Anoche, el Senado aprobó un proyecto que establece contratos cada dos años y actualizaciones semestrales. Ahora vuelve a Diputados. Las inmobiliarias rechazan las modificaciones y advierten que la oferta de alquileres se desplomaría a cero.
29/09/2023. El Cronista
por belén fernández
Finalmente, la Cámara de Senadores aprobó anoche una nueva reforma de la Ley de Alquileres que ahora tiene que volver a Diputados para su sanción definitiva. Las inmobiliarias advierten, que de aprobarse, se agravaría la crisis del sector y rechazan que se continúe con contratos a tres años.
El proyecto, que vuelve a Diputados, establece dos cambios fundamentales: se propone continuar con los contratos a tres años y modifica el sistema de indexación con actualizaciones semestrales.
De esta forma no se tomaron en cuenta dos de los puntos que las cámaras y colegios, que agrupan a las inmobiliarias, habían logrado introducir en Diputados
"Para nosotros hay dos artículos que tienen que modificarse: el primero es volver a los contratos cada dos años y que las actualizaciones sean cada cuatro meses por el contexto inflacionario, algo que había avanzado en la primera etapa", explicó Alejandro Bennazar, presidente del Colegio Inmobiliario Argentino (CIA).
Por su parte, el Colegio Profesional Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires (CPI) rechazó, a través de un comunicado, las nuevas reformas en la Ley de Alquileres.
"La entidad advierte que el proyecto no brinda una solución a la problemática, y, de efectivizarse, provocaría una situación aún peor que la generada por el actual ordenamiento legal del mercado", resaltó el comunicado.
"Manteniendo los contratos con un plazo mínimo de tres años y determinando un índice de actualización que es la mitad de la inflación real, la norma provocaría una caída aún mayor de la oferta, profundizando la actual crisis, que ya es la peor en la historia del sector", agregó Marta Liotto, presidenta de la institución. "Vamos a llegar a una oferta cero de propiedades", advirtió.
"Apelamos a todos los Diputados a que hagan valer el proyecto al que ellos mismos le brindaron aprobación, a fin de poder avanzar, de una vez por todas, con una reforma de la Ley de Alquileres que efectivamente brinde una solución a la terrible crisis que estamos viviendo. Los propietarios, inquilinos y la sociedad toda esperan y merecen que sus representantes les brinden soluciones reales y concretas a los problemas que, como este, requieren urgentemente una solución", concluyó Liotto.
Subas por encima de la inflación
Los precios de los alquileres subieron el doble que la inflación en un año. Como consecuencia de la Ley de Alquileres, la oferta se desplomó alcanzando su piso histórico. Esto generó una disparada en los valores sin precedentes: en los últimos 12 meses los departamentos, de tres ambientes, para alquilar en la Ciudad de Buenos Aires se incrementaron 250 por ciento.
Así, el alquiler de un departamento de tres ambientes en Capital Federal tiene un precio promedio de $ 214.677 por mes, según los datos relevados por Reporte Inmobiliario. En agosto del año pasado, ese valor era de $ 61.300. El incremento duplica la inflación que mide el Indec, que en el último año alcanza un alza del 124 por ciento.
"En CABA, solo existen 484 departamentos en alquiler. Mientras que las unidades grandes son las que más escasean. De ese total solo existen 77 departamentos de tres ambientes en oferta y nueve de cuatro ambientes hoy publicados", explicó Germán Gómez Picasso, socio de Reporte Inmobiliario. El dato que más preocupa es que el 70% de la oferta ya está dolarizada.
Idas y vueltas
En agosto pasado, la Cámara baja con impulso de Juntos por el Cambio le dio media sanción a un proyecto que establecía contratos de dos años y aumentos cada 4 meses.
Actualmente, la ley vigente sancionada en plena pandemia en 2020 estipula contratos de tres años y aumentos anuales -con un índice que toman como referencia salarios e inflación-.
Tras aprobarse la propuesta del oficialismo, el proyecto deberá volver a la Cámara de Diputados. Allí, los legisladores podrán aprobar ese texto o insistir con la letra original, pero para ello se requieren el acompañamiento de dos tercios de la Cámara baja.