Ámbito - OPINIONES
22 Enero 2023
Todos los días más de 180.000 personas se mudan a una ciudad para vivir. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) anticipa que en 2050 la población del planeta alcanzará los 9.000 millones, 70% de los cuales vivirá en centros urbanos.
Si a esto se suma el hecho de que las metrópolis, ocupando tan solo el 3% de la superficie terrestre, consumen ya más del 75% de la producción de energía mundial y generan el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), no hace falta abundar en más detalles para comprender por qué el tradicional concepto de ciudades del futuro, basado en proyecciones futuristas puramente tecnologistas y de infraestructura, ha sido reemplazado por otro en el que la tecnología sigue siendo fundamental pero en el que la sostenibilidad y el bienestar son los pilares fundamentales sobre los que se sustenta su uso.Aunque el concepto de ciudades del futuro o inteligentes es mucho más rico que el que imaginaban a mediados del siglo pasado y probablemente sea más pobre que el que se maneje en, por ejemplo, 2050, fue la pandemia de COVID-19 la que marcó un punto de inflexión sobre lo que es y lo que no es una ciudad inteligente.
Así lo confirma el documento “Soluciones para Ciudades Inteligentes en un mundo con mayores riesgos”, realizado por ESI ThoughtLab, con el apoyo de Oracle, Deloitte, Intel, y Microsoft, que destaca el papel fundamental que desempeñan la tecnología, los datos, la ciberseguridad y las asociaciones público-privadas para garantizar un futuro saludable, seguro y próspero para los ciudadanos después de la pandemia.
Del relevamiento, que incluyó una encuesta a altos funcionarios de 167 ciudades en 82 países, surge que el 65% de los líderes de ciudades señaló que la mayor lección aprendida durante la crisis sanitaria fue lo cruciales que eran los programas de ciudades inteligentes para su futuro.
A su vez, un 37% reconoció que el COVID-19 puso en evidencia la necesidad de invertir más en la mejora de la infraestructura básica, mientras que el 88% identificó la inversión en plataformas en la nube como el requisito más urgente para la entrega exitosa de servicios esenciales y no críticos a los ciudadanos.
Existen muchos factores que influyen para que una ciudad pueda llamarse inteligente. Por ejemplo, que tenga sistemas de ahorro de energía que permitan el consumo inteligente, el reciclaje, la reducción de residuos o emisión de gases o que en ella se apueste por la telemedicina o la teleasistencia, entre otras cosas.
En las ciudades del futuro habrá muchos muchos datos, mucha tecnología, muchos sensores y jugarán un papel esencial la inteligencia artificial, el machine learning y tecnologías como digital twins, edge computing o fog computing.
Existen ejemplos de ciudades inteligentes creadas desde cero, como Songdo, en Corea del Sur, pero hay consenso acerca de que es mucho más importante hacer más inteligentes las ciudades ya existentes que fundar nuevas que se ajusten milimétricamente a esa definición.
La idea es que sean inteligentes pero desde su propia historia y con el concurso de las personas, quienes participen en el desarrollo de aquellos aspectos que cada ciudad, de forma individual, quiera impulsar.
Fundamentalmente, una ciudad inteligente será aquella que integre a la sociedad con su gobierno y que, tal como lo define el concepto de smartcity del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), coloque a las personas en el centro del desarrollo
En ese contexto, el trabajo que, desde 2019, venimos llevando a cabo en la Ciudad de Córdoba está 100% alineado con este objetivo.
Se trata de un proceso de transformación holístico para enfocar la gestión hacia el ciudadano y colocarlo en el centro de cada iniciativa y proyecto que abordamos cuya puesta en pie implicó, no solo una incorporación de tecnología récord para el municipio, sino también un diagnóstico de todos los trámites de la administración,
Esto se puede ver reflejado, entre otras cosas, en la Guía de Trámites Digital, donde el ciudadano puede encontrar información oficial sobre cada uno de estos procesos y cómo llevarlos a cabo.
En junio del 2021, la Municipalidad de Córdoba realizó la compra de tecnología más grande de su historia, incorporando casi 12.000 elementos informáticos mediante una inversión de 340 millones de pesos. Entre los elementos tecnológicos incorporados se destacan dispositivos de robótica para alumnos de jardines y escuelas primarias municipales, como así también tablets, impresoras 3D, computadoras para escritorio y notebook para todas las áreas.
En lo que va de estos casi 3 años de gestión, la implementación de tecnología y despapelización en la administración provocó una gran reducción de gastos y un crecimiento notable en la eficiencia de los servicios que presta.
A partir de un cálculo generado por el Centro de Transformación Digital de la Secretaría de Planeamiento, Modernización y Relaciones Internacionales, se logró evidenciar un ahorro de casi $ 1.750 millones de pesos con digitalización del Boletín Electrónico, el Registro Civil, el Cedulón Digital, las Notificaciones Electrónicas, la Subasta Electrónica Inversa, la optimización en la gestión de expedientes a través del sistema Sirad, Obras Privadas Digital, Habilitación Online de Negocios, la Guía de Trámites y la App Ciudadana.
Pero el ahorro económico no es lo único que se puede observar como positivo del proceso de modernización que viene implementando el Estado municipal cordobés, ya que este cambio trae consigo un impacto muy positivo en el ambiente porque la fabricación de papel involucra la tala de árboles y el consumo de agua.
En ese sentido, se ahorraron 149 toneladas de papel impreso no utilizadas, evitando la tala de 3.439 árboles, lo que implica 29.742.757 de litros de agua no derrochados en su producción.
Estos datos son solo el resultado de múltiples acciones que se vienen implementando en conjunto con una gran red de organizaciones internacionales y un ecosistema emprendedor local que apoyan y acompañan a la Municipalidad para ayudarla en su objetivo de convertir a Córdoba Capital en una Ciudad más inteligente, inclusiva y sostenible.
Así, la Ciudad de Córdoba se ha colocado como una referente en América Latina y el Caribe a raíz de las iniciativas de gran impacto social e innovador que ha sabido llevar adelante, valiéndose de múltiples reconocimientos y publicaciones de organismos internacionales.
En definitiva, las Smart Cities son las ciudades del futuro. Un futuro cada vez más urbano, con grandes desafíos globales como el aumento y el envejecimiento de la población, la eficiencia energética, la gestión del agua, el impacto de la polución o la escasez de ciertos recursos, entre otros. Hay que apostar por ellas para poder hacer frente a estos retos y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Secretaria de Planeamiento, Modernización y Relaciones Internacionales de la Municipalidad de Córdoba