LA NACION | SOCIEDAD | 3 de mayo de 2018
Ya no hay lugar para enterrar la basura Crédito: Ceamse
La Legislatura porteña aprobó hoy en general, con 36 votos a favor y 22 en contra, la ley que habilitará a la ciudad de Buenos Aires a incinerar los residuos urbanos que se generan en el distrito mediante la técnica de termovalorización energética.
En 1976 la intendencia de Buenos Aires prohibió la incineración a los particulares y cerró las usinas que aún estaban en actividad. La nueva estrategia fue emplear rellenos sanitarios. La discusión por las plantas de termovalorización surge en un escenario desalentador, con los predios de la Ceamse al borde del colapso, sobre todo el de José León Suárez, que recibe el 87% de la basura de la región metropolitana. Allí se depositan a diario 18.500 toneladas de residuos, 3000 de las cuales viajan desde la Capital.
Rodríguez Larreta defendió el proyecto de incineración de la basura - Fuente: Télam
Según el gobierno, la técnica de recuperación de energía por la incineración tiene estándares de calidad elevados; recuerda que hay más de 2000 plantas funcionando en todo el mundo y 500 de ellas en Europa. Pero para Andrés Nápoli, director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la recomendación de la Unión Europea es cerrar las plantas que ya están en funcionamiento. "Están yendo hacia un modelo de economía circular y los incineradores compiten contra el material reciclable -sostuvo-. El proyecto de ley es un salto al vacío porque no es superador de la ley actual".
Además de los temores sociales por la posible pérdida de empleos de los recicladores urbanos, quienes están en contra de la norma plantean el factor ambiental y el riesgo sanitario por la emisión de sustancias cancerígenas. Sin embargo, el ministro de Ambiente y Espacio Público de la ciudad, Eduardo Macchiavelli, descarta ambas hipótesis. "Esta técnica no contamina. La parte más cara del sistema es el filtrado. En París hay una planta a 15 cuadras de la Torre Eiffel, al lado del río Sena; en Viena, la colocaron en el centro, y en Copenhague está frente al Palacio Real", dijo el funcionario.
"Uno de los objetivos de la ley es no tener prohibida una herramienta que se utiliza en las principales ciudades del mundo. Que en el último eslabón de la cadena se habilite la termovalorización como alternativa a la disposición final. Esta técnica no compite en absoluto con el reciclado porque no se podrán incinerar cartón, vidrio, papel ni otros elementos reutilizables", agregó Macchiavelli. La discusión se terminará hoy. Pero luego empezará otra: dónde instalar las plantas
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