Página 12 - ECONOMÍA - 23 de septiembre de 2019 - Por Raúl Dellatorre
El intento de traspaso del puerto de Buenos Aires al gobierno de Larreta y el negocio inmobiliario que hay detrás
Con la certeza de que no podrán retener el gobierno nacional, aceleran el proyecto de traspaso del Puerto de Buenos Aires a la Ciudad y la transferencia de terrenos bajo su jurisdicción. El amigo presidencial, pieza clave de la operación.
Los resultados de las elecciones primarias simultáneas (PASO) apuraron los tiempos. Las autoridades nacionales y del Gobierno de la Ciudad están acelerando los pasos para avanzar, antes del fin del mandato de Mauricio Macri, en dos aspectos de primera relevancia para Cambiemos: la incorporación del Gobierno de la CABA a la administración del Puerto de Buenos Aires (hoy bajo control federal exclusivamente) y la transferencia de terrenos de la zona denominada Puerto Sur (más de 110 hectáreas) al gobierno nacional de la Ciudad con el fin de su explotación inmobiliaria. Una cuestión que no es ajena a la ejecución de estos proyectos es la controvertida licitación del Puerto de Buenos Aires. Ya está lanzada y tiene fecha fijada para la apertura de sobres de propuestas el 2 de diciembre, apenas una semana antes de la fecha prevista para la conclusión del actual mandato. El nexo con el tema anterior es que el pliego permite “liberar” del servicio portuario a los terrenos apetecidos para el negocio inmobiliario. Todo indica que el candidato más firme a la adjudicación de la terminal única que prestará los servicios portuarios (actualmente son tres concesionarios), sería la empresa PSA de Singapur, que cuenta como uno de sus principales impulsores nada menos que a Nicolás (Nicky) Caputo. No casualmente, uno de los mayores desarrolladores de proyectos inmobiliarios en la zona de Puerto Madero y a quien se considera, además, el más activo armador del proyecto de desarrollo inmobiliario (y su probable ejecutor) de Horacio Rodríguez Larreta.
Vista panorámica de Puerto Sur y la isla Demarchi, según el documento del Gobierno de la Ciudad que describe el proyecto urbanístico de la zonaEl traspaso del Puerto
La cuestión del traspaso del puerto de Buenos Aires a la órbita de la Ciudad viene planteada desde los tiempos en que el actual presidente era jefe de gobierno. No se avanzó cuando el Gobierno Nacional estaba en manos del FpV pero tampoco en los casi cuatro años de mandato en ambas jurisdicciones de Cambiemos. Sin embargo, en las últimas semanas, el tema adquirió notable dinamismo. La temida pérdida del control del gobierno nacional a partir del 10 de diciembre, y la posibilidad de retener el Gobierno de la Ciudad cambió, evidentemente, el panorama. Y no sólo sería cuestión de retener espacios de poder. Hay otros asuntos que se quieren asegurar manteniendo el control de puestos clave.¿Sería posible el traspaso del puerto a la Ciudad en un lapso tan breve, como el que separa el momento actual del 10 de diciembre? Fuentes cercanas a la actividad portuaria, en la que se desempeñan una docena y media de gremios, señalan que “en las últimas semanas se aceleraron procesos y aparecieron indicios de la intención de la transferencia del dominio de la totalidad del Puerto de Buenos Aires a la Ciudad, especulando con la permanencia en el poder político del oficialismo en el distrito porteño”. Agregan, las mismas fuentes, que “la herramienta que podría utilizarse para llevar a cabo la transferencia es un decreto de necesidad y urgencia del PEN, que sólo podría ser derogado con la intervención del Congreso, juntando una mayoría especial de ambas cámaras”.
En el año 1989, la ley de reforma del Estado habilitó el proceso de concesión del Puerto de Buenos Aires y la provincialización del resto de los puertos del país. En 1992, por decreto se estableció la desregulación, descentralización y privatización de las operaciones que hasta entonces estaban a cargo de la Administración General de Puertos (AGP). La operación del puerto se dividió en tres concesionarias, cuyos contratos vencen en mayo de 2020. El gobierno, a través del Ministerio de Transporte y la Administración General de Puertos, les anticipó que este año se concretaría la licitación con un nuevo diseño de explotación. Como resultado del mismo, varios terrenos dejarán de pertenecer al área portuaria, según establece el nuevo pliego. Además, de las tres concesiones actuales se pasaría a sólo una, que integraría la totalidad del servicio de carga y descarga de buques.
Aparece Nicky en escena
Ya en el mes de julio pasado, un grupo de dirigentes gremiales en representación de la federación marítimo portuaria habían denunciado que una empresa con sede en Singapur, PSA, se había posicionado para pasar a operar como exclusivo concesionario las tareas de carga y descarga en el puerto de Buenos Aires, aspirando a una concesión por 35 años prorrogables por otros 15. Es decir, arrancando en 2020 y pudiendo extender el contrato hasta 2070. Quien actuó como presentador de la empresa y la aproximó a las autoridades fue Nicky Caputo, en su doble rol de cónsul honorario de Argentina ante Singapur, y representante de los negocios de empresas de Singapur en Argentina. En esa doble función, concretó reuniones de representantes de PSA con funcionarios argentinos en ambos países interesando a ambas partes en un acuerdo. “Hay un direccionamiento notorio de la licitación para que la gane PSA”, señaló en aquel momento el diputado Rodolfo Tailhade, a quien los gremios denunciantes le acercaron la documentación, además de a otros legisladores.
Como parte del proyecto aparece el desarrollo inmobiliario, en el cual tendría participación directa el propio Caputo a través de su firma. Y es que el pliego de licitación establece una relocalización de los espacios de carga y descarga, lo cual “liberaría” terrenos de uso para el emprendimiento inmobiliario. “El pliego prevé la pérdida inmediata del primer espigón del puerto, lo cual le da continuidad al negocio inmobiliario denominado Distrito Quartier”, en la denominada Dársena Norte. Esto es, en la zona de Retiro, un complejo de edificios de oficinas y viviendas de altísimo nivel (como continuidad de Puerto Madero), que se erigirán en el espacio “ganado” con la realización de las obras del Paseo del Bajo, la conexión vial subterránea desde el ingreso a Retiro por zona norte (a través de la avenida Lugones) y que atraviesa toda la zona de Puerto Madero hasta el sur. En este emprendimiento, Quartier, ya tiene participación directa la empresa desarrolladora de Caputo.
Paseo de compras por el puerto
Pero no es todo. Entre otros terrenos cedidos por el Puerto de Buenos Aires a favor de emprendimientos inmobiliarios, ya se contaban los destinados al proyecto llamado Catalinas 2, el cual también tiene como protagonista principal a Nicky Caputo, a través de su firma TGLT, asociada al grupo Techint y a Consultatio. Ahora, la iniciativa del Gobierno de la Ciudad para la transferencia de terrenos portuarios en el perímetro de la denominada Zona de Puerto Sur ha tomado nuevo impulso. Se aceleraron los tiempos para lograr la firma de un convenio entre el Ministerio de Transporte de la Nación, el Gobierno de la Ciudad y el AABE (Administradora de Bienes del Estado) para transferir los terrenos previo al traspaso presidencial de diciembre.
Puerto Sur comprende un sector de aproximadamente 115 hectáreas y 5000 metros de muelle que se extiende desde la calle Brasil (límite sur de Puerto Madero) hacia el sur hasta la costa del Riachuelo. En la zona se encuentran radicadas empresas de servicios de almacenaje, depósitos fiscales, astilleros navales, telecomunicaciones y el Casino de Buenos Aires, entre otros. El objetivo es ir desplazando o “relocalizando” a estas instalaciones para desarrollar en su lugar otro megaemprendimiento inmobiliario multimillonario. De allí el interés de poner esos terrenos en manos del Gobierno de la Ciudad (con la hipótesis de que continuará en manos de Cambiemos), dándole injerencia además en la gestión del Puerto de Buenos Aires. Además, dejar a medio concretar la concesión del servicio de carga y descarga a “operadores amigos”. Todo en tiempo récord, pero los beneficios justificarían la urgencia.