LA NACION | BUENOS AIRES
por Valeria Musse
La inauguración del viaducto Mitre trajo alivio al tránsito en Belgrano y Palermo. Ahora, otro tema inquieta a los vecinos: el destino que tendrán las tierras bajo la imponente estructura de hormigón. Algunos denuncian que los usos que se le podrán dar al espacio -que próximamente será concesionado- romperán la fisonomía del lugar. Creen que el desarrollo comercial alterará la zona para peor. En cambio, reclaman más espacios verdes y de acceso público.
"La concesión de las tierras bajo el viaducto promueve los intereses de grupos comerciales, en condiciones que favorecerán al concesionario por 30 años. Los primeros 60 meses son definidos como período de gracia; se empezará a abonar el canon en 2024. El concesionario comienza a facturar mucho antes de pagarle al Estado y, además, podrá sublocar total o parcialmente el espacio", protesta la Asociación Civil Vecinos de Belgrano.
De acuerdo con los pliegos de licitación, prosigue la queja vecinal, el espacio concesionado podría extenderse comercialmente hacia los costados adonde dan los patios traseros de las viviendas. Luego de que más de 1000 vecinos firmaran un petitorio en oposición al proceso, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) pospuso la apertura de sobres para los proyectos del bajoviaducto hasta el 15 de este mes.
Durante varias reuniones en las que los vecinos pudieron opinar sobre el futuro del bajoviaducto, en su gran mayoría optaron por otros destinos no comerciales para esas tierras. "Nos sentimos engañados. Estuvimos participando y ya estaba todo arreglado con anterioridad", reflexionó Héctor Ponce de León, de la Asociación de Vecinos del Bajo Belgrano.
Una de las mayores preocupaciones planteadas en esas mesas participativas fue la seguridad en la zona: que se implementen garitas, cámaras o rejas. También se reclamaron lugares de estacionamiento, cuya falta afecta a Belgrano, y baños para los choferes de colectivos que trabajen en la zona. El segundo entre los pedido más votados fue la creación de espacios verdes públicos, con estaciones de Ecobici, bicisendas y postas aeróbicas. Se sugirió además la instalación de baños públicos.
Edwin Franco participó de esas reuniones, que permitieron opinar sobre los tres tramos en los que se dividió el bajoviaducto. "No queremos ni grandes cadenas comerciales ni lugares bailables. Lo mejor serían espacios culturales y estacionamientos", dijo a la nacion.
De acuerdo con el primer informe elaborado por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la ciudad, en la zona del Barrio Chino solo hubo un 12% de votos a favor de un polo gastronómico y en la zona de clubes (tramo Virrey del Pino/Echeverría), 10%, mientras que en los alrededores del Hipódromo de Palermo no estaba prevista esa posibilidad.
"Próximamente, nuevo espacio para disfrutar". Así anuncian los afiches que hoy "decoran" el bajoviaducto. "El barrio ya tiene mucho desarrollo comercial en las avenidas Del Libertador y Cabildo, pero también es cierto que un espacio verde en la zona, aunque suena poético, puede dar lugar a que se instale gente a vivir", reflexionaba Eduardo Sereno, mientras paseaba a su perro. Luis Benítez, en tanto, husmeaba desde el frente de su vivienda hacia el espacio hoy cerrado de Blanco Encalada y 11 de septiembre. "Que no haya más barreras fue una gran idea", dijo, entusiasmado. Pero lo que habrá frente a su hogar lo tiene confundido: "Primero, nos dijeron que iba a haber un parque y ahora parece que se podrán instalar hasta depósitos y salones de baile nocturnos". Él opta por la primera alternativa. "Se podría crear como un paseo peatonal", agregó.
En una carta de lectores en la nacion, la vecina María Soledad Vivanco mostró su preocupación: "Se habilita la parte inferior del viaducto para nuevos locales comerciales de todo tipo y gastronomía. Esto generará un impacto ambiental negativo enorme e irreversible, sumado un desborde de tránsito que sería peor que cuando teníamos las barreras antes de la obra".
Consultado, el presidente de la AABE, Ramón Lanús, dijo que durante el proceso participativo "fueron muchos los vecinos que avalaron el desarrollo comercial del bajoviaducto". "Queremos que la gente vaya y disfrute del paseo", agregó el directivo, y aventuró que podría ser similar al que funciona hoy en el Paseo de la Infanta.
Respecto del canon que deberán abonar las adjudicatarias, dijo que el período de gracia "no es una bonificación" porque "durante ese lapso deberán hacer grandes inversiones en cada terreno. Lo que no abonan en ese momento queda diferido para después. Deberán abonar el mismo canon, pero dividido en 25 años", explicó.
Una vez cerrada la presentación de las ofertas, una comisión evaluadora las analizará según ciertos criterios: el proyecto urbanístico, de espacio público e integración con la ciudad (pondera el 35%), la inversión que se realizaría (vale el 45%) y el canon sugerido, con base en el planteado por el pliego (pondera en un 20%).