11/01/2021 I Clarín
Vanesa López
Aunque durante los primeros meses los cartoneros no pudieron trabajar, el hábito no se perdió en la Ciudad. Y muchos vecinos empezaron a hacerlo a partir de estar más tiempo en su casa.
La cuarentena por el coronavirus nos encerró, nos aisló, nos impactó. Muchos sentimos miedo, cansancio, ansiedad o agotamiento. Pero, en medio de esa vorágine, hubo un hábito que no se vio afectado: la separación de residuos. Es más: algunos vecinos aseguran que lo practicaron más que nunca.
“Tengo dos tachos en casa: uno verde y uno negro. En el verde pongo plástico, cartón y vidrio. Todo lavado y seco. Y lo dejo en el edificio, en una bolsa verde. Durante la cuarentena lo seguí haciendo, porque me pareció que era lo que tenía que hacer”, cuenta Marina Zapperi, de San Telmo.
Fuentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño aseguran que –a pesar de lo que vivimos a partir de aquel 20 de marzo en que se decretó el aislamiento- esta costumbre se mantuvo inalterable.
“Es cierto que pudo haber una disminución en el volumen de recolección de reciclables porque los recuperadores urbanos, debido al contexto y a fin de preservar su salud, durante la primera etapa de la cuarentena no estuvieron realizando sus recorridos habituales”, cuentan los voceros del Gobierno de la Ciudad.
"Respecto a los cambios de hábitos de los vecinos, es posible que durante el período de ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio) hayan elegido disponer sus reciclables en contenedores verdes, campanas verdes y Puntos Verdes, o bien que hayan realizado acopio en sus hogares, debido a que el servicio de recuperadores urbanos estuvo temporalmente interrumpido", señalan.
Sin embargo, aclaran desde el Gobierno porteño, “esto no quiere decir que los vecinos hayan separado menos en sus casas”.
“En primer lugar, porque la recolección de reciclables en los puntos físicos (contenedores verdes y campanas verdes) no se vio afectada, dado que se realiza de manera mecánica a través de camiones recolectores. Y en segundo lugar porque todos los vecinos cuentan con un punto de disposición de reciclables cerca de su domicilio”, continúan.
Actualmente el promedio de recolección de reciclables está por debajo de 380 toneladas diarias. A partir de la flexibilización de la cuarentena comenzó la vuelta progresiva de los recuperadores y, mes a mes, se están ampliando las rutas de recolección para alcanzar los promedios previos a la pandemia
Además, la Ciudad está incorporando nuevos medios de captación de reciclado. Se trata de una distribución estratégica para que los vecinos tengan un punto de disposición cada 150 metros, cercano a su hogar, visible e identificable.
Por su parte, desde la asociación civil Ecoplas, especializada en plásticos y medio ambiente, tampoco tienen evidencia de que durante el confinamiento se haya separado menos. Al contrario, ellos detectaron que la presencia obligada de las personas en sus casas les permitió tomar conciencia de lo que consumen.
Fue así como lo vivió Andrea Pérez. “Como estaba más en casa, creo que estaba más cuidadosa en todo. Lo que antes pensaba que me implicaba tiempo, creo que durante la cuarentena fue cuando más lo hice”, comenta la vecina del barrio de Chacarita
Aunque trata de dividir -verde por un lado y negro por el otro- Andrea no se considera una “obse” en el tema. “Lo hago, a no ser que algo esté muy sucio y me dé fiaca limpiarlo. Como cuando pedís carne y te viene la fuente tan sucia que decís: ‘Si le saco toda esta grasa tardo un montón’”, ejemplifica.
La Ciudad gestiona alrededor de 8 mil toneladas de residuos sólidos urbanos por día, entre orgánicos, reciclables, forestales y áridos. De ellas, alrededor de 3.200 toneladas son forestales y áridos, mientras que más de 400 toneladas son de reciclables.
Aproximadamente el 90% de los residuos recibe tratamiento. Gracias a esto, desde la Ciudad aseguran que lograron reducir en más de un 50% lo que se destina a relleno sanitario.
El hábito de la separación de residuos en origen (es decir, en las casas) “está cada vez más instalado”, subrayan los voceros del Gobierno porteño, quienes celebran el aumento del número de vecinos que se comprometen con esta causa.
La recolección se realiza de manera mecánica a través de camiones recolectores. Foto Archivo/Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
Con una mirada más nacional, el planteo de Ecoplas es diferente. Desde esta asociación explican que antes de la pandemia ya era necesario mejorar y aumentar el porcentaje de separación domiciliaria.
Es que, a nivel país, la situación varía. Existen algunos programas provinciales y municipales con centros de separación. Por ejemplo, la ciudad de Córdoba estableció un sistema de doble logística de recolección para los reciclables en bolsas verdes y restos de comida (húmedos) en bolsas negras.
Por su parte, el Ministerio de Ambiente de la Nación coordina con los municipios la gestión de cooperativas para la recolección, separación y venta de los residuos reciclables.
Sin embargo, los esfuerzos no parecen alcanzar. En 2019, Ecoplas realizó junto a la consultora Opinaia el estudio “Los argentinos y el reciclaje”, entre 2.077 personas de todo el país. Arrojó que 4 de cada 10 no separaban residuos porque no cuentan con la suficiente información, educación, e infraestructura para poder hacerlo.
“Actualmente se reciclan 241 mil toneladas de plástico por año en Argentina, pero las industrias recicladoras tienen un 50% de capacidad ociosa por la baja separación de residuos”, indican.
En algunos barrios bonaerenses, reciclar se complica. Por ejemplo, Nélida Da Silva vive en Ciudadela y comenta que en los alrededores de su casa no hay cestos especiales para estos residuos. “Yo lo pongo todo en una bolsa verde y la dejo en la vereda. El camión de la basura se lo lleva, pero no sé qué hace con eso”, se lamenta.
“Lavo todo (lo reciclable) y lo dejo secar. Mi hijo me dice que parezco una vieja loca. Pero me da pena tirarlo a la basura. Yo creo que un granito de arena entre cada uno estaría bueno. Por el Planeta y también para darle trabajo a la gente de esa manera”, cierra Nélida.
¿Qué materiales son reciclables?
Papel y cartón: cajas, envases, sobres, revistas, diarios, folletos, envases de tetrabrik, etc.
Plásticos: botellas y envases de distinto tipo, tapitas, papel, sachet, bidones, potes, film, vajilla descartable, etc.
Metales: latas de bebidas y conservas, desodorantes, llaves, picaportes.
Vidrios: botellas y frascos que no estén rotos.