Mauricio Giambartolomei. 07/07/2021. La Nación
Hoy, más de la mitad de la ocupación de los inmuebles en esa zona de la ciudad corresponden a oficinas y comercios, muchos de ellos cerrados por el impacto de la pandemia de coronavirus.
Con una serie de incentivos para agilizar y facilitar el acceso a la vivienda propia o de alquiler, la ciudad de Buenos Aires se plantea reconvertir el microcentro porteño y que se vuelva un nuevo barrio para vivir. En la actualidad más de la mitad de la ocupación de los inmuebles corresponden a oficinas y comercios, muchos de ellos cerrados por el impacto de la pandemia, tendencia que buscará revertirse con el objetivo de llegar a ser una ciudad de los 15 minutos, una de las políticas de espacio público que tomó mayor impulso con la llegada del coronavirus.
En el Microcentro porteño, solo el 20% de la ocupación de los inmuebles corresponden a viviendas residenciales, el 63% a oficinas y el porcentaje restante a comercios, según un estudio de situación habitacional del Gobierno porteño. El plan oficial es transformar la zona ―que tiene una intensa vida diurna pero que se apaga durante la noche—, otorgándole una amplia mixtura de usos, espacios públicos y comercios de cercanía.
En la promoción de la oferta de inmuebles con destino de vivienda familiar y en facilitar la demanda, trabajará el Banco Ciudad con distintas ofertas de líneas de crédito que serán detallados por la entidad financiera. Estarían más enfocados a personas jóvenes y adultos mayores por las comodidades que les daría un barrio de ese estilo, explican desde el Gobierno.
Los créditos se articularán a través del Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible (Fodus) que será creado como instrumento económico y urbanístico para impulsar la generación de iniciativas públicas, privadas y mixtas. Para su funcionamiento se creará un comité de gestión entre el Gobierno y el Banco Ciudad que será el encargado de administrar los recursos del Fodus cuyo patrimonio estará constituido por los ingresos de lo recaudado por el pago de los derechos provenientes de convenios urbanísticos. Tendrá una base inicial de 60 millones de dólares.
La “ciudad de cercanía” propone tener todo lo necesario a pocas cuadras de la vivienda, es decir, los lugares para trabajar, estudiar, abastecerse, ejercitarse y recrearse, además del transporte y salas de atención de la salud. “Buscamos una ciudad sostenible, con usos múltiples. Pensamos que es momento de profundizar ese camino más allá del difícil momento de la pandemia. Hay que empezar a definir hoy cómo será el futuro a medida que la pandemia quede atrás”, sostiene el secretario de Desarrollo Urbano, Alvaro García Resta.
El microcentro es una de las zonas más golpeadas por la crisis económica que desató la pandemia. Gran parte de los 15.000 comercios cerrados en toda la ciudad como consecuencia de la cuarentena (fueron 20.000 en el pico de las restricciones, pero 5000 se reconvirtieron en la modalidad de venta online) se encuentran en esa zona y el detalle del impacto se conocerá cuando finalice un estudio que está realizando la ciudad.
Los funcionarios que están detrás de este proyecto entienden que es una zona propicia para comenzar a desarrollar la ciudad de los 15 minutos y por eso se lanzará un paquete de instrumentos para facilitar el acceso a la vivienda. Además, en el proyecto que será enviado a la Legislatura para su tratamiento, se incluirá la modificación del código de edificación para que los edificios puedan cumplir con las reformas necesarias y transformen las oficinas en espacios habitables.
Al código de edificación se incorporó un capítulo destinado a intervenciones en edificios existentes para que puedan adaptarse a usos mixtos sin que requieran grandes intervenciones edilicias, pero garantizando las condiciones de seguridad. El apartado incluye criterios sobre los medios de salida, condiciones de accesibilidad, requerimientos de iluminación y ventilación aplicables a cambios de uso del edificio, con o sin ampliación de la superficie.
Entre los ejes principales de la transformación de la zona se encuentra la puesta en valor del patrimonio cultural y paisajístico, la promoción de la locación de micro y pequeñas empresas, la consolidación de la actividad comercial, la ampliación del horario de la actividad gastronómica, artística y cultural y la aplicación de soluciones urbanísticas para la gente. El proceso de búsqueda del proyecto final comenzó hace dos meses con los distintos sectores que tienen protagonismo en la zona.