Silvia Gómez. 29/09/2022. Clarín
Entre sus artículos se introdujeron "enmiendas a algunas erratas del Código Urbanístico". Una de ellas afectará al Área Central.
Es que entre la primera y la segunda lectura se introdujeron varios artículos al proyecto, según se informó, para enmendar "erratas" del Código aprobado en 2018. Esos cambios no fueron tratados en el debate público que se hizo entre ambas votaciones.
La lupa ahora está puesta en una modificación en las alturas permitidas en el APH número 51, conocido también como "Catedral al Norte". Este nombre hace referencia al trazado original que tuvo la Ciudad y la importancia de la Catedral Metropolitana como eje.
Este APH, que incluye a la City porteña, conforma un gran polígono que va desde Florida hasta Leandro N. Alem y desde Plaza de Mayo casi hasta el borde de Plaza San Martín.
"Los edificios existentes no incluidos en el Listado de Inmuebles Catalogados APH51-Catedral al Norte, podrán ser ampliados hasta alcanzar la altura máxima permitida en la zona", dice el artículo 39 de la ley recién aprobada, que este martes entró en vigencia tras ser publicada en el Boletín Oficial de la Ciudad.
Según las normas específicas para este APH, en avenidas se pueden construir edificios de hasta 32 metros de altura y en las calles, de hasta 21 metros.
Según un informe del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), publicado en el Observatorio Metropolitano, en esta zona hay 190 inmuebles catalogados. Algunos tienen protección integral, que preserva las características arquitectónicas y las formas de ocupación del espacio. Otros, protección estructural, que protege el exterior del edificio pero permite modificaciones, siempre que no alteren su volumetría.
Desde la ONG Basta de Demoler dicen que el artículo de la nueva ley que establece cambios de altura en el APH Catedral al Norte fue introducido "con sigilo, el sigilo con el que el Gobierno porteño maneja los temas en los que conoce que habrá oposición ciudadana".
En la ONG aseguran que se trata de una modificación de un aspecto clave del APH, porque la mayoría de los inmuebles de esta zona no están catalogados y podrán ser ampliados hasta alcanzar la altura máxima permitida en la zona.
El autor del proyecto aprobado, el legislador Diego García Vilas (Vamos Juntos), negó que estos cambios sobre el APH número 51 habiliten más construcción o más altura: "Esta modificación es meramente una corrección, se subsanaron erratas. Las alturas no se modificaron, rigen las mismas de siempre, es decir las normas generales edificables", aseguró, ante la consulta de Clarín.
La polémica figura del enrasamiento
En Basta de Demoler entienden que en Catedral al Norte hay edificios que conservan una importancia vinculada a la evolución del Área Central, más allá de si están catalogados o no: "El Gobierno porteño habilita lo que ya habilitó en otros barrios, y es lo que está diezmando construcciones de valor, el enrasamiento", aseguran.
"El Código Urbanístico aprobado en 2018 generó estas situaciones. Permite que se construyan edificios para completar manzanas. Por ejemplo: si en una cuadra hay solo un edificio alto, el código habilita a construir más y "enrasar" las alturas", explican desde la ONG.
Sucede que en décadas anteriores, tanto en este APH específico como en muchos barrios porteños, se otorgaron excepciones que permitieron la construcción de torres que desentonan con sus entornos.
El legislador Matias Barroetaveña (Frente de Todos) afirma que no es la primera vez que se "maquillan" cambios muy importantes como correcciones de "erratas": "Respecto al APH 51, tengamos en cuenta que hay pendiente un convenio urbanístico que tiene que pasar por la Legislatura".
Se refiere al proyecto impulsado por el Gobierno porteño, para firmar un convenio urbanístico que le permita a una empresa levantar una torre de 22 pisos en la manzana de avenida Córdoba, San Martín, Viamonte y Reconquista. Esta torre se enrasaría con una ya existente, construida en la década de 1970. A cambio, el privado cedería parte del terreno para hacer una plaza.
El problema es que en esa manzana se encuentra el Monasterio de Santa Catalina de Siena, una de las construcciones más antiguas de la Ciudad, cuyas obras comenzaron en 1738. Es además Monumento Histórico Nacional.
"Catedral al Norte es uno de los ejes del Área Metropolitana, pleno de actividades económicas y con una accesibilidad única -lo define Andrés Borthagaray, arquitecto e investigador de temas urbanos-. Todos los transportes públicos convergen en este eje. Es una zona que sufrió los cierres durante la cuarentena por la pandemia, la mudanza de oficinas y la irrupción del teletrabajo. Desde hace años sufre también los conflictos en las calles".
Borthagaray destaca que esta zona tiene la particularidad de estar atravesada por construcciones de distintas épocas. "Le ocurre lo mismo que a muchas otras áreas centrales del mundo, en donde también se construye, pero con reglas restrictivas. Porque la conservación es parte vital de estas zonas", afirma.
"En rasgos generales, los cambios de normas que se llevan adelante sin consultas provocan muchas dudas -agrega-. Es necesario pedir opiniones y tomar como guía al conjunto de referentes de una comunidad".
Al mismo tiempo, Borthagaray recomienda usar la tecnología para estudiar qué cambios son aceptables para una zona.
"Hoy la tecnología nos permite conocer cada metro de cada parcela, lo que debería ser un instrumento para estudiar de manera detallada qué intervenciones podrían ser las indicadas -dice el arquitecto-. Hay ciudades donde se lleva a cabo incluso un plano de sombras para identificar cómo las torres afectan el entorno de un barrio o una zona".