En Belgrano, las licitaciones bajo el Viaducto Mitre son un

Tiempo Argentino | Por Gustavo Sarmiento

El macrismo licita las cuatro cuadras bajo el nuevo corredor ferroviario. Vecinos denuncian una “entrega vil a precio irrisorio” de terrenos públicos. La figura del legislador chino del PRO.

Si por algo será recordada a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad es por la venta de terrenos públicos a favor de grandes negocios privados, desde el Tiro Federal hasta los playones ferroviarios o el predio de Catalinas Sur en La Boca. Ahora será el turno del Bajo Viaducto del ferrocarril Mitre, en el barrio de Belgrano, donde planean extender el Espacio Barrio Chino, concesionando 60 mil metros cuadrados, a precios irrisorios y con numerosas ventajas para el oferente. Los vecinos denuncian “un negociado formidable” y que “están rematando a precio vil tierras públicas”.

Con la elevación de las vías entre las avenidas Congreso y Dorrego, se abrieron cuatro calles y se eliminaron ocho barreras. Según el Ejecutivo, habrá donde estaban las vías a nivel un “nuevo espacio público y verde”. Pero los pliegos de la licitación a cargo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), cuyos sobres se abrirán el 5 de julio, estipulan que el 50% de la traza será destinada a nuevos locales comerciales y gastronómicos, “integrándose así a los ya existentes en el icónico Barrio Chino”. El otro 50%, de "esparcimiento", también lo decidirá el privado.

“Dicen que será de uso público, pero dejan todo a criterio del concesionario. El mejor ejemplo es una hamburguesería: ocupa el 50% con el local, y después pone estacionamiento, juegos para niños, mesas afuera. Todo eso figuraría como ‘uso público’, y ahí ya ocupó todo. Va a ser una Avenida Cabildo que atraviesa barrios residenciales”, reclama Enrique Banfi, de la Asociación Civil Vecinos de Belgrano. Junto a otras entidades barriales buscan frenar la iniciativa oficial, con un petitorio que contiene cientos de firmas, y con un proyecto de ley que desestime la licitación.

La concesión del Espacio Barrio Chino se realizará junto a la de un espacio del Hipódromo, y otra denominada “Espacio Clubes”. Las iniciativas también afectan al Parque Tres de Febrero. Osvaldo Guerrica Echevarría, de Amigos del Lago de Palermo, enfatiza: “No queremos usos comerciales. La licitación de los bajo viaductos es un negociado salvaje.”

En los corredores bajo viaductos se permite construir en la Categoría Mixta de Usos 3, una de las más amplias, de acuerdo al Código Urbanístico que fue recientemente aprobado por el macrismo: desde un supermercado u oficinas de hasta 1500 m2 hasta galerías comerciales, música en vivo o grandes tiendas de hasta 2500 metros cuadrados.

Uno de los puntos más controvertidos es el canon: la AABE le dará un período de gracia de cinco años al concesionario para que empiece a pagar. Mientras, podrá subalquilar locales. La concesión será por 30 años, y el valor del canon base mensual por metro cuadrado alcanzará apenas los 85 pesos (menos de dos dólares por m2), traducido en 26.852 unidades UVA por mes para todo el predio. Dista mucho de los valores de mercado: a un restaurante en Monroe y Tronador le pidieron 10 mil dólares de alquiler, y debió cerrar. Otro local de 90 m2, en Munich y 11 de Septiembre, abona 1200 dólares por mes.

“La incidencia del canon para ganar la licitación es sólo el 15% de la evaluación: a nadie le interesará aumentarlo. Lo que decide a quién se otorga la concesión son valores subjetivos, como el criterio urbano y arquitectónico, en un 35%, y la cantidad de plata que prometan invertir, que significa el 50% –continúa Banfi–. Nada asegura que la vayan a poner al final. Es como sucedió en La Rural. Los empresarios que nos asesoran nos dijeron: ‘Esto es lavado de dinero’”.

A pesar de que la concesión la maneja la Nación a través de la AABE, y de que todo lo que se emplace en el lugar será decisión del privado, la Ciudad organizó una serie de mesas con los vecinos para ver qué desean emplazar en ese corredor. Apenas un 10% eligió que haya comercios. Uno de los que asistió esperanzado a esas mesas vecinales fue el ingeniero Marcelo Mithieux: “Caí como un chorlito. Estaban explicando algo que ya estaba todo hecho. Trabajé toda mi vida haciendo licitaciones, puedo afirmar que ésta es una vergüenza: desde el uso que le dan al lugar, que no tiene nada que ver con los espacios verdes y arbolitos que ellos presentaron, hasta las facilidades para no pagar el canon, que encima es irrisorio. Es un formato muy turbio. Generarán que el concesionario diga que va a invertir cien millones para acomodar números, o que va a poner eso y después verá cómo hace.”

En un documento que lanzó en respuesta a la iniciativa oficial, la Asociación Civil Vecinos de Belgrano asegura que “las posibilidades comerciales son casi infinitas: el concesionario y/o los locatarios eligen el destino comercial dentro de una amplia gama de usos comerciales posibles, pudiendo modificar dicho destino en cualquier momento”. Hasta la seguridad de todo el espacio también queda a cargo del concesionario. «

El rol de Yuan Jian Ping, “Fernando”

Desde las asociaciones apuntan a la figura del legislador chino de Cambiemos, Yuan Jian Ping, apodado "Fernando", como clave para la iniciativa del Espacio Barrio Chino. Empresario oriental, exportador de vinos y productos regionales, está también en el negocio del aceite y los cosméticos, y posee una importadora de peluches en Once llamada Ting Shen SRL y un restaurante de carne en Beijing, "El Obelisco". Donó unos 700 mil dólares a la campaña del Pro, y es el principal nexo entre el macrismo y el gobierno chino, interesado especialmente en Vaca Muerta y el litio del norte. Fue el impulsor del arco que la colectividad china levantó en el corazón del Bajo Belgrano, ahora junto al Viaducto Mitre, en la calle Arribeños. Para solicitar su edificación se presentó ante el gobierno porteño como representante de la Asociación de la Unificación Pacífica China en Argentina, y como presidente de la Federación de Reunificación Pacífica de China en Argentina. Según denuncia la Asociación Civil Vecinos de Belgrano, "esas ONG nunca estuvieron a su nombre, y nunca las integró; lo donaron con documentos falsos".