La SUBE es mucho más que un medio de pago

Por Gerardo Otero y Eladio Sánchez

La SUBE constituye un sistema de información esencial para el conocimiento y análisis de la movilidad urbana en todos sus aspectos


Atento a que el candidato a Jefe de Gobierno de CABA, Jorge Macri, en coincidencia con la Asociación de Bancos de la República Argentina, plantea terminar con el uso de la tarjeta SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico), es pertinente hacer algunas aclaraciones respecto a la utilidad y objetivos que dicho sistema atiende.

Originalmente, la SUBE se pensó y presentó como un instrumento que permitiera la eliminación del pago con monedas. Ahora bien, su diseño involucra información sobre otras variables y por ello constituye un instrumento indispensable para la planificación y el control del sistema de transporte.

Tanto Macri como ADEBA señalan que la SUBE como sistema ha quedado obsoleto. Creemos que dicho análisis es apresurado ya que no se consideran los aspectos más importantes del sistema SUBE vinculados al uso de la información que provee la tarjeta con el fin de la planificación y del control del transporte público.

Información

El sistema de la SUBE brinda la siguiente información:

1) Kilómetros recorridos por cada línea de colectivo, con detalle de los horarios en que circulan, lo cual permite determinar el costo del sistema, por ende, la tarifa técnica que lo cubre y el cálculo de los subsidios que realiza el Estado.

2) La geolocalización sirve para analizar la cantidad de pasajeros durante todo el recorrido de las unidades, visualizando los tramos en que alcanzan su máxima capacidad ocupada. También permite analizar la superposición de líneas y la necesidad de incrementar o reducir servicios

3) El dato de las unidades en actividad permite controlar si las empresas ponen en servicio todos los coches necesarios para cubrir la demanda de pasajeros

4) A los fines del costeo del sistema, además de los kilómetros recorridos se analizan las horas trabajadas sean diurnas, nocturnas, feriados y domingos.

5) Para determinar el monto del subsidio además del costo del sistema se considera la recaudación de las empresas, este dato surge del sistema de la SUBE.

6) Segmentación de los subsidios. Las tarjetas SUBE, al encontrarse nominadas a nombre de un titular, permite la segmentación del costo de la tarifa. Actualmente se encuentran vigentes los descuentos del 55 por ciento a los beneficiarios de la tarifa social: jubilados y pensionados, empleados de casas particulares, ex Combatientes de Malvinas, inscriptos en Monotributo Social, AUH. Una mayor nominalización de la tarjeta permitiría una segmentación más focalizada.

7) Permite que se considere el descuento en el caso de los viajes múltiples.

8) Permite la acreditación diaria de la recaudación a las empresas prestadoras.

Modernizar

Es real que la SUBE tiene inconvenientes en la Red de Recarga, por lo que resulta indispensable modernizar el sistema, actualizándose a la nueva tecnología existente.

Con este fin, el Ministerio de Transporte está implementando, en ciudades del Interior del país, la prueba piloto: “SUBE carga a bordo”. También se encuentra en estudio la SUBE Digital y la SUBE Débito. Todas estas iniciativas son bienvenidas en esta etapa con el fin de lograr modernizar la SUBE.

En definitiva, la SUBE es mucho más que una tarjeta que sirve como medio de pago de los viajes en transporte público, constituye un sistema de información esencial para el conocimiento y análisis de la movilidad urbana en todos sus aspectos.

Permite conocer modos, frecuencias, tiempos de viaje, centros de distribución, conexiones intermodales, cobertura de la demanda, cálculo de costos de la prestación de los servicios, determinación y distribución de las compensaciones tarifarias y establecimiento de subsidios cruzados, entre otras cosas.

Es indispensable que, de avanzar en la utilización de las tarjetas de débito, crédito o las billeteras virtuales como medios de pago a bordo, las mismas deben permitir transmitir la información relevante al SUBE, entendiendo que es fundamental su modernización, a la vez de mantener su centralidad como instrumento central para la definición y planificación de las políticas públicas relacionadas con la movilidad y el transporte en las ciudades.

Asimismo, cabe señalar que, desde su implementación, en el año 2012, constituye una asignatura pendiente para las áreas del Estado con competencia en el transporte, la mayor utilización y aprovechamiento de la información que provee el SUBE para la reorganización de los servicios de transporte público, fundamentalmente en el AMBA.