
Clarín por Silvia Gómez
- Como el Teatro Colón, reabrirá el espacio que conecta dos calles del centro de la Ciudad.
- Cómo pusieron en valor la estructura de hierro que llegó desarmada de Alemania y Francia.
Luego de un importante trabajo de puesta en valor y restauración reabre sus puertas lo que fue la casa central del diario La Prensa, hoy sede del Ministerio de Cultura porteño. Este jueves para funcionarios e invitados, y desde el lunes 15 de septiembre para el público en general.
Esta reapertura viene con tres importantes novedades: le permitirá a la Ciudad de Buenos Aires sumar un nuevo espacio cultural, se habilitará su Pasaje de Carruajes para que la gente pueda atravesarlo -de Avenida de Mayo a Rivadavia- e incorporará un espacio gastronómico.
Los trabajos de la puesta en valor estuvieron enfocados en la recuperación del patio central, en el lucernario que derrama luz hacia el interior del edificio y en una importante prueba piloto de la restauración de la fachada. Además se hicieron obras en el hall central. Y también trabajos que no lucen pero que garantizan la perpetuidad de estas joyas patrimoniales, como por ejemplo los sistemas contra incendios.
El edificio fue concebido con un patio central al que balconean todos los despachos y oficinas. Los revestimientos, pisos y paredes fueron recuperados en esta obra, gracias al trabajo minucioso de especialistas en arqueología y patrimonio que lograron dar con los colores originales.
A su vez, el patio central se encuentra iluminado por un lucernario enorme, de hierro y vidrios repartidos. Fue íntegramente restaurado. Clarín relevó el trabajo que se llevó a cabo, para el que hubo que reponer 1.463 piezas de vidrio, la enorme mayoría diferentes unas de otras. También se consolidó la estructura de hierro -que llegó desmontada desde Alemania y Francia- y que se encontraba muy deteriorada.

A partir del 15 de septiembre habrá visitas guiadas y muestras de arte y actividades en los subsuelos, en donde originalmente funcionaban las rotativas. Además, este nuevo espacio cultural se sumará a la Red de Bibliotecas porteñas con una nueva sede: la Biblioteca Tomás Eloy Martínez. Y recibirá funciones teatrales y actividades de la programación del Centro Cultural San Martín, que actualmente se encuentra en obra.
“Recuperar espacios como éste permiten devolverle a la Ciudad su capital simbólico, un patrimonio cultural que nos define y conecta. Estos lugares no sólo son emblemas arquitectónicos. Son espacios de encuentro que nos representan a nivel local e internacional. Al ponerlos en valor, preservamos nuestra historia y ofrecemos un legado cultural vivo para que vecinos y turistas puedan disfrutarlo todos los días", dijo la ministra del área, Gabriela Ricardes.
Como el pasaje del Teatro Colón, con un bar y restaurante que ya se transformó en un clásico, el café del ex Diario La Prensa promete convertirse en un nuevo oasis urbano.

La historia del edificio
José C. Paz encargó su construcción al arquitecto Alberto Gainza y al ingeniero Carlos Agote. El palacio tiene seis pisos y dos subsuelos. Allí estaban las prensa rotativas en las que se imprimía el matutino.
En el primer piso está el Salón Dorado, que funcionaba (y lo sigue haciendo) como salón de actos. El artista plástico y muralista Nazareno Orlandi se inspiró en el Palacio de Versalles para dejar plasmada su obra en el techo. Orlandi fue también autor del mural que se encuentra en el cielorraso de la librería El Ateneo. Y también del marouflage (una técnica que consiste en realizar el trabajo en un lienzo, luego se coloca en un bastidor y después en el techo) que se encuentra en el ingreso al Palacio Biol, hoy sede de la Auditoria General de la Nación.


Según algunas versiones, el edificio tiene símbolos que remiten a la masonería. Incluso se cree que habría sido sede de algunas reuniones de la logia en Argentina.
Uno de los detalles más destacados del edificio es la estatua de Palas Atenea, ubicada en el coronamiento. Está íntegramente tallada en bronce, obra de Maurice Bouval. Pesa cuatro toneladas y llegó a Buenos Aires en barco. El propietario del edificio la encargó pensando en simbolizar el valor del periodismo en la construcción de una sociedad libre. Dicen también que para representar la libertad y la sabiduría: dos valores fundamentales para los masones.
Pese a su grandilocuencia, también tuvo sus años de oscuridad. En 1946 (durante el primer gobierno de Perón) el diario y el edificio fueron expropiados. Diez años después (con la autodenominada Revolución Libertadora) fue devuelto a la familia fundadora.
La obra de restauración

Una de los trabajos más complejos se llevó a cabo en la lucarna, que baña con luz natural el patio central, que articula las funciones de lo que actualmente es el Ministerio de Cultura. Todos los pisos "balconean" hacia este patio central, cuyo techo nunca había sido restaurado como ahora.
Para avanzar, se colocó una torre de 30 metros de altura, de 25 toneladas de peso, cuyas "patas" llegan hasta el segundo subsuelo, en donde originalmente funcionaron las rotativas del diario.
Tanto en muros del patio central como en las estructuras metálicas se hicieron cateos (decapado de la pintura) para llegar a los colores originales. A lo largo de los años, se realizaron muchas intervenciones que fueron tapando el color original del edificio, que ahora fue recuperado.

Cuenta la historia que su propietario, José Camilo Paz, tenía una ambición presidencial. Dieciseis años después iba a subir la apuesta con el Palacio Paz, que se convirtió en la residencia más grande de la Ciudad. Allí vivía junto a su familia, pero conceptualmente fue pensada y diseñada para que pudiera cumplir funciones de residencia presidencial.
"El propietario del diario entendía que podía mostrar también su poder como hombre influyente a través de la arquitectura. Cada abertura (desde los picaportes hasta el biselado de los vidrios), los pisos, la ornamentación, por supuesto el Salón Dorado (inspirado en el de Versalles), los ascensores, el pasaje de carruajes, la fachada; todos estos detalles fueron intervenidos con especialistas en cada uno de estos rubros", le había explicado a Clarín la arquitecta Natalia Basualdo, a cargo de la Gerencia Operativa de Infraestructura del ministerio, en una visita a las obras de restauración.



El edificio fue concebido teniendo en cuenta una multiplicidad de actividades. Había hasta consultorios médicos. Para los trabajadores y para las personas que circulaban por la zona o se acercaban desde otros barrios. También una biblioteca con acceso público; y habitaciones para invitados.
El pasaje de carruajes, la gran novedad
Sin dudas, "abrir" el edificio a la Ciudad es la gran novedad de la restauración. Se trata del pasaje de carruajes, que copió la idea de otros edificios de la época. Atravesaba el inmueble desde Avenida de Mayo hacia Rivadavia, pero en una leve diagonal, no con un trazado recto.


Ya con la restauración concluida, y a partir del lunes 15 de septiembre, se prevé que ambos portones de ingreso quedarán abiertos durante el día. Esto permitirá que se pueda atravesar. Y en el patio central se inaugurará el café, bautizado "El Periódico".






SC