La Nación | Victor Pombinho Soares
Junto al Paseo del Bajo, la traza vial que conectará en trinchera las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata, toma forma también el corredor verde del Parque del Bajo, que promete cambiar radicalmente la zona detrás de la Casa Rosada.
Se trata de un espacio de diez hectáreas entre las avenidas Belgrano, Corrientes, Alem-Paseo Colón y Huergo-Madero, del que se habían apropiado edificios del Estado como la Casa Rosada, el Edificio Libertador (sede del Ministerio de Defensa) y el Centro Cultural Kirchner (antes Correo Central) para su uso como estacionamiento.
Diversas líneas de colectivos también usaban el sector lindero al Palacio de Correos como terminal, lo que sumado a precarias garitas de inspectores y carritos de comida ambulante daba como resultado un espacio público completamente degradado. En 1937, la zona tenía liberado el 90% de su espacio y ocupado el 10%, mientras que en 2009 llegó a tener ocupado el 70% y liberado el 30%, según cifras del gobierno porteño.
El Parque del Bajo unirá con un mismo criterio urbanístico la plaza Presidente Perón (delante del edificio de la Aduana), los jardines de la Plaza de las Armas del Ejército Argentino (delante del Edificio Libertador), la Plazoleta José Razzano, la Plaza Nuestra Señora de las Nieves (en la que estaba el helipuerto presidencial), la Plazoleta Hipólito Bouchard, la Plaza del Correo, la Plazoleta Dr. Carlos Alberto Erro y la Plazoleta del Tango.
El proyecto recupera esas áreas para los peatones, que podrán caminar por la zona seguros y en un ambiente mucho más silencioso y amigable, con amplios senderos rodeados de árboles. Las calles Bouchard, Azopardo y la avenida Rosales se incorporan al parque niveladas y con prioridad peatón. Todo el parque se organizará mediante senderos lineales de punta a punta para poder caminar desde Corrientes hasta Belgrano. También contará con una bicisenda amplia.
"La gran clave de este nuevo parque en el Bajo fue pensarlo desde lo público: reemplazamos playas de estacionamiento que solo usaban funcionarios por un gran corredor verde que van a poder disfrutar todos los que trabajan y circulan en la zona", dice Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte.
"La gran clave de este nuevo parque en el Bajo fue pensarlo desde lo público: reemplazamos playas de estacionamiento que solo usaban funcionarios por un gran corredor verde que van a poder disfrutar todos los que trabajan y circulan en la zona", dice Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte.
"Se pasó de tener una vereda de 60 centímetros a 42 metros para peatones entre Madero y La Rábida. Se generaba una barrera urbana por la cual era difícil transitar", agrega la arquitecta Ángeles Goyanes, supervisora de la obra.
"Se pasó de tener una vereda de 60 centímetros a 42 metros para peatones entre Madero y La Rábida. Se generaba una barrera urbana por la cual era difícil transitar", agrega la arquitecta Ángeles Goyanes, supervisora de la obra.
El caso de la Plaza de Armas es sintomático. Siempre fue una plaza pública, pero el entonces presidente Carlos Menem la cerró en los 90 y sus tres hectáreas eran usadas por funcionarios del Ministerio de Defensa para estacionar alrededor de 500 autos. La plaza estaba enrejada y tenía una veredita de dos metros. Ahora, las rejas desaparecerán y la plaza será pública.
La avenida La Rábida, que pasa por detrás de la Casa Rosada, fue reformulada para mover el helipuerto, que ahora está pegado a la Casa Rosada. Para hacerlo hubo que trasladar varios monumentos; el caso más conocido fue el de Juana Azurduy, que pasó de estar detrás de la Casa de Gobierno a enfrente del CCK. "Todo fue acordado con la embajada de Bolivia, que había donado el monumento, y con el autor, Andrés Zerneri", explica Gabriel Rosales, director de Infraestructura Urbana porteño.
La avenida La Rábida, que pasa por detrás de la Casa Rosada, fue reformulada para mover el helipuerto, que ahora está pegado a la Casa Rosada. Para hacerlo hubo que trasladar varios monumentos; el caso más conocido fue el de Juana Azurduy, que pasó de estar detrás de la Casa de Gobierno a enfrente del CCK. "Todo fue acordado con la embajada de Bolivia, que había donado el monumento, y con el autor, Andrés Zerneri", explica Gabriel Rosales, director de Infraestructura Urbana porteño.
Los arquitectos del gobierno de la ciudad destacan que desde el Parque del Bajo se podrá cruzar a Puerto Madero por una gran escalera nueva del parque lineal que coronará la superficie. "Va a facilitar mucho la circulación, que hoy está impedida. Hay un desnivel grande porque por abajo pasa un ramal del tren Sarmiento que sale a Alicia Moreau de Justo", explica Rosales.
Otra ventaja de la obra reside en que, como los camiones y micros van a pasar en trinchera, los ruidos y la contaminación bajarán notoriamente.