LUNES 07 DE AGOSTO | Gabriel M. Astarloa | LA NACION
A partir de un diálogo maduro con el gobierno nacional, en la ciudad de Buenos Aires se viene desarrollando una inédita política de integración social y urbana en asentamientos precarios. Entre ellos, en un privilegiado lugar de la Costanera Sur avanza el proyecto del barrio Rodrigo Bueno, que resulta emblemático no sólo por su prolongada judicialización, sino también porque sería el primero en completarse de un modo más integral.
La marginalidad en materia de vivienda es un creciente fenómeno que data de varias décadas y obedece a múltiples causas. Es preciso asumir el problema en toda su dimensión y procurar, de una vez por todas, enfrentar la situación con políticas que se aparten de la resignación y el clientelismo.
Hace más de 30 años que se establecieron las primeras familias de lo que hoy es el barrio Rodrigo Bueno. Cuando, en 2005, un decreto dispuso brindar soluciones habitacionales con la condición de que se desocupara el lugar, los vecinos promovieron un amparo para reclamar su derecho a la vivienda en ese predio que tuvo fallo favorable en 2011. Tres años más tarde, el fallo fue revocado en segunda instancia, frente a lo cual se interpuso un recurso de inconstitucionalidad que fue concedido, por lo que desde mediados de 2015 el expediente se encontraba en el Tribunal Superior de Justicia de la CABA.
En mayo del año pasado, en la Procuración General de la Ciudad tomamos la decisión de solicitar una audiencia en la causa judicial para hacer conocer los planes oficiales en la materia. Así pudo gestarse la conformación de una mesa de trabajo entre el gobierno de la ciudad (la responsabilidad recae en el Instituto de la Vivienda) y los vecinos, con la participación también de los abogados de las partes, para intentar acordar una solución. Esta alternativa fue posible no sólo por la mirada inclusiva que inspiran los planes del gobierno -el valor del arraigo no permite desalojos compulsivos-, sino también por la convicción de que no siempre debe entenderse que la obligación del buen abogado del Estado es llevar los juicios hasta la última instancia.
El trabajo conjunto se vio coronado meses atrás con la sanción en la Legislatura porteña, en forma unánime, de la ley 5798, que dispuso la reurbanización, zonificación e integración social y cultural del barrio. Con este nuevo hito se avanza hoy, siempre con la participación de los vecinos, en la definición del proyecto técnico para el pronto inicio de las obras, apostando siempre al diálogo y al consenso en la toma de decisiones, lo que constituye también un nuevo paradigma en la materia.
El proyecto no es sólo edificar y refaccionar viviendas, abrir calles y llevar servicios: se trata de integrar el barrio a la ciudad, para que sus habitantes cuenten con las mismos derechos y obligaciones que tienen los vecinos. Se trabaja con un enfoque multidisciplinario, con el objetivo de mejorar las condiciones de salud, educación, trabajo y desarrollo económico, con propuestas que contribuyan a la sustentabilidad, como la instalación de una feria y un vivero social. También está previsto un acompañamiento personal en este proceso de cambio, para generar espacios que promuevan el reforzamiento del núcleo familiar.
Como en otros sitios similares de la ciudad, en Rodrigo Bueno se construye una experiencia de integración social y urbana que atiende las necesidades del bien común, cuidando de modo especial a los más débiles y postergados.
Procurador general de la ciudad de Buenos Aires
http://www.lanacion.com.ar/2050631-integrar-la-villa-rodrigo-bueno