Lucía Bellocchio. 29/05/2022. Clarín Opinión
El foco de todos los esfuerzos debe estar puesto en las necesidades de la población.
Cuando de ‘smart cities’ (ciudades inteligentes) se trata, pensar en diseños creativos y soluciones innovadoras no refiere necesariamente a la última incorporación tecnológica ni a vanguardias arquitectónicas. En el mejor de los casos, la creatividad, construida a través del diálogo entre múltiples disciplinas, tendrá a la ciudadanía en la base de su inspiración y en el destino de sus acciones.
En este escenario, el ritmo de la innovación sólo podrá medirse mediante el desarrollo de soluciones basadas en las personas para mejorar sus experiencias y calidad de vida en espacios urbanos. Creatividad para pensar diferente, innovación para construir colectivamente.
Para alcanzar el desarrollo de ciudades inclusivas, equitativas, que garanticen la protección de los derechos humanos de sus residentes, el foco de todos los esfuerzos debe estar puesto en las necesidades de la población.
Por obvio que parezca, no siempre se repara en esto al momento de diseñar políticas públicas de impacto local. Y aquí es donde se juega la capacidad de innovar para hacer participar activamente a las personas que habitan las ciudades en la construcción de soluciones.
Fortalecer los vínculos con la ciudadanía y lograr que sean cada vez más transparentes debe ser el primer objetivo de cualquier decisión que busque la integración de comunidades diversas y quiera revolucionar las formas estancas y burocráticas de gestión.
El intercambio de ideas y experiencias divergentes al interior de cada espacio urbano será el motor para construir soluciones con la ciudadanía que provean una mejor calidad de vida, favorezcan la cohesión social y el desarrollo sostenible.
Lejos de que sea necesario imaginar ciudades futuristas o fuera de nuestra realidad, se puede aplicar la innovación y la creatividad para transformar los movimientos cotidianos que las personas realizan en sus barrios, trabajos y lugares que frecuentan diariamente.
La creatividad puede ser aplicada para desarrollar tecnología a través de alianzas público-privadas que sean funcionales al objetivo de crear más y mejores soluciones, con menos recursos. También, para crear espacios de participación y poder para la ciudadanía y que sea esta quien lidere la innovación basada en el mejor conocimiento de causa: ser habitantes del espacio que se busca transformar.
Espacios verdes, mejor educación y servicios sociales, salud y prosperidad económica son ámbitos fundamentales donde la creatividad y la innovación pueden marcar una diferencia.
Las ciudades atraviesan desafíos como la desigualdad social y el impacto de la crisis climática, entre otras problemáticas que crecen a gran escala, en un contexto de rápida transformación digital. Los líderes políticos locales deben estar dispuestos a convocar al diálogo interdisciplinario y comunitario para crear soluciones que acompañen las reconfiguraciones sociales urbanas, generar prosperidad e impulsar el desarrollo de sus comunidades.
El pensamiento creativo permitirá encontrar nuevas maneras de ubicar a los ciudadanos en el centro de las políticas públicas, de medir el impacto de las decisiones estatales en base a datos y escalar soluciones para que alcancen a toda la población.
La innovación puede señalar elcamino para ganarle a la burocracia que suele caracterizar a los aparatos de Estado, que cada vez se alejan más de las necesidades de las personas que habitan las ciudades.
El diálogo constante con la población local por parte de las autoridades y la participación ciudadana como elemento indispensable en la toma de decisiones y aprobación de políticas que impactarán en la vida cotidiana serán posibles en la medida que la creatividad y la innovación estén al servicio de la reestructuración de los ritmos, escenarios y dinámicas en las ciudades.