04/09/2019 #NUESTROMAR
Las autoridades mantienen el cronograma del proceso. Pero postergaron la apertura de los sobres para ocho días antes del cambio de Presidente. Si bien desde el Gobierno aseguran que se mantendrá la licitación a pesar del clima político y de la crisis financiera que sufre el país, el traspaso del Puerto de Buenos Aires a un solo operador podría sufrir demoras y hasta una eventual cancelación de todo el proceso.
De hecho, desde varios sectores ligados con las actividades portuarias se asegura que la apertura de los sobres con las ofertas podría aplazarse para mayo del año próximo con el objetivo de que sea el nuevo gobierno que asuma a partir del 10 de diciembre el que tome la decisión de continuar con el plan o de darlo de baja y estudiar un nuevo proyecto.
Hasta algunos se animan a sostener que el Frente de Todos buscará modificar drásticamente el proyecto inicial que todavía defienden desde el gobierno de Mauricio Macri para entregar a un solo operador las cinco terminales en reemplazo de los cuatro grupos que actualmente se reparten las actividades del puerto porteño.
En la actualidad, las actividades portuarias se encuentran divididas entre cuatro terminales. Es decir, Terminales Río de la Plata (TRP), a cargo de las zonas 1,2 y 3 de Puerto Nuevo y que está formada por Dubai Ports Word, un holding estatal de Emiratos Árabes, y el grupo local propiedad de Alfredo Román. También Maersk, que está a cargo de la Terminal 4, y Hutchinson Ports, que controla la Terminal 5.
Como parte del proceso licitatorio, todas deben entregar sus concesiones en el 2020, según una Resolución del Ministerio de Transporte de la Nación publicada en el Boletín Oficial publicada en diciembre del año pasado.
Sin embargo, se habla de la posibilidad de ampliar ese período hasta mayo del 2021. Es decir, sumarle un año ante la eventual posibilidad de que todo el proceso licitatorio se atrase o se congele por el cambio de escenario político.
Lo concreto hasta el momento es que la Administración General de Puertos (AGP) que comanda Gonzalo Mórtola aplazó hasta el próximo 2 de diciembre la apertura de los sobres con las ofertas que en el cronograma inicial se iban a conocer el 2 de octubre. Una determinación con buen criterio y, aunque el funcionario no lo diga, vinculada a la coyuntura política y electoral actual.
Este cambio es el que más ruido ha generado en el mercado, en especial teniendo en cuenta que se conocerán los nombres de los grupos candidatos a quedarse con el negocio ocho días antes de que, si el proceso electoral se mantiene como los resultados de las PASO, Alberto Fernández se convierta en el nuevo presidente de los argentinos.
En diálogo con iProfesional, el propio Mórtola desestimó cualquier posibilidad de cancelar la licitación y sostuvo que la transformación de la actividad en el puerto porteño se trata de una política de Estado que debe trascender a los gobiernos de turno.
"La licitación marcha tal cual la hemos establecido y si corrimos la apertura de los sobres fue para hacer caso a un pedido de los candidatos que pidieron más tiempo para analizar los pliegos", agregó el titular de la AGP.
Sin embargo, fuentes del mercado y de algunos de los grupos que se anotaron para participar de la licitación estimaron que el próximo gobierno pondrá en revisión el proceso, en especial para estudiar los reclamos gremiales y de sectores peronistas que piden modificar las condiciones y hasta en algunos casos proponen dividir las actividades entre dos operadores.
También para escuchar la postura de las pymes, preocupadas por entender que la unificación de la operación provocaría una pérdida de al menos 500 puestos de trabajo. Como ejemplo, argumentan lo sucedido tras la presentación del procedimiento preventivo de crisis de TRP que en julio del año pasado provocó un centenar de despidos.
En cuanto a la licitación, hasta ahora serían cuatro las empresas que habrían presentado ante la AGP ofertas concretas para asumir las operaciones: TRP; APM Terminals; Hutchinson Ports y el grupo inversor filipino International Container Terminal Services (ICTS).
En principio, no serían de la partida los operadores del puerto de Singapur, que entre los sectores gremiales vinculan al empresario Nicolás Caputo y a un supuesto proyecto inmobiliario que el mejor amigo del presidente Macri impulsaría junto con Angelo Calcaterra, primo del Jefe de Estado, en las tierras del puerto porteño.
En este caso, el interés es doble, portuario e inmobiliario para complementar la zona de Puerto Madero que si bien se convirtió en un proyecto exitoso, tiene 120 años de existencia y muchos fracasos en varias etapas.
En lo que respecta a Puerto Nuevo, podría quedar obsoleto en una década si no se piensan inversiones orientadas a la infraestructura y calado de los buques que recorrerán los mares en los próximos 50 años.
El plan de Cambiemos fue lanzado en diciembre del año pasado por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich y la AGP con el objetivo de adjudicar el proceso entre octubre y noviembre próximos, plazo que ahora será extendido.
En los pliegos se explica que el proyecto de modernización de la zona portuaria porteña "tiene como finalidad adaptar su infraestructura al crecimiento del tamaño de buques y a las características del tráfico de contenedores, modificando la configuración centenaria de dársenas y avanzando con la construcción de muelles corridos, entendiendo por tales aquellos capaces de atender de forma eficiente más de un sitio de atraque en simultáneo de buques New Panamax".
Agrega que el proyecto "consolidará un movimiento hacia el norte de la actividad portuaria de carga, liberando espacio para la atención exclusiva de pasajeros y actividades conexas en el sur del Puerto Buenos Aires, utilizando el resto de los espigones al inicio de la concesión (zona que se llamará "Terminal Interior"), para luego avanzar con el relleno al norte del Sexto Espigón hacia el este, conformándose, en consecuencia, una nueva terminal de contenedores, denominada Terminal Exterior".
Desde el Ministerio de Transporte explican que el grupo adjudicatario deberá, entre otras condiciones, continuar las obras de ampliación que ya se están realizando y que demandarán desembolsos por u$s760 millones en los primeros 10 años.
Según la intención oficial, la renovación de la infraestructura portuaria duplicará la capacidad actual de carga y contará con un diseño flexible, adaptable a las necesidades del mercado de una manera más competitiva y sustentable.
Hasta el momento, Puerto Buenos Aires realizó obras de ampliación por u$s75 millones, ganando nueve hectáreas para operaciones logísticas en la Dársena F y 15 hectáreas al norte del sexto espigón que funcionará como una terminal de carga externa, y permitirá el ingreso de buques más grandes y con mayor capacidad de carga.
Desde el Gobierno estiman que el beneficio de entregar el control del puerto porteño a un solo grupo se observará en los costos ya que las tarifas máximas serán establecidas por pliego para garantizar una mayor transparencia y competitividad.
De acuerdo a las autoridades, se trata de un plan a 50 años en el que estuvieron trabajando junto a la consultora internacional ALG y a los operadores del puerto de Rotterdam, que incluye la unificación de las tres concesiones actualmente vigentes para lograr una mayor competitividad. (Andrés Sanguinetti - IPROFESIONAL)