Clarín
Será la sede de Desarrollo Humano y Hábitat. El edificio tendrá tres pisos y 17.700 metros cuadrados.
La demolición del Elefante Blanco se hizo a pico y pala y duró 195 días. Paralelamente, se fue levantando la
estructura del edificio que será sede del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad. Foto: Mario
Quinteros
Hace 80 años, en ese rincón de Villa Lugano estaban construyendo el hospital más grande de Latinoamérica. Pero la obra fue abandonada y en vez de un hospital quedó una gran mole de 14 pisos. La bautizaron "Elefante Blanco", un símbolo de los proyectos grandilocuentes e insostenibles. La estructura se alzó como una sombra sobre la Villa 15
y, además, se convirtió en una precaria vivienda para decenas de familias, habitantes de la Ciudad Oculta. Después de su relocalización, el edificio fue demolido a pico y pala. Terminaron hace tres
meses. Paralelamente, se fue levantando otra estructura, la de Ministerio de Desarrollo Social y Hábitat de la Ciudad. Los trabajos avanzan con rapidez y así pueden verse desde un drone.
La nueva sede del ministerio, sustentable e inteligente, va a tener tres pisos y 17.700 metros cuadrados sobre la avenida Piedra Buena. Allí trabajarán 1.138 personas.
En una visita a la construcción, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, explicó: "La obra tiene dos partes. Una es la que respecta al edificio del ministerio, que a partir de mayo empieza la
mudanza y para julio calculamos que esté todo listo. La otra es la que tiene que ver con el espacio público, donde acá también vamos a tener para mitad de año un parque enorme y verde para que todos los chicos puedan disfrutar".
Las obras de infraestructura en todo el barrio incluyen redes cloacales, pluviales, eléctricas y de fibra óptica, construcción de calles, veredas, cordones, cunetas y luminarias.
El proyecto del hospital fue impulsado por el entonces presidente Juan Domingo Perón, pero después del golpe militar de 1955 la construcción quedó abandonada. El Elefante Blanco fue ocupado por varias familias, que vivían en condiciones de hacinamiento y sin servicios básicos como acceso al agua potable. En los subsuelos del
edificio había basurales y aguas servidas, lo que favorecía la presencia de roedores e insectos.
El Gobierno porteño se hizo cargo de la estructura en 2011. Más adelante, negoció la relocalización de 90 familias que vivían en su interior y de otras 180 que habitaban en las inmediaciones. Algunas, incluso, tenían sus casas apoyadas contra paredes del edificio.
La demolición llevó 195 días de trabajo a pico y pala. Terminó en octubre del año pasado.