Impactos y asimetrías en los puertos tras la aprobación de ley impositiva bonaerense

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El Congreso de la Provincia de Buenos Aires aprobó con modificaciones la ley de reforma impositiva elevada por el gobernador Axel Kicillof.

El proyecto dedicaba el artículo 100 a las actividades portuarias de carga, descarga y removido de mercaderías, a las que le fijaba una tasa extraordinaria, que finalmente sufrió una modificación tras el debate en el Senado –se redujeron los montos en un 50%– y fueron finalmente aprobadas en Diputados.

Impacto de la medida

“La reducción en un 50% del planteo original no trae beneficios para la actividad. Sostenemos nuestros argumentos respecto de la migración de cargas. De hecho, ya hay indicios”, indicó Martín Brindici, gerente general de la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC).

El ejecutivo hizo referencia al impacto que la medida tuvo en el Puerto de San Pedro, al norte de la provincia de Buenos Aires.

El puerto público se dedica a los specialties con la operación de la firma Grobocopatel Hnos, que exporta desde esa terminal cereales y oleaginosas no modificados genéticamente.

“Hoy entró un barco a las 10 de la mañana para cargar cereales y se demoró porque los gremios están en asamblea permanente”, dijo Eliseo Almada, presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, tras advertir la preocupación de las “400 familias que dependen del puerto”.

Embarque en riesgo

Sucede que la terminal estaba por lograr una diversificación de cargas con la exportación de porotos desde Salta a Cuba.

“Era una prueba piloto, que soy optimista que vamos a poder concretar. Se trata de un embarque de 17.000 toneladas, que llegaba por tren a Santa Lucía, y se embarcaba acá. Los empresarios nos comunicaron que empezaron a analizar opciones en Santa Fe, donde no tienen estas alícuotas”, indicó Almada.

La proyección del negocio contempla entre 150.000 y 200.000 toneladas anuales. “Era fundamental para reactivar nuestro puerto, que el año pasado perdió la recalada de Baltic Shipping”, reconoció el funcionario portuario.

“Entendemos que la situación de la provincia es complicada. Pero estas medidas también complican porque dejamos de ser competitivos a los ojos de los cargadores”, concluyó.

De acuerdo con las nuevas alícuotas, el embarque de porotos salteños debería pagar $ 790.500 de tasa extraordinaria. “Es un costo más que se suma a la totalidad de costos de la operatoria. Es simple: si otro puerto no lo tiene, de por sí pasa a ser más atractivo”.

Reglamentación

Brindici dijo que la Cámara esperará la reglamentación de la ley por parte del Ejecutivo bonaerense. En ese sentido, el malestar manifiesto de Kicillof con el texto votado intranquiliza al sector privado.

“La interpretación es que estas tasas son acumulativas si un mismo cliente realiza carga, descarga y removido”, añadió.

Otro tema surge con las diferentes nomenclaturas alcanzadas. Como son varias las actividades de la logística del comercio exterior alcanzadas (por ejemplo: descarga, servicio de un despachante, depósito y transporte aduanero), el temor es la escalada acumulativa de tasas que, en última instancia, la terminal retendrá a cada proveedor y que luego se trasladará al eslabón final de la operación (la carga).

Ingresos brutos en contenedores

En contenedores, la situación ofrece varias lecturas.

El puerto federal de Buenos Aires, tributa una alícuota del 5% en casi todas las categorías del nomenclador de Ingresos Brutos a las que la provincia de Buenos Aires aplicará tasas fijas extraordinarias.

La única diferencia surge en el “manipuleo de carga el en ámbito portuario (código 521020)”, donde las terminales de Puerto Nuevo tiene una proyección de 1% para 2020, y es la “asimetría” que marcaron desde la competencia de las terminales bonaerenses.

Otra asimetría

Sin embargo, también existe una asimetría preexistente e histórica que, en este caso, perjudica a las terminales del Puerto Buenos Aires.

Sucede que en Puerto Nuevo se cobra a las cargas una tasa adicional de 2 y 4 dólares (tasa a las cargas) a la exportación e importación, respectivamente. Este concepto se percibe por cuenta y orden de la Administración General de Puertos (AGP).

Otras terminales de la provincia de Buenos Aires tarifan los mismos montos como “servicio a las cargas”, no como impuesto. Con la nueva ley, aquellas que cobren dicho servicio pasarán a percibir US$ 0,80 en lugar de US$ 2 en una exportación, y US$ 2,40 en lugar de US$ 4 en una importación.

Y en rigor seguirán siendo, al menos en este concepto, más económicas que Puerto Nuevo.

No obstante, en contenedores al menos, la migración de cargas depende de un factor fuera del control oficial: las toneladas van y vienen en función de la decisión de las compañías navieras que deciden –sobre todo hoy, de manera conjunta– dónde destinar sus servicios.

Recientemente, el Puerto Buenos Aires perdió la conexión directa con el Mediterráneo. Será cuestión de que las atomizadas cargas de exportación –carentes de todo lobby coherente en conjunto– presionen a sus proveedores navieros para que consideren la nueva realidad económica de 2020.