Clarín por Silvia Gómez
Está sobre la calle Lafinur y tendrá el doble de altura de la permitida en la zona por un convenio urbanístico entre la constructora y la Ciudad. Para avanzar demolieron un edificio de 4 pisos.
Vecinos de Palermo alertan que la construcción de una torre avanzará sobre el pulmón de la manzana. Foto: Luciano Thieberger
Ocurre en muchos barrios porteños, pero cada uno tiene sus particularidades. Por ejemplo, en algunos con zonas de casas bajas -como Colegiales, Villa del Parque, Villa Ortúzar, Bajo Belgrano y Núñez, entre otros- la aparición de edificios de entre 3, 4 y 5 pisos arreció en los últimos dos años.
En Palermo, ahora, sorprende a los vecinos un mega proyecto de lujo. Se trata de Lurix Residence, uno de los más grandes e importantes de la Ciudad, pensando en términos de lo que es un terreno entre medianeras. Este proyecto comenzó a ser objetado por quienes viven en inmediaciones de Lafinur al 3100, entre Cerviño y Cabello; lo que se conoce como Palermo Zoo, en referencia al ex zoológico, actual Ecoparque.
Se trata de una edificación que, según el proyecto que se conoce hasta ahora, tiene tres volúmenes diferentes. Son dos torres que se apoyan sobre un basamento de 9 pisos. Las torres tienen diferentes alturas: la más alta trepa hasta el piso 20.
La normativa actual no permite estas alturas en esta zona del barrio; sin embargo, podrá construirse de todos modos porque a fin de año la empresa desarrolladora firmó un convenio urbanístico con el Gobierno porteño, que fue avalado por la Legislatura, y que permite la obra a cambio de dinero. El monto deberá ser destinado al FODUS (Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible), una herramienta con la que se financiarán créditos hipotecarios para la compra o el alquiler de viviendas en el Área Central.
Este convenio formó parte de una tanda de diez proyectos. Además de este edificio en Palermo, se autorizó la construcción de otros en Belgrano, Caballito, Colegiales, Villa Crespo, Núñez y San Cristóbal. A cambio del permiso para construir edificios de mayor volumen, los empresarios compensarán al Estado con alrededor de 18 millones de dólares. Están en estudio otros 100 convenios.
"Lamento mucho haberme enterado tan tarde de la existencia de estos convenios urbanísticos y de lo que significa concretamente este para nuestro barrio. Había visto las protestas de vecinos en otros barrios pero me costó darme cuenta de que, aún con algunas diferencias, el núcleo de la demanda es la misma y nos atraviesa a todos. O sea, todos queremos conocer los proyectos que afectan a nuestros barrios y que el gobierno nos escuche. Por otra parte,nunca pensé que en esta zona aún quedaran lugares o terrenos vacantes tan grandes para continuar con la construcción y que además se pretenda construir semejante mole", contó a Clarín Cecilia.
Vecinos de Palermo alertan que la construcción de una torre avanzará sobre el pulmón de la manzana. Foto: Luciano Thieberger
La preocupación de Cecilia, que vive en la calle Cerviño, es el impacto que podría tener este proyecto sobre el corazón de la manzana. Típico de este barrio y muchos otros en la Ciudad, un corazón de manzana abierto y amplio, que favorece la ventilación, el asoleamiento y la calidad de vida de todas las viviendas que miran al contrafrente.
"Por otra parte, lo que más sorprendió a todos es que demolieron un edificio entero para construir otro", contó esta vecina. El frente del proyecto ocupa cuatro terrenos. En el del extremo derecho, más cerca de Cerviño, había un edificio de cuatro pisos (más un retiro) que, efectivamente, fue demolido. En el resto de los predios había construcciones bajas.
El convenio urbanístico fue firmado por el Estado porteño a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano con la empresa Proyecto 43 SA, que fue constituida en 2019 con seis socios y socias. Y el proyecto original debió subsanarse, según informaron desde la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura. Entre otras cosas, se "despega" 3 metros de los edificios lindantes. Y se le otorgó un permiso para construir hasta 60,3 metros de altura; 37,5 metros más que lo que autoriza la normativa vigente, que es de 22,8 metros.
La torre de Palermo que generó alerta en los vecinos está en la calle Lafinur al 3100.
En el barrio, los vecinos comenzaron a organizarse para visibilizar el descontento que genera este proyecto, pero además están en alerta porque no es la única obra que se viene. Demandan obras de infraestructura y un debate abierto sobre el futuro del barrio.
Lucía Ferretti habló con Clarín y contó que comenzaron "a juntar firmas y a armar un grupo. Nuestro lema es 'Sensatez (con la construcción) y sentimiento (por el barrio)'. Estamos haciendo reuniones en el Círculo de Salvavidas y conversando con grupos de vecinos de otros barrios, como Belgrano y Caballito. Necesitamos conocer las herramientas que tenemos como vecinos para impedir que destruyan el barrio". El próximo encuentro será este lunes por la tarde.
Como muchas otras vecinas y vecinos, Lucía participó de las audiencias públicas que se llevaron a cabo en la Legislatura. Si bien se sabe que no son vinculantes, la idea es que las opiniones y las observaciones disidentes sean tenidas en cuenta. "Yo estuve presente en las audiencias. No hubo un sólo vecino a favor, todos en contra. Es un trámite más al que los legisladores no le prestan atención, no les interesa escucharnos. La ley salió sin ninguna modificación, como si nosotros no contáramos", se lamentó Ferretti.
Desde la ONG Observatorio del Derecho a la Ciudad patrocinarán a los vecinos para ir a la Justicia, algo que se define en estos días: "Estos convenios son excepciones a la planificación. Entonces, para garantizar la transparencia y para que predomine el bien común, entendemos que debería haberse convocado a una audiencia pública, abierta y participativa por cada uno de ellos. Cada barrio tienen su particularidad y estas obras vienen a transformar dinámicas que deben ser debatidas. A este proyecto específicamente le otorgan más del doble de altura que lo permitido hasta el momento", manifestó Jonatan Baldiviezo, de la ONG.
Baldiviezo entiende que "los convenios deben garantizar no sólo el bien común, sino la calidad urbana, una mejor calidad de vida y mejor calidad ambiental. Estas cosas no se pueden compensar con dinero, porque entonces se reduce a un fin recaudatorio". Estimó que la empresa podría llegar a pagar a la Ciudad 6 millones de dólares por el permiso para construir más altura.
Desde la empresa desarrolladora informaron que la venta de las unidades se encuentra suspendida, debido a la reformulación del proyecto y los nuevos planos.
El antecedente de Costa Urbana
¿Hay chances de que la Justicia porteña frene este convenio? Si bien se trata de una envergadura diferente, actualmente el proyecto Costa Urbana, en Puerto Madero, se encuentra objetado por la Justicia. El año pasado la empresa IRSA y el Gobierno porteño firmaron también un convenio urbanístico y se autorizó la construcción de un nuevo barrio, con edificios, comercios y oficinas. A cambio, IRSA cedió 47 de las 71 hectáreas para la instalación de un parque público y un paseo costero.
Ese acuerdo fue avalado por la Legislatura porteña. Sin embargo, el Observatorio por el Derecho a la Ciudad presentó un recurso de amparo para pedir que se anulara el convenio. Su argumento es que no se cumplió con el procedimiento de audiencias públicas, previo a la aprobación de la ley, y también que no se habían presentado los estudios de impacto ambiental correspondientes.
Un juez declaró la nulidad del convenio y ordenó frenar cualquier avance. El Gobierno porteño apeló y argumentó que sí se presentó toda la documentación del caso y que la Legislatura cumplió con todos los pasos respecto de las audiencias y la participación vecinal.
El expediente ahora está en la Cámara de Apelaciones, a la espera de una definición.