LA NACION | BUENOS AIRES por María Ayzaguer
En algunas comunas se retiraron las campanas verdes o se reemplazaron por otras que solo pueden vaciar los camiones; vecinos y encargados de edificios denuncian falta de información
En el edificio en el que vive Fernando García, en el límite entre Belgrano y Villa Urquiza, se separan los residuos reciclables de los no reciclables desde hace años. En cada piso hay tachos verdes y negros para tal fin. Unas semanas atrás, el joven tuvo que descartar una caja grande de cartón que no entraba en los espacios asignados, por lo que bajó a la vereda en busca de la campana verde de su cuadra. Pero se llevó una sorpresa. "No estaba ninguna de las tres que había en la manzana. Como el punto verde [centro de acopio] más cercano me queda a varias cuadras, terminé dejando los cartones junto a un tacho negro. Desde que desaparecieron los contenedores verdes, en mi edificio estamos todos separando sin sentido, porque el encargado tira toda la basura junta al contenedor negro", relató.
Fernando no es el único desconcertado. Este año, la Ciudad empezó a cambiar el sistema de recolección y, al momento, hay vecinos confundidos, encargados desinformados y recuperadores que se sienten perjudicados. Los vecinos, porque en algunos barrios desaparecieron las campanas verdes. Los encargados, por la misma razón. Y las cooperativas, porque al haber menos recipientes para reciclables dependen de los encargados para obtener el material.
Hoy hay tres sistemas de recolección de reciclables en la Capital. En algunos barrios se eliminaron todos los tachos específicos y solo pasan a levantar reciclables las cooperativas de recuperadores urbanos, por tratarse de zonas con mayoría de oficinas y locales gastronómicos; es el caso de la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución). En gran parte de los barrios porteños siguen existiendo las campanas verdes en las que los vecinos arrojan sus reciclables. Y hay dos comunas, la 2 y la 13, en las que se está probando un sistema mixto en el que conviven las campanas verdes y las cooperativas de recuperadores urbanos asignados por zonas. En ellas se registra el mayor desconcierto.
La Ciudad empezó a retirar campanas verdes, o a reemplazarlas por otras más cerradas, porque muchas veces generaban suciedad y desprolijidad en la vía pública. Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público explican que se cambiaron porque las anteriores eran "inseguras y vandalizables". Las cooperativas denuncian que cada vez hay menos tachos verdes en las calles, lo que hace que se desperdicien los reciclables, que van a parar a los negros por desconocimiento o comodidad; también, que las nuevas campanas verdes -que solo pueden ser vaciadas por camiones que las levantan- les quitan trabajo.
"Solo quedaron campanas verdes en las avenidas; en las calles internas casi no están", dice Lorena, una recuperadora de la cooperativa Las Madreselvas, que trabaja en la comuna 13. Tiene un fierro largo en la mano con el que se mete dentro de los contenedores negros a buscar los descartables que los vecinos, por falta de información o de opción, tiran allí. Por sumergirse, ya se cortó dos veces.
Según informó el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, actualmente hay 50 campanas mecanizadas en la comuna 13, que comprende a Núñez, Belgrano y Colegiales. Pero no pudo precisar con exactitud cuántas había antes del recambio.
Lorena cobra un sueldo básico de $11.000, que alcanza para poco, y logra hacer un extra con los reciclables que carga en sus tres bolsones y cobra por kilo. Cada vez es menos porque no puede recolectar reciclables de los tachos que faltan. "Dependemos de la buena voluntad de los porteros que ya nos conocen y nos separan la basura, pero no todos lo hacen o conocen. En el último tiempo perdimos hasta los cartones de un supermercado que siempre nos daba y que empezó a venderlos por su cuenta", cuenta con preocupación la mujer, que tiene cuatro hijos. Pese a lo duro de su trabajo, agradece tener un sueldo.
Sin explicación
Muy cerca de Cabildo y Juramento, Dardo Aguirre es encargado de un edificio de viviendas y sabe que hace tiempo sacaron las campanas verdes de la cuadra. Pero cuenta que nadie le explicó qué tenía que hacer a continuación. Por su esquina pasan todas las mañanas los recuperadores urbanos, pero él saca los materiales reciclables por la noche, cuando aparecen los cartoneros independientes. "Los dejo fuera del tacho negro para que los encuentren fácilmente", explica.
A la vuelta y en la misma manzana, la encargada Patricia Guarda se enteró de la nueva modalidad y pudo coordinar con una cooperativa, que pasa cada mañana siempre que no llueva. Ella sabe que si deja las bolsas fuera del contenedor negro las recuperadoras de su cuadra saben que son reciclables y se las llevan.
En otros puntos, basura y reciclables se mezclan en los contenedores negros Fuente: LA NACION - Crédito: Ignacio SánchezConsultados por el desigual cumplimiento de la nueva modalidad mixta, desde el Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público explicaron que el programa está en una "prueba piloto" y que antes de que se retiraran las viejas campanas verdes de algunos barrios había recuperadores explicando el cambio de sistema. También, que hay concientizadores que constantemente recorren las cuadras para explicar cómo funciona.
"Los vecinos se acostumbran al lugar donde tienen el tacho verde. Todos tienen distintos horarios y el recuperador no puede estar las 24 horas en la calle esperando a que salgan con la bolsa de reciclables. ¿Cuántas veces los cambiaron ya?", se pregunta Cristina Lescano, directora de la cooperativa El Ceibo. "La gente recién ahora está tomando conciencia de que tenemos que reciclar: si ven que se lleva todo a la Ceamse, indiscriminadamente no lo va a hacer más", detalla.
Según comenta, de los alrededores del gran galpón que la cooperativa opera en Palermo desaparecieron los contenedores verdes. Lescano asegura que ante esta situación los vecinos descartan reciclables en los negros, que van a relleno sanitario. "Por eso se sigue viendo a recuperadores dentro de los tachos. Si el Estado no apoya el circuito del reciclado, hay que ayudar a los vecinos. No es culpa ni de ellos ni de las cooperativas", agrega.
Algo similar observa con alarma Alicia Montoya, de la cooperativa El Álamo. "Claramente seguimos destinando bolsas verdes a tachos negros", dice.
Sostiene que el mismo diseño de las campanas verdes atenta contra el reciclado. "No tienen un pedal como los negros. La boca de goma es muy chica e impide colocar una bolsa de consorcio. ¿Una persona tiene que ir, abrir la bolsa y meter los productos de a uno?", se pregunta.
Las cooperativas también ven con desconfianza el nuevo diseño que tienen las campanas mecanizadas. Las anteriores tenían una puerta que podía abrir el recuperador para extraer los reciclables. Para Montoya, es "indignante. En este momento social, es sacarle el material a la gente que menos tiene".
Desde la Ciudad, sin embargo, sostienen que el nuevo sistema reconoce al recuperador al permitirle tomar ciertas zonas de recepción de material con exclusividad.
En el sitio web de Ambiente y Espacio Público existe un mapa interactivo en el que colocando la dirección se puede averiguar dónde queda el contenedor o el recuperador urbano más cercano.