Medio ambiente: cuenta regresiva para un informe sobre la posibilidad de navegar en el Riachuelo

La Nación

La Acumar deberá entregar el reporte a la Justicia; el proyecto, que afectará a un tramo de la cuenca, genera debates

7 de enero de 202319:11

El transbordador Nicolás Avellaneda, en las puertas del Río de la Plata, sería un punto de conexión del circuito Tigre-Quilmes del proyecto turístico

Los contrapuntos sobre la navegabilidad de un tramo del Riachuelo no cesan. De hecho, continúan las acaloradas discusiones entre funcionarios, vecinos, asociaciones deportivas, emprendedores turísticos y empresas del barrio de La Boca. Por un lado, la contaminación de la cuenca, su perjuicio para la salud de la población, y el daño que los materiales tóxicos podrían ocasionar si migran a aguas abiertas se confrontan, por el otro, con la reactivación turística, económica y cultural de la zona sur de la ciudad. A estos últimos argumentos se suman los que indican que el saneamiento y los trabajos de limpieza propician la posibilidad de un circuito náutico sin riesgos sanitarios.

La propuesta, impulsada por el Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación, con la adhesión del Ministerio de Gobierno de la ciudad y el apoyo de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) tiene que ver con la posibilidad de que embarcaciones livianas puedan circular desde el kilómetro cero del Riachuelo hasta el Transbordador Nicolás Avellaneda.

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La iniciativa se enmarca en un proyecto más ambicioso: la creación del circuito náutico Tigre-Quilmes, con una serie de paradas intermedias en la que La Boca sería una de ellas. “Considerando la infraestructura turística y los atractivos turístico-patrimoniales de la zona en torno a Caminito y el Puente Transbordador, tiene sentido internarse 300 metros en el Riachuelo para efectuar esa parada e integrar esa zona al circuito”, explicó a LA NACION Hernán Roitman, director nacional de Calidad e Innovación Turística de la Nación.

Luego de someter la propuesta a la consideración popular en dos audiencias públicas, el 2 y 12 de diciembre pasado, los principales actores que participaron de su debate hoy esperan por la resolución final que Acumar deberá expedir sobre la cuestión puesta en consulta, sumado a su presentación en el Juzgado Federal N°2 de Morón, el tribunal que ejecuta la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en el fallo Mendoza, la resolución que en 2008 exhortó a las autoridades políticas a sanearlo, y que actualmente es competente en la definición de permitir o no la navegabilidad en el tramo delimitado.


El debate ambiental

“Masa líquida”. Así es como define Alfredo Alberti, presidente de la Asociación de Vecinos de la Boca (Avdlb) al agua del Riachuelo, dado que, según su opinión, su composición difiere de la clásica fórmula “H2O”. Junto a él, la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente se opone a la propuesta de navegabilidad y destaca como principal argumento en contra el nivel de contaminación que todavía existe en los lodos del Riachuelo, así como la persistencia de los vertidos tóxicos de las industrias.

“Antes se veía un Riachuelo muy degradado y hoy está corregido: tanto el borde costero como el espejo de agua se han limpiado, pero el tema es lo que está por debajo de la línea de flotación. Los lodos están muy contaminados porque los volcados industriales no han mejorado”, señaló a LA NACION Alberti, que participó de las audiencias públicas y fue miembro del Cuerpo Colegiado en la causa Riachuelo.

La Academia de Ciencias del Ambiente, en su publicación de noviembre pasado, cita dos estudios, uno de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y otro de la propia Acumar, ambos de 2016, que alertan sobre la contaminación y los peligros de la navegabilidad de la cuenca y concluye: “Para resolver la contaminación de las aguas del Riachuelo Matanza, se requiere cambiar el paradigma de la regulación de las descargas que se viene aplicando en los últimos setenta años al menos”.


La iniciativa se enmarca en un proyecto más ambicioso: la creación del circuito náutico Tigre-Quilmes, con una serie de paradas intermedias en la que La Boca sería una de ellasRicardo Pristupluk - LA NACION

Respecto a este punto, y ante la consulta de este medio, Martín Sabbatella, presidente de Acumar, puntualizó que el organismo trabaja en la fiscalización y en la adecuación ambiental de los establecimientos industriales, comerciales o de servicios en todo el territorio de la Cuenca Matanza Riachuelo.

“A diario los equipos de fiscalización recorren los establecimientos verificando que no se cometan irregularidades. Tenemos un equipo de inspectores que realiza este trabajo, que visita cada una de las empresas, y que atiende denuncias de vecinos y organizaciones”, destacó el funcionario, que además precisó que Acumar cuenta con un marco normativo que establece parámetros y límites admisibles para descargas de efluentes líquidos que se monitorean periódicamente y que en caso de que se detecte que las industrias incumplen con esta normativa, son sancionadas o intimadas a presentar un Plan de Adecuación Ambiental.

Federico Gatti Lavisse, director general de Gestión Metropolitana y Transferencia de Competencias de la Ciudad refutó en diálogo con LA NACION el argumento de la Academia y precisó que los estudios que cita en su publicación son antiguos en relación con el informe del Instituto Nacional del Agua (INA), de 2021, en el que se determina que con cierto tipo de embarcaciones, con una potencia y velocidad establecida, y en determinadas zonas de la cuenca, como la delimitada por el proyecto, la navegación no genera tanta resuspensión de lodos como otros eventos ordinarios del cauce.

Y sumó: “Hay que revisar los informes y estudios técnicos de lodos. Hay pequeñas zonas donde hay metales pesados, principalmente de curtiembres ilegales y de astilleros que trabajaban sobre los márgenes y hoy ya no existen más”.