Día clave para el megaproyecto de IRSA en la ex Ciudad Deportiva de Boca

CRONISTA APERTURA - REAL ESTATE - IRSA
u$s 1800 millones

La Legislatura porteña tratará este jueves el convenio que el holding de Eduardo Elsztain firmó con el GCBA para avanzar con Santa María del Plata, su desarrollo en la ex Ciudad Deportiva de Boca, de Costanera Sur. Hace dos semanas, el oficialismo de la Ciudad lo había pospuesto

Finalmente, tras postergarse su tratamiento, los legisladores porteños debatirán este jueves, en la sesión ordinaria, el convenio urbanístico firmado entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la empresa IRSA para construir un ambicioso desarrollo mixto de viviendas, oficinas y locales comerciales en la Costanera Sur, ex predio de la ciudad deportiva de Boca. El proyecto significará una inversión de u$s 1800 millones.

De acuerdo a la reunión de labor parlamentaria entre los jefes de los bloques legislativos, el expediente fue incluido en el temario de la sesión del jueves, cuyo inicio está previsto para las 11.30 y requerirá de, al menos, 31 votos para obtener una aprobación inicial.

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Hace poco más de un mes, el Gobierno porteño anunció que el grupo que lidera Eduardo Elsztain le cederá el 67% del terreno para instalar un parque público. Como contrapartida, la Ciudad le permite edificar, a la vera del río, Santa María del Plata, un desarrollo de usos mixtos.

Si bien se trata de un paso fundamental, este tipo de expedientes, que contempla un cambio de norma urbanística, se encuadra en los proyectos de doble lectura, los cuales demandan dos sanciones por parte de los diputados porteños, por lo cual todavía está lejos de aprobarse.

 Además, de avanzar, habrá también una audiencia pública para que la ciudadanía pueda expresar sus opiniones.

Se trata del predio de más de 71 hectáreas que está en desuso hace 30 años. Con este proyecto, 478.276 metros cuadrados (m2) serán destinados a un enorme parque público de cara al Río de La Plata, mientras que 237.904 m2 estarán destinados a la urbanización.

En la actualidad, esos terrenos solo pueden ser utilizados con fines deportivos, dado que allí iba a levantarse la Ciudad Deportiva de Boca, por lo cual el acuerdo alcanzado por la administración porteña amplía los usos y habilita la posibilidad de construir edificios de hasta 45 pisos.

Y a modo de contraprestación, IRSA cede al dominio público de la Ciudad un sector del predio para que sea un parque público.

De esta manera, el bloque del oficialismo porteño Vamos Juntos retomará el tratamiento en la Legislatura del expediente, el cual ingresó el 20 de julio al Parlamento enviado por el Ejecutivo, pero la llegada al recinto fue frenada por un fallo judicial.

El 24 de julio, el juez porteño Guillermo Scheibler ordenó a los legisladores suspender el debate al hacer lugar a una acción de amparo presentada por el Observatorio del Derecho a la Ciudad que consideró que debía hacerse un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública antes de iniciar la discusión parlamentaria.

En ese marco, la semana pasada, una resolución del juez Luis Ammirato revocó una medida de su colega y dio luz verde a la Legislatura para avanzar con el convenio.

SU HISTORIA

El ex predio de Boca, lindero a la reserva ecológica. fue parte de un sinfín de proyectos. A principio de 1960, el por entonces presidente de club xeneize, Alberto J. Armando, comenzó a diagramar un estadio para 140.000 espectadores, un sector de entrenamiento para el plantel, un gran polo deportivo para ser disfrutado por los socios, y una zona de entretenimientos.

El mega polo deportivo sólo se redujo a un sector de parrillas, algunas canchas y un pequeño parque de diversiones que, pronto, entró en desuso.

En 2007, 10 años después de haber comprado el terreno, IRSA anunció lo que sería un ambicioso proyecto, con torres residenciales, hoteles, comercios, teatros y restaurantes, para modernizar la zona de la Costanera Sur.

Sin embargo, no pudo avanzar y, tras un nuevo acuerdo con el Gobierno porteño, se espera que el flamante convenio urbanístico sea tratado en la Legislatura porteña para, finalmente, darle uso a una zona totalmente olvidada por más de tres décadas.