07/09/2018 - Clarin.com | ARQ | por Paula Baldo
La semana pasada, se cumplió la primera instancia para la aprobación de los códigos Urbanísticos y de Edificación de la Ciudad. Aportes y críticas.
El jueves 6 de septiembre, la Ley de reforma del Código Urbanístico (CU) y del Código de Edificación (CE) fue aprobada en primera lectura por 34 votos del bloque oficialista Vamos Juntos (necesitaba 31). La oposición la rechazó en forma contunde, aportando 20 votos en contra y 6 abstenciones.
En ese contexto, ARQ convocó a los bloques opositores que integran la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura para que planteen sus coincidencias y críticas con miras a la próxima instancia del proceso: la audiencia pública.
Los legisladores Roy Cortina (Partido Socialista), María Rosa Muiños (Bloque Peronista) y María Inés Gorbea (Evolución) coinciden en la necesidad de encarar una reforma integral de las leyes que rigen dónde y cuánto se construye (CU) y cómo serán las edificaciones (CE). A la vez que cuestionan el enfoque general que se plantea y la casi nula discusión de los criterios generales de la reforma. “Analizamos los puntos y comas del texto en vez de debatir el concepto y la idea fuerza del código”, lamentan.
Cortina, por su parte, reconoce la labor de la presidenta de la comisión, Victoria Roldán Mendez y de Agustín Forchieri (presidente del bloque oficialista): “Destaco su compromiso en el trabajo en comisión. El Ejecutivo quería una sanción en 20 días porque la discusión y el debate con los vecinos ya lo habían dado ellos, cosa que jamás nos pudieron probar”. De hecho, a principios de agosto, la presentación de un amparo ante la justicia por parte de varias organizaciones intentó frenar el proceso denunciando que no se habían realizado audiencias públicas previas a la primera lectura de la Ley. La justicia no hizo lugar al planteo.
La cuarta voz opositora al proyecto, el legislador de Unidad Ciudadana, Javier Andrade, no accedió a la convocatoria de ARQ. Sin embargo, su posición queda clara: “En el nuevo Código Urbanístico no hay una sola herramienta para generar espacio público verde y de calidad”, denunció en Twitter. Y siguió: “#LarretaEsMacri logró que le aprueben el #CodigoUrbanisticoSinDerechos sólo con los votos del oficialismo. Los únicos contentos: la patria contratista #NoAlCodigoUrbanistico”.
Más allá de los desacuerdos y la escasez de debate, todos los bloques intentaron aportar lo suyo y refutar con fundamento.
La primera crítica colectiva al proyecto oficial es la ausencia de un modelo territorial, una herramienta de análisis y diagnóstico que ya estaba planteada en la Ley del Plan Urbano Ambiental. “Ese modelo posibilita analizar en profundidad la situación actual de la ciudad. Sin él no podemos evaluar las medidas que se quieren tomar”, lamenta Bautista Alonso, asesor del Bloque Evolución.
El nuevo CU plantea aumentar un 20% la capacidad constructiva en la Ciudad para promover el crecimiento de la población. Gorbea concuerda con este objetivo pero no en los medios para lograrlo. “Confunden los mecanismos de promoción del crecimiento demográfico con la flexibilización de normas que convienen al interés del desarrollador inmobiliario y que confunden desarrollo urbano con incremento de los metros cuadrados construidos”, explica.
Según datos oficiales, en 2011 la ciudad contaba con el 56% de las posibilidades de construcción realizadas.Con lo cual, el actual Código de Planeamiento Urbano no está agotado . El arquitecto Alejandro Mareque, asesor del Bloque Peronista, suma datos: “Todavía hay 100 millones de m2 a construir. Con ello se podría llevar la población de 3 a 6 millones de habitantes, que es uno de los objetivos políticos de esta reforma”, expresa. Como referencia, aporta que en un año se construyen en promedio 1,5 millones de m2. Con lo cual, aducen que no tendría sentido aumentar la constructibilidad en zonas que ya están saturadas. Además, los especialistas advierten la ausencia de herramientas para revertir la desigualdad entre el Norte y el Sur.
Partiendo de la premisa de que no se necesitaría aumentar la constructividad, el Bloque Peronista plantea bajar las alturas máximas homogéneas. Así se podría mejorar la habitabilidad de los lotes de las esquinas. También propone la eliminación del enrase en las zonas de sustentabilidad baja B1 y B2. Son barrios de muy baja densidad con algunos edificios altos en manzanas aisladas que fueron excepciones al Código y no quieren consolidarlas con un enrase.
Al sumar altura o completar las manzanas con criterio homogeneizante, el CU permitirá en varias zonas la construcción de más m2, lo que a su vez dará mayor valor al suelo. Esa ventaja que genera el cambio de normativa será computada por el Gobierno porteño a través del cobro de un impuesto a los constructores. La iniciativa de una Ley de Plusvalía cayó bien entre los legisladores y será tratada en la sesión de Presupuesto, antes de fin de año.
Si bien el grueso del debate legislativo se centró en el nuevo CU, la reforma al CE también se aprobó en esta primera instancia. El cambio sustancial que se propone es separar el reglamento técnico de la Ley para simplificar las actualizaciones. Con lo cual, las normas específicas formarán un segundo cuerpo y serán reglamentaciones modificables por el Poder Ejecutivo. Este criterio es tomado como positivo aunque hay puntos de desacuerdo en lo que respecta a la superficialidad de algunos tramos del texto, dejando todo en manos de la autoridad de aplicación.
Las reuniones de Comisión lograron cambios en las dimensiones mínimas de las viviendas. “Reducían las medidas mínimas de los monoambientes de 27 m2 a 18 m2.Logramos que sean 21 m2.La altura de los locales se quería llevar de 2,60 a 2,40 y se dio marcha atrás. La realidad es que todas las viviendas serán más pequeñas”, aporta Mareque.
Por último, los expertos destacan que se perdió la oportunidad de mejorar la accesibilidad de la Ley 962. El enfoque se reduce a la movilidad reducida sin considerar otras formas de discapacidad.
Cronología de la reforma
2008. Se promulga la Ley 2930 Plan Urbano Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el marco a que debe ajustarse la normativa urbanística y las obras públicas
2015. Presentación del proyecto de reforma por parte del Ejecutivo. El Gobierno encaró la difusión de los conceptos principales que se proponían.
01/2017. Una comisión de asesores de los colegios de arquitectos e ingenieros de la Ciudad elaboró una serie de sugerencias e iniciativas para que sean consideradas por las autoridades porteñas en la redacción del Nuevo Código de Edificación.
04/2018. Luego de desarrollar más de una decena de versiones, el proyecto oficial del Ejecutivo se eleva a la Comisión de Planeamiento urbano de la Legislatura. El jefe de Gobierno decreta la suspensión por 180 días en la tramitación de permisos para edificios de perímetro libre en la Ciudad.
08/2018. Realizadas 6 reuniones de Comisión y 3 encuentros con especialistas, el Bloque Vamos Juntos envía un despacho de mayoría.
09/2018. Se aprueba la Ley en 1ra lectura. Ahora, lo que sigue es la convocatoria a la audiencia pública para luego realizar la segunda votación y sancionar la Ley.