LA NACION | SOCIEDAD | Laura Borsellino
17 de septiembre de 2020
Hasta finales de agosto, más de 175.000 hectáreas en todo el país habían sido arrasadas por el fuego. Los incendios también se registran en muchas de las reservas naturales del conurbano, sobre todo en estos cinco meses de aislamiento preventivo y obligatorio como consecuencia del nuevo coronavirus. Estos pulmones verdes en medio de las ciudades actúan como refugio de biodiversidad y, además, aportan a la población múltiples beneficios, como el acceso a la recreación, la mitigación de inundaciones y la preservación del patrimonio histórico y ecológico de los territorios.
El Río Matanza-Riachuelo es uno de los más contaminados del mundo, por eso, los espacios verdes naturales que aún existen en su cuenca cumplen un rol fundamental para asegurar la calidad y salud ambiental de las más de ocho millones de personas que viven en los municipios que atraviesa.
La Reserva Natural Provincial Santa Catalina, ubicada en el partido de Lomas de Zamora, abarca 720 hectáreas. Desde 2008 el grupo Vecinos Autoconvocados en Defensa de Santa Catalina pide por su protección, porque los descartes de escombros, rellenos del humedal y otras intrusiones no cesan. Javier Savoia, miembro del grupo, comenta que los incendios intencionales son una constante. "En cuarentena sumaron más de 15, en distintos sectores y con responsabilidades compartidas", observa.
Otra reserva sobre la cuenca del Riachuelo que sufre quemas habituales es la de Ciudad Evita. Claudia Llanos, vecina que aboga por su cuidado, señala: "Durante la cuarentena hubo incendios casi todos los días. En general, tienen que ver con quema de basura, la desparraman en zona de pastizal y luego prenden fuego, que se va de las manos. Los vecinos estamos atentos y, enseguida, salimos a apagar los focos o tratar de mantenerlos bajo control hasta que lleguen los bomberos".
El predio del ex-aeroclub de Laferrere, en el partido de La Matanza, de unas 83 hectáreas, funciona hace años como el pulmón verde del barrio y los vecinos presentaron un proyecto al municipio para que lo reconozca oficialmente como reserva natural. Durante la cuarentena hubo cuatro incendios intencionales, que arrasaron con unas 20 hectáreas. Como explica Vanesa Coronel, del grupo de vecinos autoconvocados, "este espacio, además de ser rico en biodiversidad, es fundamental para la prevención de las recurrentes inundaciones, pero sufre todo el tiempo la descarga ilegal de basura".
Los incendios en el predio del ex-aeroclub de Laferrere
A mediados de agosto dos focos de incendio afectaron al Área Natural Camino de las Flores de Almirante Brown. La licenciada en Gestión Ambiental Urbana, Giuliana Alderete, que integra el grupo de vecinos que cuida el espacio, indica: "Los incendios comenzaron a la altura de la ruta 16 el domingo 16, pero el 21 se volvieron a incendiar hectáreas del área natural. Gracias al aviso de los vecinos, y al rápido accionar de los bomberos, se logró apagar el foco. Sin embargo, por el viento, el fuego llegó a afectar mucho el pastizal campo adentro. Estimamos que se quemaron ocho hectáreas". Y agrega: "Los vecinos comentan que esto se repite todos los años, parece que son producidos por personas que cazan en los campos sin ningún fin productivo, por eso creemos que es prioritario contar con una ley que la declare como reserva natural y le brinde reconocimiento de parte del Estado"
Problemas
Hacia el este, lindero al Río de La Plata se ubica el Parque Natural y Reserva Ecológica Municipal Selva Marginal Quilmeña, en la localidad de Bernal. Son aproximadamente 150 hectáreas de humedales, juncales, pastizales y bosque ribereño.
Macarena Cifuentes, que integra la Asamblea No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, cuenta que el 11 de agosto pasado, a la altura de la avenida Florencio Varela y el río, en la localidad de Ezpeleta dentro del área protegida, se produjo un gran incendio que afectó unas 24 hectáreas. "Es el primero que sufrimos. En nuestra reserva el mayor problema son los rellenos de humedales, una práctica constante que se mantiene a pesar de los cambios de gobierno, además de la avanzada de los proyectos inmobiliarios y ahora tenemos que sumar las quemas intencionales".
Incendios en la Reserva Natural Provincial Santa CatalinaIncendios en la Reserva Natural Provincial Santa Catalina
En la base aérea del Palomar, el área conocida como Isla Verde, de 200 hectáreas, también sufrió el fuego intencional. Nahuel Martínez, vecino y parte del grupo de ambientalistas del área, señala: "El predio ya resistió incendios a lo largo de estos años, el mayor fue el año pasado, que afectó unas 50 hectáreas. Durante la cuarentena hubo un incendio grande, el domingo 23 de agosto, en una importante porción de pastizal. La única certeza que tenemos es que queman para desprestigiar el patrimonio natural del barrio, e instalar la idea de que es un basural inseguro, que hay que llenar de cemento, ignorando los beneficios ambientales que le brinda a toda la comunidad cercana."
Y al norte, el Delta de Buenos Aires, a la altura de los partidos de Escobar, San Fernando y Tigre, también fue afectado por varios focos de incendios. Daniel Bracamonte, que vive en las islas, relata: "Ya hubo dos quemas en el continente. En el Dique Luján, un incendio importante casi llega a las casas, y el otro fue sobre el río Luján, en una zona habitada. En este caso fue un vecino el que provocó el incendio, quien dijo hacerlo por el 'aumento de bichos', parece insólito, pero la quema se usó siempre para desmalezar. Falta penalización y un sistema de emergencia".
Cambio climático
"Tuvimos incendios en Santa Catalina, en una parte importante y, luego algunos focos en La Matanza, que fueron parte de una toma que se disuadió. La cantidad de hectáreas no fue tanta. En La Matanza es una típica modalidad de toma, la gente hace fogatas para distribuir tierras. En Santa Catalina, muchas veces es por tomas y otras por cazadores que queman para que salgan animales. También debemos tener en cuenta que estamos en un año de muy poca precipitación", explica Antolín Magallanes, director General de Gestión Política y Social de Acumar, que es el organismo responsable de articular las políticas públicas para el saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo.
Voceros del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) coinciden en que los problemas mas frecuentes en este tipo de reservas ubicadas en zonas urbanas son: la descarga de residuos, la caza doméstica de aves y mamíferos, el ingreso de personas con perros, los actos de vandalismo, los incendios ocasionales e intencionales en zonas periféricas, y la constante amenaza de intrusiones.
Bruno Carpinetti, director provincial de Gestión de Riesgos y Emergencias, explica que si bien son usuales los focos de incendios en estas reservas, se agravaron su intensidad y su frecuencia por condiciones ambientales, como la sequía, las altas temperaturas y una bajante extraordinaria del río Paraná. En rasgos generales, según el funcionario, el pulso natural del fuego se altera por el cambio climático, la expansión de especies vegetales exóticas y la acción humana, ya que muchos focos son iniciados por descuidos o intencionalmente por personas que entran a pescar, cazar o para la introducción del ganado.
Pablo Pereira, sociólogo que investiga conflictos en humedales urbanos y miembro del colectivo Red de Áreas Protegidas Urbanas, advierte: "Es un escenario complejo en el que se instaló la idea de que los espacios naturales son 'ociosos', o improductivos y que protegerlos es menos urgente que todas las problemáticas urbano-ambientales. El derecho a la ciudad y al ambiente sano son parte de la misma lucha, por eso una política de ordenamiento ambiental del territorio debería reconocer el déficit habitacional y los problemas de salud ambiental en los barrios, eso nos parece clave para la conservación de los humedales urbanos, para que los servicios ecosistémicos que proveen se distribuyan en forma equitativa en la sociedad. La política ambiental debe dialogar con la planificación urbana, por lo que una ley de humedales es necesaria y tendría que establecer puentes con otras políticas de suelo y desarrollo, como el reciente Plan Nacional de Suelo Urbano."
Por: Laura Borsellino