Clarín.com Opinión
14/01/2020 -Es hora de debatir si un modelo de desarrollo o la salida de la profunda crisis que castiga a la Argentina, puede lograrse sin que haya un acompañamiento de la logística y el transporte de cargas.
Un país que pretenda tomar la senda de un crecimiento sustentable, debe tener como factor clave el transporte de la mercadería. Amplios estudios, análisis de costos y estadísticas muestran que el ferrocarril, trae un ahorro del orden del 55% en el costo del transporte de mercaderías. El tren puede ser la herramienta a recuperar para acompañar una eventual recuperación de nuestra economía, sin sustituir al camión y otros modos de transporte, pero aportando capacidad de carga, y ahorro en costos logísticos que cualquier proceso de desarrollo requiere.
Las estadísticas, no vienen siendo alentadoras para nuestro país. Por ejemplo, en los últimos cuatros años el empleo ferroviario cayó casi un 15% el empleo ferroviario en los últimos cuatro años. Esa caída se registró en los últimos cuatro años frente a la pasividad y el silencio de los sindicatos de la actividad.
De 2015 a 2019 se perdió el 14,5% de planta laboral del sector, según un relevamiento realizado por la Unión de Trabajadores Ferroviarios (UTF). Esto se agrava si se tiene en cuenta que por ejemplo Vaca Muerta, requiere cada vez mayor demanda logística y el ferrocarril, Norpatagónico, parece dormir el sueño de los justos.
La ausencia de una política ferroviaria integral sumada a la inacción sindical llevó a una catástrofe laboral pocas veces vista en nuestro sector. El estudio analizó la evolución de la dotación ferroviaria en las principales empresas de la actividad. En todas las firmas hubo pérdida de personal.
De un total de 32.060 trabajadores al inicio de la gestión anterior, el 2019 cerró con 27415 trabajadores bajo convenio, lo que implica una caída laboral de casi el 15%, con una marcada pasividad de las organizaciones gremiales, que nunca se pusieron al frente con seriedad, mientras las familias ferroviarias perdían sus puestos laborales y el esfuerzo de tantos años de trabajo.
Los números hablan de una ausencia de representación y eso es lo que llevó a miles de afiliados a organizarse y constituir la UTF, un sindicato con verdaderos valores ferroviarios que defiende las conquistas, y sobre todo el empleo y derechos de sus representados. El ferrocarril siempre ha sido sinónimo de progreso y hoy vuelve a mostrar que puede ser protagonista de una argentina que puede superar la crisis y encarar la senda del crecimiento.
Ignacio De Beláustegui es secretario general interino de la UTF.