30/11/2019 - 22:00
Clarín.com - Opinión - Alejandro Borensztein
Antes que nada quisiera pedirles a Larreta y a Santilli que no se apuren. Entiendo la ansiedad, pero todavía no es un buen momento para salir a vender los terrenos de la Policía Montada en Palermo, tal como acaban de anunciar en estos días. Esperen un poquito.
Como todo el mundo sabe, ese extenso predio debería utilizarse para ampliar los espacios verdes de la ciudad, pero estos muchachos tiene un plan mejor: venderlo para desarrollos inmobiliarios. Un gran idea, fuera de timing.
Tiempo atrás intentaron hacer lo mismo con el Campo de Polo, un sueño al que no han renunciado. Si bien ahora renovaron la concesión con los polistas por 10 años, al mismo tiempo decidieron abrir una calle que divide las dos canchas de Polo y autorizaron a meter, allí en el medio, locales comerciales. Si bien la idea no es mala, creo que esconde una trampita: una vez dividido el predio y autorizados los comercios, estás a un pasito de lotear una de las mitades para hacer torres con muchos amenities, como le gusta al dúo amarillo. Lo van a negar a muerte, hasta que un día te vas a desayunar con el hecho consumado como ya hicieron con la venta del Tiro Federal, otro gran aporte del tándem Larreta/Santilli, los paladines del condominio.No quisiera arruinarles la sorpresa a las autoridades, pero tampoco me extrañaría que en cualquier momento anuncien otra buena idea para el predio del Zoológico. Ya conocemos a estos dos golosos del urbanismo moderno. Ellos ven ese frente sobre Avenida del Libertador o los 600 metros sobre la Avenida Sarmiento con vista abierta y se les hace agua la boca.
¿Por qué es un error apurarse a vender espacios verdes o potencialmente verdes?
Contra a lo piensan Larreta y Santilli, la mayoría de los porteños no tienen casa en el country ni quinta de fin de semana ni siquiera un mísero yatecito para navegar por el Tigre.
Todavía hay mucha clase media, media baja y muchísimos pobres en Buenos Aires que los fines de semana llenan los bosques de Palermo. Van las familias, hacen picnic al borde de los lagos, los chicos juegan a la pelota con los patos, los viejos duermen debajo de los árboles y las parejas se besan tiradas en el pastito. Lo mismo pasa en la Costanera o en los costados de la pista del Aeroparque donde se reúnen multitudes a tomar mate mientras miran cómo despegan y aterrizan los aviones.
Es el principal esparcimiento que tienen los porteños y también los del Conurbano. Por ejemplo, los de La Matanza. Ahí Magario y Espinoza todavía no hicieron ni las cloacas, imaginate si les van a hacer un parquecito con lago y patitos. Olvidate. Si no van a Palermo, toda esa gente tiene que ir a tomar sol al Riachuelo.
Los pobres y los espacios verdes son directamente proporcionales. Cuanto más pobres tenés más espacios verdes necesitás.
Ahora que llegan Tío Alberto y la Reina Hotelera, sabemos que tarde o temprano acabarán con la pobreza y casi todos se van a poder comprar su casa en el country o su yate.
Pero hasta que eso suceda, la gente necesita espacios verdes. Por eso Larreta y Santilli no deberían apurarse.
Más adelante, cuando ya todos seamos ricos, podremos vender todos los parques de la Ciudad y hacer edificios para los millonarios, es decir para todos. Pero mientras tanto, o sea mientras Tío Alberto decide qué hacer con la economía y elige un ministro, vamos a necesitar mucho espacio verde.
Además, también hay que esperar a que el pueblo se vaya olvidando de la causa de los Cuadernos y todo eso. Si el plan era vender para aprovechar y hacer un buen chucu, hagámoslo bien. Dejemos pasar un tiempito. Al menos un par de años, como dijo el profeta Barrionuevo.
La excusa es que con la venta de los potenciales predios verdes construís escuelas, viaductos, metrobuses, etc. En el resto del mundo, eso se hace recaudando impuestos como el ABL.
Acá decidimos financiarnos vendiendo parques mientras le regalamos el ABL a las clases altas y medio altas quienes, con la guita que se ahorran, se alquilan la quinta de fin de semana. Genial. No entiendo qué espera Macrón para desarmar el armatoste ese llamado Torre Eiffel y vender los terrenos, repartir la mosca y calmar a los chalecos amarillos. Un burro el francés.
Dicho esto, dejemos la pequeña aldea del PRO y vayamos a lo importante: el gran territorio kirchnerista, ese vasto espacio verde lleno de pobres que todavía nadie sabe cómo corno va a ser gobernado. O mejor dicho, nadie quiere saber.
Hay mucha gente nerviosa porque Tío Alberto, que acaba de ganar las elecciones justamente por la crisis económica, todavía no tiene ni plan económico ni ministro de Economía ni nada. Como Larreta y Santilli, están todos muy impacientes. Tranquilos muchachos, faltan como 10 días para que asuman. Ya se les va a ocurrir qué carajo hacer.
La gente está muy ansiosa por conocer los nombres del futuro gabinete, los integrantes del nuevo mejor equipo en 50 años.
Dicen que a los ministros que iba a poner Massa ya los bajaron a todos. De Mirta Tundis a Malena Galmarini pasando por De Mendiguren, Redrado y un tal Diego Gorgal que iba a ir a Seguridad. Chau. Afuera los massistas. Era previsible. Estamos hablando del autor de la frase “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora”. Creo que la escoba cambió de manos.
Se sabe que Agustin Rossi vuelve al Ministerio de Defensa, como en el gobierno de Cristina. Gran gesto de Tío Alberto en darle al tipo la oportunidad de encontrar aquel misil que se le perdió hace 4 años. Un misil TOW 2 con cabeza inteligente y capacidad para perforar cualquier blindado conocido, que desapareció del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de Arana en La Plata. Una pavada. Habría que avisarle a Piñera que si lo ve volando sobre Santiago de Chile no se preocupe porque en su momento Rossi dijo que el episodio no tenía importancia porque el misil no estaba operativo. Veremos cuando impacte.
También ya se sabe que un tal Vitobello será el Secretario General de la Presidencia. Un muchacho que fue director de la Oficina Anticorrupción entre 2009 y 2015, período en el que, como todo el mundo sabe, no hubo corrupción. Sólo gente contando plata. Sin dudas, un winner que se merecía otra oportunidad.
¡Vuelve Zannini! Otra alegría que Cristina le dio a Tío Alberto, quien este viernes dará a conocer el resto del gabinete. Una pena que el anuncio lo haga el viernismo siendo que el miercolismo suele ser la línea interna más moderada del albertismo.
En fin, si los que están confirmados son estos no entiendo el apuro por conocer a los que faltan.
Nobleza obliga, María Eugenia Bielsa y Vilma Ibarra son dos buenas adquisiciones aunque no sé si alcanzan para compensar las otras alegrías.
Finalmente, la Reina Hotelera alperovichó a todo el Poder Legislativo. Puso a la senadora Abdala, esposa del gobernador Zamora, como presidenta provisional del Senado y tercera en la línea sucesoria. Recordemos que el señor Zamora y su señora esposa se vienen alternando en el poder de la provincia de Santiago del Estero, como lo hicieron los Juárez en el pasado, todos amos feudales de los espacios verdes provinciales. Como eran los Alperovich en Tucumán. En su momento, Cristina nombró a Beatriz Rojkes, la esposa de Alperovich, como tercera en la línea sucesoria.
Ahora también designó al senador Mayans como el presidente del bloque de senadores. Mayans representa a Formosa y básicamente al dueño de Formosa, que es el gobernador Gildo Insfrán, uno de los mejores alperovichistas del país.
Finalmente Máximo, el hijo de la Vicepresidenta, será el presidente del bloque de diputados. Todo queda en familia.
Alperovichismo para todos
https://www.clarin.com/opinion/alperovichismo_0_GTbEkFqC.html