Diario El Dia
El paso de los años y, fundamentalmente, el agravamiento de algunas condiciones medioambientales y de otras derivadas de la contaminación producida por la actividad humana, reclama el impulso de una política integral destinada el Río de la Plata que, como se sabe, es uno de los reservorios de agua dulce más ricos del planeta.
En un contexto ciertamente crítico, condicionado por los altos niveles de contaminación orgánica e inorgánica que sufre el río, se conoció que otra vez la Región se encuentra en alerta por las cianobacterias que aparecieron en las costas locales. Desde el punto de vista de la salud humana las cianobacterias, derivadas de las algas y otras plantas acuáticas, pueden producir una amplia gama de toxinas (cianotoxinas). Este es tal vez el mayor peligro asociado a los eventos de floraciones donde se acumulan miles de millones de células que liberan toxinas.
La presencia actual de cianobacterias se vio patentizada en el hecho de que el gobierno provincial decidió ahora lanzar un alerta amarillo, en la escala que utiliza la subsecretaría de Recursos Hídricos para analizar la peligrosidad de la concentración de cianobacterias en el caudal del Río.
Tal como se informó, en las últimas horas este diario hizo sobrevolar la zona con un dron para dar cuenta de la situación que se atraviesa y que perjudica a Berisso, Ensenada y también al distrito platense. En las espectaculares imágenes captadas se pudieron apreciar las manchas que encendieron las alertas de las autoridades.
Algunos de los síntomas de intoxicación son diarrea, vómitos, dolores y debilitamiento muscular, dolor de cabeza y alergia en la piel. Por otra parte, con el inicio de la temporada de playa se dispuso también la colocación de una bandera -al estilo de las que señalan el estado del agua y el viento-, que indica el riesgo por cianobacterias.
El Río de la Plata –con su cauce afectado por efluentes contaminantes de alta incidencia -no sólo es el más ancho del mundo, sino que, como se ha dicho, conforma una de las mayores reservas de agua dulce del planeta de la cual se sirven localidades densamente pobladas.
Además, particularmente en cercanías de nuestras costas, abundan los focos de contaminación que, sobre todo en el verano, conspiran contra la salud de los miles de visitantes que acuden a sus playas. Es hora de que las autoridades responsables se decidan a enfrentar este gravísimo problema, haciendo disminuir en forma drástica las causas que lo originan.