La pandemia puso en evidencia la falta de espacios verdes en la Ciudad

12/01/2021 | Clarín

Al aire libre baja el riesgo de contagio y las plazas porteñas son lugares de reunión, gimnasios y hasta salones de fiestas. Y no dan abasto para una ciudad de 3 millones de habitantes.

Hoy las plazas de la Ciudad de Buenos Aires desbordan, llenas al colmo de su éxito. No hace falta observarlas durante un fin de semana. Todos los días, a cualquier hora, los usos se superponen. Funcionan como gimnasios a cielo abierto, donde conviven las clases de zumba con las de boxeo o yoga. A veces se asemejan a un salón de fiestas, con mesas, manteles de colores, globos atados a sillas de plástico y chicos y chicas que comen de platos descartables, mientras cantan el cumpleaños feliz.

A la sombra y en el pasto, las plazas también pueden tener dinámicas parecidas a las de un jardín de infantes, con padres pegados a niños y niñas, proveyéndoles tizas, papeles, libros, juguetes, repelente, protector solar, agua o galletitas. Y además están los usos y los actores de siempre: los y las pasea perros, los y las runners, los y las adolescentes que arman grupos alrededor de un banco de cemento y los y las ancianas de piel dorada que intentan absorber un poco más de sol.

Después de 10 meses conviviendo con el coronavirus, y con algunas reglas aprendidas como el lavado frecuente de manos, el uso del barbijo, la distancia social y la reducción de riesgos en espacios abiertos, la vida confluye en las plazas. En algunos parques la convivencia es más espaciada, pero en otros, apretadísima.

En la plaza Boedo, todo ocurre junto, casi pegado. El cumpleaños, la clase de crossfit, la feria de frutas y verduras, la reunión de amigos, el picnic familiar, las vueltas a la calesita, las colchonetas de yoga y el jardín de infantes improvisado por un grupo de padres suceden dentro de su perímetro. Parece lógico que así sea: en 500 cuadras es el único espacio verde.

La Plaza Boedo es la nica plaza en 500 cuadras a la redonda Foto Juano Tesone

La Plaza Boedo es la única plaza en 500 cuadras a la redonda. Foto Juano Tesone

A algunos vecinos la posibilidad de mudar la vida a ese rincón abierto les queda a mano. Para alguien que vive en avenida San Juan y Virrey Liniers, la plaza está a tres cuadras. Pero en otros casos, aun si la persona reside en el mismo barrio, las distancias se alargan. Para alguien que vive en Mármol y Garay, la plaza está a dos kilómetros.

"La falta de espacios verdes en la Ciudad de Buenos Aires es un problema previo y estructural, pero la pandemia de coronavirus lo volvió todavía más evidente", dice la periodista y diputada nacional Gisela Marziotta, quien dirige el Observatorio Gente en Movimiento, que en las últimas semanas evaluó cómo la organización urbanística puede influir en la capacidad de los porteños de respetar las medidas de distanciamiento social.

El estudio relacionó tres variables: el verano en la ciudad, el aumento de casos de Covid 19 en Capital y la falta de espacios verdes. Marziotta dice: "Hoy estar al aire libre nos hace sentir un poco más cuidados, por eso mudamos muchas de nuestras actividades ahí. Necesitamos de ese espacio para jugar a la pelota con nuestros hijos, para andar en bicicleta, para ver a la familia o amigos, en definitiva para tener una buena calidad de vida, pero el espacio es muy limitado".

Durante la pandemia las plazas se convirtieron en un desahogo para los vecinos Foto Juano Tesone

Durante la pandemia, las plazas se convirtieron en un desahogo para los vecinos. Foto Juano Tesone

"Además este verano, por distintos motivos, menos personas se irán de vacaciones y serán más las que permanezcan en la Ciudad. Entonces quedará todavía más expuesta la necesidad de lugar al aire libre, en especial en algunos barrios como Boedo, Almagro y Balvanera".

De acuerdo a un relevamiento hecho por el Observatorio, este verano "el 75% de los porteños no se irá de vacaciones, a diferencia del año pasado cuando el 57% sí lo hizo". Y el informe alerta: "la combinación de una escasa cantidad de espacios verdes, junto con una gran cantidad de porteños que se quedarán durante el verano no puede ser una buena noticia para prevenir los contagios de coronavirus".

En un verano en que mucha gente no se ir de vacaciones las plazas cobran relevancia Foto Juano Tesone

En un verano en que mucha gente no se irá de vacaciones, las plazas cobran relevancia. Foto Juano Tesone

En la Ciudad de Buenos Aires, el 76% de las viviendas son departamentos. Cada residente tiene en promedio 6 m2 de verde, por debajo de los estándares internacionales que recomiendan entre 10 y 15 m2 por habitante. En el caso porteño, el registro además incluye canteros y plazoletas que cumplen a medias las funciones principales de un espacio verde.

"Pero además de ser insuficiente, el espacio verde es muy desigual. En Palermo hay sobreoferta pero en Balvanera tenés una baldosa de 20 centímetros por 20 centímetros por cada vecino", agrega Marziotta.

Los espacios verdes son un respiro en la cerrada trama de la Ciudad pero hay muy pocos Foto Juano Tesone

Los espacios verdes son un respiro en la cerrada trama de la Ciudad, pero hay muy pocos. Foto Juano Tesone

En Balvanera y San Cristóbal (Comuna 3) el índice entre hectárea de espacio verde cada mil habitantes es 0,05. Pero Almagro y Boedo (Comuna 5), según los últimos datos disponibles de la Dirección de Estadística y Censos, es todavía peor: 0,02, el más bajo en toda la Ciudad. En esta última comuna el 91,5% de las viviendas son departamentos.

La pandemia trajo una certeza: en los espacios al aire libre baja el riesgo de contagio. Y en Buenos Aires, los espacios verdes públicos, no dan abasto para una ciudad de tres millones de habitantes.