Si saliéramos a la calle para hacer una encuesta sobre cuál es la marca de muebles, artículos de hogar y decoración más conocida en casi todo el mundo, Ikea sería la opción ganadora. Esta gran empresa de origen sueco nació en 1943, de la mano de su fundador, Ingvar Kamprad, como un pequeño negocio de venta mediante un catálogo por correspondencia. El negocio se vio favorecido por el contexto en el que nació, ya que una de las principales materias primas que se producían en el país nórdico era la madera, material principal con el que construir los muebles.
En la actualidad, poco queda de aquel proyecto originario, como demuestra los grandes complejos arquitectónicos que albergan la mayoría de tiendas de la compañía. Y si bien es cierto que, con la expansión de la venta online, la empresa ha recuperado en cierto modo aquel proyecto de venta a distancia, comprar en Ikea todavía se relaciona con recorrer los larguísimos pasillos por los que deambulan cada día miles de personas en todo el mundo, a la búsqueda de la mejor oferta, o incluso por el simple placer de pasear.
En su apuesta por la innovación, Ikea ha decidido seguir avanzando para convertirse en una referencia en la promoción de viviendas no solo más asequibles, sino también más habitables y sostenibles, en un contexto en el que es importante hacer frente a algunos de las grandes retos a los que nos enfrentamos, como el cambio climático o el rápido e intenso crecimiento de los espacios urbanos.
El Democratic Design Days es un evento anual en el que Ikea presenta diferentes proyectos y colaboraciones para lograr estos objetivos. Aquí os presentamos algunos de los más interesantes de la edición 2019:
El Proyecto Aldea Urbana
SPACE10, el laboratorio global de investigación y diseño de Ikea, es una de las puntas de lanza para avanzar en la misión de crear formas de vida mejores y más sostenibles. En colaboración con EFFEKT Architects, el laboratorio trabaja en proyectos para desarrollar un nuevo concepto de vivienda urbana, con la combinación de enfoques sostenibles y la aplicación de tecnologías emergentes. El resultado es el Proyecto Urban Village, que "replantea la forma en que diseñamos, construimos, financiamos y compartimos nuestros futuros hogares, vecindarios y ciudades", para poner el foco en hogares flexibles construidos completamente a partir de madera laminada cruzada sostenible, explican en su página web.
“Nuestras ciudades enfrentan algunos de los desafíos más grandes hasta la fecha, desde la rápida urbanización hasta el envejecimiento de la población, desde una emergencia climática hasta el aumento de los sentimientos de soledad y ansiedad en nuestros entornos urbanos. Además de eso, experimentamos precios de vivienda crecientes e impredecibles en ciudades de todo el mundo y las perspectivas son sombrías. Necesitaremos casi el doble de nuestras ciudades en solo unas pocas décadas para albergar a una población urbana en aumento, lo que crea un vínculo sólido entre cómo elegimos evolucionar nuestras áreas urbanas y el destino de la humanidad. Por lo tanto, tenemos que repensar nuestro entorno construido, a partir de ahora".
Así, en este proyecto llevado a cabo por SPACE10, el diseño plano, tan característico de Ikea, es un elemento importante, pero no el único. También se ha apostado por la personalización de los espacios, para adaptarlos a las necesidades de los residentes. Además, los diseños facilitan el desmontaje, para que casi todos los componentes y materiales del edificio se pueden reemplazar, reutilizar y reciclar durante y después del ciclo de vida del edificio. Estos materiales serán prefabricados, producidos en serie y empaquetados siguiendo unas pautas muy concretas para reducir los costos y, por tanto, los precios. Por último, y quizás más importante, también se intenta promover y buscar fórmulas para permitir el acceso democrático a estas viviendas, tomando como modelos a seguir diferentes fórmulas cooperativas.
“El Proyecto Urban Village busca hacer la vida cotidiana más asequible. La idea es maximizar las ventajas de vivir en una comunidad que puede compartir recursos. Primero, introduciremos una tarifa mensual para todos sus elementos esenciales: alquiler, electricidad, agua, calefacción, mantenimiento e instalaciones compartidas. En segundo lugar, podremos desarrollar mejores ofertas para las necesidades diarias como alimentos, medios de comunicación, seguros, transporte y recreación a través de suscripciones flexibles adicionales. En tercer lugar, cada mes, cada residente tendría la opción de comprar 'acciones' de bienes raíces, para acceder a la propiedad de forma progresiva y cobrar más tarde a medida que aumenta el valor de la propiedad".
Se espera que con estas fórmulas, cada vez más personas tengan la posibilidad de convertirse en propietarios de las viviendas, al eliminar algunas de las principales trabas que lo dificultan. “Con alquileres mensuales significativamente más bajos y más ingresos disponibles, esta configuración legal única permitiría a los residentes comprar 'acciones' en la propiedad, cuando quieran y cuando puedan. Esto eliminaría los costosos pagos iniciales por adelantado junto con las tasas de interés que limitan la entrada de los compradores por primera vez al mercado de la vivienda. Con el tiempo, la propiedad sería propiedad de la comunidad y los residentes podrían sacar provecho de las ganancias".