"El licenciado en Diseño del Paisaje, Fabio Márquez, dialogó sobre cómo se desarrollan los procesos de participación ciudadana en las intervenciones urbanas y qué es lo que debería tenerse en cuenta para mejorarlos. El Auditor
El Parque de la Estación, en Balvanera, impulsado por la demanda vecinal.
La Guía de Intervención en Espacios Públicos es una publicación realizada por el CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Allí se brindan herramientas para la creación de espacios públicos de calidad y se parte de la premisa de que, para promover un desarrollo urbano sostenible, es necesario que se pondere la multidimensionalidad de los efectos que producen las redes de espacios públicos sobre la inclusión social, las dinámicas económicas y los aspectos ambientales.
Una de las cuestiones que se resaltan en la guía es que para sumarle calidad a una intervención de espacios públicos se debe realizar un abordaje integral en el que se tenga en cuenta su planificación, diseño, implementación y gestión, además de fomentar las relaciones de proximidad, cuidar el ambiente urbano y orientar el desarrollo de nuestras ciudades hacia el bien común. En esa línea, desde Ciudad Auditada, una iniciativa de Fundación Éforo, entienden que para lograrlo, deben desarrollarse procesos de participación ciudadana que “no se confundan con la aplicación de herramientas de consulta, sino como un proceso de fortalecimiento de gobernanza en un sentido amplio".
El licenciado en Diseño del Paisaje, Fabio Márquez, dialogó con Ciudad Auditada sobre cómo se desarrollan los procesos de participación social para las intervenciones de los espacios verdes públicos de la Ciudad de Buenos Aires.
- ¿Cómo ve la participación ciudadana vinculada al desarrollo urbano en la Ciudad de Buenos Aires?
La Ciudad tiene una diversidad de situaciones y actores sociales con distintos puntos de vista, intereses y necesidades. Cada propuesta que pueda desarrollarse en el ámbito urbano, con intención de mejorar la calidad de hábitat, deberá incluir metodologías de participación social no sólo para considerar la opinión de quienes voluntariamente quieran expresarse, sino también construir procesos sociales participativos en los que haya intercambio de ideas y propuestas, para intentar construir acuerdos o consensos mínimos que permitan validar cualquier acción concreta de transformación de algún espacio de la ciudad con la población usuaria o potencialmente usuaria.
- ¿Está fortalecida la Ciudad de Buenos Aires en procesos de participación ciudadana?
El marco legal sobre participación que tiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es precursor respecto a conceptos de participación social ciudadana desde la propia Constitución sancionada en 1996, en cuyo artículo 1º define que la Ciudad organiza sus instituciones autónomas como democracia participativa. Luego define variadas instituciones en las que deben esa democracia participativa.
- A pesar de lo que decís, la participación ciudadana en temas urbanos de la Ciudad tiene altos y bajos con procesos que no se desarrollaron o quedaron truncos
Para que haya una participación social efectiva debieran instrumentarse métodos según las diferentes situaciones y definir el grado de incidencia a quienes participan en la toma de decisiones de la convocatoria a participar. En la participación social activa es tan importante el proceso participativo como el resultado, ya que en el proceso es donde se comparten opiniones diferentes y se construyen acuerdos que impactan en la decisión final. Procesos eficientes en términos de tiempo y espacio para que sea una participación estimulada a convocar mayorías. Buscar sumar las voces diferentes para enriquecer el debate de modo inclusivo. El nivel de incidencia de esa participación en la decisión que se busca alcanzar debe ser aclarado desde el principio, así como la cantidad de tiempo que debe requerir la gente que participe. Ofrecer claridad en el proceso participativo es sustancial para construir la confianza de qué el proceso participativo es tomado en serio por las autoridades que lo convocan y que hay compromisos que se van a sostener en la medida que la participación en este proceso se concrete, alcanzando los objetivos establecidos.
- Si bien hay mucha bibliografía al respecto, la CAF publicó una guía de intervención para espacios públicos orientada a gobiernos locales donde señalan que la participación es clave para la construcción democrática de los espacios públicos, y no debe confundirse solo con la aplicación de herramientas de consulta. ¿Qué opinás al respecto?
Específicamente para los espacios verdes públicos, la participación social es central, ya sea para desarrollar un proyecto como para definir la gestión participativa. El espacio público es el espacio constructor de comunidad, integrador social y de referencia democrática a escala local. Por lo que toda intervención en un espacio verde público, ya sea para crearlo o para modificar uno existente, debiera incluir la participación social promovida tanto en cantidad como en calidad, ofreciendo información relevante y sensible para facilitar que la población participe e incluir en el debate la posterior gestión participativa, construyendo acuerdos de agendas de actividades junto con el Gobierno de la Ciudad. En principio, la definición de un espacio verde público es una decisión política, construir acuerdos sociales sobre la plaza necesaria y luego los equipos técnicos transformar esa decisión política colectiva en proyecto para materializarla.
- ¿Qué espacios verdes en CABA fueron resultado de estos procesos?
Los casos de espacios verdes públicos porteños que son referencia con respecto a la participación social son el Parque Avellaneda, precursor de la gestión participativa con el modelo de Mesa de Trabajo y Consenso por el Plan de Manejo del Parque, formalizado en el año 2000. También tenemos el Parque de Flora Nativa Benito Quinquela Martín, en La Boca, el primero de flora nativa rioplatense de la Ciudad y referencia en diseño con metodología participativa, inaugurado en 2006. Además el más reciente e innovador, que es el Parque de la Estación, en Balvanera, surgido también al calor de la demanda vecinal, el segundo de flora nativa, con edificaciones patrimoniales y también con Mesa de Trabajo y Consenso en su gestión cotidiana, abierto al uso en dos etapas, en 2018 y 2019. Le falta completarse con una tercera etapa que no se ha concretado aún. Estos son tres casos referentes sobre participación social y espacios verdes públicos, pero excepcionales ante un Estado local que no promueve esta modalidad de gestión pública.
- ¿Podemos afirmar que las gestiones de gobierno le esquivan a participación social efectiva?
Los resquemores a instancias de participación social pueden ser por esquivar transparencia, desconocimiento de metodologías aplicables o mero autoritarismo en la toma de decisiones. A esta altura del Siglo XXI, diseñar un espacio verde o definir su gestión cotidiana debiera incluir siempre modalidades de participación social. Mejoraría sustancialmente la calidad de uso de los espacios verdes públicos, los haría más sostenibles ambientalmente y propondría vínculos entre gobernados/gobernantes más fluidos, con mejor diálogo práctico. No es una decisión técnica, es una decisión política.