Página 12 | Por Nicolás Romero
Cómo es el tramo que nunca fue rectificado y se conserva en su forma original
Sobrevivió a la rectificación de 1930, tiene casi un kilómetro y está en la zona sur de la ciudad. Contiene huellas de los primeros asentamientos prehispánicos. Pero está amenazado por la posible instalación de un horno para quemar basura. Proponen crear allí una reserva ambiental e histórica.
En la zona sur de Buenos Aires, en el cruce de la avenida General Paz y la 27 de Febrero, dentro del Parque Ribera Sur, el predio gestionado por la obra social de los Trabajadores de la Ciudad (Obsba) se conserva, por puro empeño de la naturaleza, casi un kilómetro del cauce original del Riachuelo, un curso de agua con sus meandros que sobrevivió a la rectificación que sufrió el río en la década del 30 del siglo pasado. El área emplazada en el barrio Villa Riachuelo, sobre la que corre ese fragmento de memoria hídrica, contiene, además, sitios de excavaciones arqueológicas con huellas de los primeros asentamientos prehispánicos, en los que trabajan el Centro de Arqueología Urbana de la UBA, la Universidad del Museo Social y de la Universidad del País Vasco. Para preservar el Cauce Viejo como espacio de interés ambiental e histórico, el Colectivo Ribereño junto con los legisladores Victoria Montenegro y Javier Andrade, presentó un proyecto de ley para incorporarlo como Patrimonio Cultural de la ciudad y establecer una Mesa de Gestión Asociada del espacio, sobre la que además pende la posible instalación de una planta para quemar basura.
Los ochocientos metros del cauce viejo que sobrevivieron a los rellenos y excavaciones que hizo el Ministerio de Obras Públicas de la Nación (1922/1945) para rectificar el curso del río y reducir las inundaciones por la escasa pendiente que presenta el terreno, dejándolo con la actual fisonomía, se encuentran en el fondo del predio que administra Obsba. Un espacio recreativo con zonas de parrillas, pileta, canchas de tenis y fútbol.
El cauce, que ingresa entubado desde la provincia de Buenos Aires, mantiene un entorno natural, con arboledas y una amplia vegetación que acompañan el recorrido lento del caudal de agua de lo que alguna vez fue un río y ahora es casi un arroyo. Quien se adentre en el parque, que se halla abierto al público para afiliados y no afiliados, podrá ver durante el recorrido el monumento al Almirante Brown (inaugurado en 1965), dos grandes anclas que “amarran” una estructura de piedra semicircular del que se eleva un palo mayor de embarcación, también un reloj de sol y el sitio de excavaciones arqueológicas del siglo XIII, bautizado La Noria (ver aparte), cercano al paredón del Autódromo Manuel Gálvez.
El humedal por donde serpentea el cauce del río, en cuyas orillas la maleza se torna espesa, alberga vegetación típica rioplatense: mucha tala –árbol emblemático de la Ciudad–, caña criolla, espinillos, juncos, y una gran variedad de pájaros. Sin embargo, la flora verde y salvaje que crece a los costados del cauce de agua está, en algunos tramos, podada como si fuera un jardín. Y el hilo de agua, por momentos empantanado por bolsas de nylon y botellas de plástico.
Carlos Gradin, del Colectivo Ribereño, contó que “el lugar está cuidado pero lo trata como si fuera un jardín, y lo que hace falta es un plan de manejo del área para que se desarrolle como espacio natural y se pueda recomponer la vegetación”. Y agregó que “en el agua aparece bastante basura que el curso arrastra al bajar de la provincia. Por eso propusimos medidas para preservar y mejorar el lugar”. “Definirlo como espacio protegido va a permitir difundirlo y señalar que existe el lugar que nadie reconoce como histórico”, agrega, y para ejemplificar señala que “el monumento a Brown no aparece mencionado en casi ninguna parte”.
El proyecto, de este colectivo de caminantes urbanos que se encargan de visibilizar las zonas ribereñas con recorridas y charlas para integrar el río a la ciudad, propone que se declare “al Cauce Viejo del Riachuelo y su entorno, sito en el Parque de la Ribera Sur, Villa Riachuelo, en el polígono conformado por Escalada, Roca, Lisandro de la Torre, la General Paz y la avenida 27 de Febrero”, como parte del patrimonio cultural porteño, en el marco de la Ley N° 1227.
“El Cauce Viejo es uno de los pocos lugares de la ciudad que sobrevivieron casi sin modificaciones y a pocos metros tiene el sitio de investigación arqueológica más antiguo de la ciudad”, explicó Gradin, y señaló que sin embargo “el lugar no está presente como algo relacionado con la historia de la ciudad. Este proyecto de ley es también un disparador para repensar la ciudad y cómo se transformó”. “Los terrenos de la Ribera Sur formaban parte del proyecto del segundo gobierno de Perón para construir un gran Parque Urbanizado, el parque Almirante Brown, que iba a recuperar la zona conocida como los Bañados de Flores para integrar la ciudad con el Riachuelo y del cual el Autódromo formaba parte”, recordó el explorador urbano, que aclaró que las sucesivas administraciones fueron parcelando los terrenos y deshaciendo el plan original.
El proyecto de cinco artículos presentado en la Legislatura también prevé que se declaren como patrimonio cultural los bienes hallados en los sitios arqueológicos, su registro y la creación de la Unidad Técnica de Coordinación Integral de Catálogos, Registros e Inventarios, que tendrá a su cargo conformar una documentación integrada de la información contenida en registros, catálogos, inventarios u otras fuentes documentales referidas al Patrimonio Cultural. Además, establece una Mesa de Gestión Asociada para el Cauce Viejo del Riachuelo, “como instancia de participación abierta y pública ad honorem para la planificación, gestión y monitoreo de las acciones de preservación y salvaguarda de los bienes patrimoniales”. La Mesa de Gestión estará integrada por un representante del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, uno del Ministerio de Cultura, uno de la Comisión de Protección y Uso del Espacio Público de la Legislatura, uno de la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura y por los integrantes de la Junta Comunal de la Comuna 8 (Villa Riachuelo), así como personas, grupos, organizaciones y sindicatos que se consideren necesarias.
Por otra parte, Gradin advirtió que sobre la zona pesa el fantasma de la instalación de una planta de termovalorización de basura, porque cuando este año se aprobó la modificación a la ley de Basura Cero para permitir la quema de desechos, Villa Riachuelo aparecía como uno de los lugares posibles para el emplazamiento de una de las plantas de tratamiento. Y si bien, por ahora, la ley está trabada en la justicia por un amparo de las organizaciones ambientalistas, es una medida que los vecinos del barrio rechazan.
El integrante del colectivo de activistas ribereños contó que va a seguir explorando el lugar y que “la idea es convocar a gente que quiera trabajar con el cauce viejo para crear un espacio que quede como sitio histórico. Ya vinieron observadores de aves (ver aparte) y queremos que un biólogo releve todas las especies nativas”.
Guillermo Spajic, integrante del Club de Observadores de Aves de Palermo (COA Carancho), fue uno de los avistadores de aves que, munido de binoculares y cámara de fotos, participó como invitado del Colectivo en el recorrido por Cauce Viejo. “Fuimos a reconocer el lugar y ver qué encontrábamos. Fue bastante interesante, vimos varias especies, muchas rapaces, que no son tan comunes en el resto de la ciudad. El taguató, o gavilán pollero, que de las rapaces es la menos común, caranchos, chimangos y muchos pajaritos”, pero remarcó que “es una zona que si se restaurara un poco y se hiciera un pequeño trabajo de flora nativa, sacando vegetación exótica, sería mucho mejor porque se diversificarían las especies”, explicó el conservacionista, que visitó también otras reservas urbanas para visibilizar problemas.