de Angelo Calcaterra, el primo de Macri.
IECSA, a su vez, presentó la segunda mejor oferta por el tramo A. Como cada contrato se licitó por orden, primero el A, después el B, y por último el C, de haber caído Corsán Corviam, IECSA no se tendría que haber hecho cargo de ese tramo y no podría haber conseguido el C.
"La verdad que se le buscó encontrar el pelo al huevo para que no se lo quedará esa empresa porque sabíamos que algo así podía pasar. Básicamente nos generamos un problema sin sentido", le dijo a LA NACION una importante fuente gubernamental. Ese diagnóstico fue compartido por otras cuatro fuentes diferentes que se vieron involucradas en el proceso licitatorio.
No obstante ello, también admiten que Corsán Corviam había realizado una oferta mucho menor que cualquiera de sus competidores con el objetivo de generar un cartera de obras para re capitalizar la empresa. Si bien atraviesa problemas financieros, aún tiene a su favor, en diferentes partes del mundo, muchos créditos por obras no cobradas.
El precio de la obra y los créditos a favor fue uno de los motivos por los cuales la CAF apoyo a Isolux para conseguir el contrato. "No se le podía negar la adjudicación por un motivo arbitrario, porque hacerlo es ilegal", remarcaron las mismas fuentes.
El panorama, ahora, para las autoridades porteñas es esperar a ver cuál de los tres escenarios se termina por concretar. El primero es que una empresa compre el contrato con la Ciudad que tenía Isolux por ese tramo. Ahí AUSA tendrá que aprobar la operación. "No se le va a dar la obra así porque sí, tiene que cumplir con todos los aspectos técnicos, de lo contrario cualquier persona con dinero, sin antecedentes en el rubro, puede comprar el contrato y meterse en la obra", afirmaron.
Si esa aprobación no se consigue, la obra se volvería a licitar. Sin embargo eso podría llegar generar alguna demora, algo que no quieren las autoridades porteñas. Por último en los planes existe la posibilidad de que algunos de los otros dos contratistas, o ambos en conjunto, se hagan cargo de dicho tramo.
En cuanto a la posibilidad de que la obra sufra demora, fuentes al tanto de la operatoria negaron esa situación y remarcaron que desde el primer momento, y sobre todo en el tramo A, se llevó adelante un "fuerte control" para evitar cualquier tipo de retrasos.