La Nación | Pablo Fernández Blanco | 17 de diciembre de 2018
Pasar diciembre en paz, uno de los grandes objetivos de la Casa Rosada en un año en que la corrida cambiariagolpeó la economía y la inflación erosionó el salario, tiene un precio bien definido en la contabilidad nacional. Para contener la emergencia en el conurbano bonaerense -el lugar más efervescente del país-, en especial en vísperas de la Nochebuena, el Gobierno gira $1500 millones mensuales en planes sociales, según cálculos de LA NACIONa partir de números del Ministerio de Desarrollo Social y Salud, a cargo de Carolina Stanley.
La ayuda económica funciona como un bálsamo social, pero también político. Tiene la doble función de asistir a los sectores menos favorecidos de la población y, a la vez, enfriar cualquier tentación de agitar protestas. En octubre, la cartera de Desarrollo Social distribuyó$1459,64 millones en 39 partidos que, según ese ministerio, están contemplados en el denominado conurbano bonaerense. Y la cuenta anual superará largamente los $13.000 millones en planes por el refuerzo de fin de año.
Entre febrero y octubre se giraron en total $11.054 millones. En términos de obra pública, por caso, los fondos destinados a ayuda social en el año representan más de lo que se necesita para construir unos 140 kilómetros de ruta nueva.
Las cifras anteriores surgen de un pedido de acceso a la información pública que hizo LA NACION y contemplan estrictamente los recursos públicos destinados a planes sociales, por lo que en la práctica se le suman a la geografía provincial otras transferencias del Gobierno, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) -en términos técnicos es distinto a un plan- y la ayuda a comedores, por ejemplo.
La mayor parte de los fondos que destina Desarrollo Social al conurbano forman parte del programa Hacemos Futuro, el paraguas bajo el cual se amalgamaron otros como Argentina Trabaja, Ellas Hacen y Desde el Barrio, ya caducos. Representa un ingreso de $6000 para cada beneficiario Hacemos Futuro tiene particularidades que lo distinguen de sus predecesores. Entre ellas, llega directo a una cuenta de una persona en el Banco Nación, sin pasar por punteros, "gestores" del mundo político o intendentes, y requiere que quien lo recibe acredite cada cuatro meses que está cursando estudios primarios, secundarios, terciarios, universitarios o aprenda algún oficio. "Con el Hacemos Futuro cambian dos cosas interesantes. La contraprestación va a ser la educación y no el trabajo en tareas municipales. Hay un cambio de prioridad para terminar la secundaria, porque el 60% de los beneficiarios de esos planes no había terminado el secundario", recuerda José Florito, coordinador del Programa de Protección Social de Cippec. La cartera de Stanley aclara que para pertenecer al programa no hace falta "realizar ningún pago", y les recuerda a los beneficiarios: "Nadie puede obligarte a concurrir a actos y movilizaciones", según figura en su página web.
La evolución de los fondos destinados a planes muestra en parte la mirada de la Casa Rosada sobre la situación social tras la estampida cambiaria y el recrudecimiento de la inflación. En la primera parte del año, cuando ya estaba en marcha el plan de ajuste fiscal -más suave que el actual- promovido por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pero la economía mostraba señales de recuperación, los fondos destinados a ayuda se redujeron cada mes entre el 1% y el 4%. Esa situación cambió radicalmente en julio pasado -dos meses después de la aceleración de la corrida-, cuando crecieron 19% en un solo mes, algo que se repitió de forma más moderada en agosto y septiembre, según el análisis hecho por LNData.
Frente a la inflación
Los planes sociales, además, son posiblemente unos de los pocos ingresos que treparon por encima de la inflación. En abril, mes clave para el dólar , el Gobierno puso en el conurbano $1085,11 millones. En octubre pasado, la cifra había trepado hasta los 1459,64 millones, un 34,5% más. En el mismo lapso, la suba de precios fue del 30 por ciento. "Estos números rebaten cualquier tipo de imagen que pueda tener el Gobierno sobre una eventual vocación de aplicar un ajuste malvado y liberal, o que no le importan los pobres. Si fuese así, esto lo borraría de un plumazo", explicó Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos.
La especial dedicación de Stanley por el conurbano, tierra de la gobernadora María Eugenia Vidal, encuentra también argumentos en estadísticas privadas. Según el último informe de pobreza de la Universidad Católica Argentina (UCA), que mide la situación en el tercer trimestre de este año, el mayor aumento se manifestó geográficamente en esa zona, donde pasó del 36,1% que mostraba el año pasado al 43,4%. Impactó sobre la clase trabajadora marginal, la clase obrera integrada (segmento en el que están los jubilados) y la clase media no profesional. "Según nuestros números, en 2017 el 65,5% de hogares pobres acceden a algún tipo de transferencia, pero ese número baja a 61,3% este año. Esto no se debe a que cayó el presupuesto para esa tarea, sino a que hay más hogares pobres", señaló Juan Ignacio Bonfiglio, investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Para el especialista, si se tiene en cuenta que una canasta básica cuesta unos $25.000, la ayuda social es un paliativo.
El destino de la ayuda social también traza un mapa fino sobre las necesidades. Nadie recibe más fondos para planes sociales que La Matanza, el partido conducido por Verónica Magario, una de las espadas de la expresidentaCristina Kirchner en la provincia. Son $195 millones por mes, que representan el 14% del total destinado a planes en el conurbano en octubre.
La siguen de lejos La Plata, a cargo de Julio César Garro (Cambiemos), con $119,89 millones; Florencio Varela (Andrés Watson, Unidad Ciudadana), con $826,46 millones; Quilmes (Martiniano Molina, Cambiemos), con $673,97 millones.
Son la contracara de partidos donde la presencia de los planes en el tejido social es mínima. Por caso, nadie recibe menos fondos que General Las Heras (Javier Osuna, Frente Renovador, $21,62 millones), seguido por Vicente López, el distrito de Jorge Macri ($30,28 millones). Si se lo mide por habitante, la lista anterior cambia. Con
$687 por persona, La Matanza baja hasta la posición 24» y le cede el primer lugar a Presidente Perón (Alfonso Regueiro, Unidad Ciudadana), con $2063 por habitante en el acumulado febrero-octubre.
El 68% de los fondos para planes sociales entre febrero y octubre se destinó a municipios cuyos jefes comunales responden a Cristina Kirchner. En parte, eso se explica porque el color hoy representado por Unidad Ciudadana tiene la mayor parte de los 39 distritos del denominado conurbano. Pero también porque la fórmula liderada en 2015 por la expresidenta hizo pie en los conglomerados más pobres, que requieren más ayuda social. Dado que la administración de los planes es no pasar por los jefes comunales, es también una manera de apaciguar el ánimo social en tierras donde el oficialismo nacional no tiene la conducción.