Fundación Metropolitana - Informe Digital Metropolitano - Abril 2020
Por Pedro Capossiello – Frente a la expansión del COVID 19, en Argentina contamos con una ventaja, la crisis sanitaria tuvo epicentro en Asia y, esa lejanía, no sólo hizo que demorase más en llegar a nuestro país, sino que nos permite ver cómo han ido reaccionando las distintas naciones y ciudades. En contraste con algunos países europeos, donde hoy se ha trasladado el foco de esta pandemia, y también otros países de nuestro continente, ese tiempo a favor hasta el momento viene siendo aprovechado por nuestros dirigentes. El gobierno nacional ha tomado la decisión de prevenir y se ha puesto a trabajar coordinadamente con la CABA, la Provincia y los municipios.
En tal carácter, es para destacar la cooperación interjurisdiccional en el AMBA como respuesta a la crisis. Desde la conferencia del 15 de Marzo, instancia que nos dejó la foto del Presidente sentado en la misma mesa, “codo a codo” con el Jefe de Gobierno de la Ciudad y con el Gobernador de la Provincia, observamos a Nación, Provincia, Ciudad alineadas, operando conjuntamente. Días después pudimos ver la foto de esa mesa extendida, en ella se incorporaron los municipios del AMBA que, desde su integración al comité de crisis, han ido ensayando diversas acciones colaborativas con los lineamientos del gobierno nacional, comprendiendo las necesidades que se presentan más allá de sus límites jurisdiccionales.
En este marco, los colores políticos quedan a un lado y los gobiernos locales que componen la Buenos Aires Metropolitana se han puesto de acuerdo readecuando agendas y recursos, esta vez dirigidos a contener la dispersión del virus, y a reforzar y unificar el sistema sanitario. Lo novedoso, en un contexto no por ello menos preocupante, el mapa de la ciudad grande se clarifica, a través de un imperativo común que se organiza desde arriba y se ejecuta localmente poniendo en práctica una articulación, en términos de gobernanza, saludable para nuestra metrópoli.
El Coronavirus ha logrado la homogeneización de las agendas locales en una única agenda pública. Es inusual pero enhorabuena se despliega el trabajo conjunto en un AMBA que aglomera a un 35% de la población en 0,4% del territorio nacional y en consecuencia se espera que concentre la mayor cantidad de infectados por Covid (aproximadamente 50% del total nacional en base al Reporte Diario Vespertino del Ministerio de Salud al día 12 de Abril). Como sentencian desde el campo de la epidemiología, “las ciudades son las fuentes de contagio de la pandemia”. Ello mismo resalta, en primer plano, la importancia de atender la metrópoli de forma integral y coordinada en un contexto que pone como prioridad las tareas de prevención. En segundo término, la cuestión sanitaria pone de relieve la complejidad de las ciudades y la vida urbana. El éxito del Plan de Contingencia coordinado desde Nación depende de su desempeño en cada distrito y, por el momento, la expansión de la peste se contiene a fuerza de decisiones políticas articuladas pero nada de ello servirá sin responsabilidad ciudadana. El manejo de la crisis necesita de la gestión en el territorio y ella, ha de rubricarse a través de la mentada sintonía entre los distintos niveles administrativos de gobierno y la conciencia de la población.
Por otra parte, el plan de contingencia se vuelve posible gracias al aporte de la ciencia y la prestación de urgencia que brindan los profesionales de la salud. Como sostienen distintos científicos, velar por la salud pública y por un modelo de sociedad justo y sostenible requiere de la regulación y participación activa del Estado y de la sociedad civil. No en vano resurgen los valores de la unidad (por encima de banderas partidarias) y la solidaridad en momentos en que el sistema exhibe sus fragilidades.
Repasando algunas decisiones en clave interjurisdiccional
Ciudad y salud forman hoy los dos grandes grupos problemáticos y, por tanto, de respuesta a la crisis, pasando en llano, además de políticas sanitarias se requieren políticas urbanas coordinadas. A partir de dicho continuum entre epidemiología y urbanismo pueden abordarse las preocupaciones presentes: disminuir las interacciones cara a cara minimizando las posibilidades de transmisión y salvar vidas. Las principales medidas, aquellas directamente relacionadas con la epidemia en curso reconfiguran el tránsito, la vida en la ciudad y la infraestructura sanitaria que el parque urbano metropolitano puede brindar. Algunas de las decisiones que se han venido tomando, y que dan cuenta de una acción interdistrital coordinada, tienen que ver con el transporte (de personas y logístico), operativos de control, despliegue de seguridad y la puesta en marcha de un sistema sanitario a través de obras hospitalarias, equipamiento, adquisición de insumos y refuerzo del recurso humano, además del disposicionamiento de hoteles y grandes centros para el aislamiento.
La primera respuesta ante la inminente propagación del Covid fue evitar los viajes en transporte público y cancelar las reuniones masivas. Se dictó la suspensión de clases, shows, se cerraron cines, teatros, plazas y shoppings, restringiendo la movilidad entre ciudades y dentro de las mismas. Sumado al cierre de fronteras para extranjeros se suspendieron los trenes y micros de larga distancia para evitar la afluencia de turismo interno así como vuelos de cabotaje. Mientras se fue haciendo eco la consigna de “quedate en tu casa” se redujo el caudal de tránsito. Se liberaron lugares de estacionamiento para descomprimir el transporte público y, ya decretado el aislamiento social preventivo y obligatorio, se procedió al cierre de los principales accesos prohibiendo todo tipo de circulación por fuera de los servicios esenciales. Estos últimos pudieron continuar sus tareas con licencias habilitantes para desplazarse desde sus casas hacia sus lugares de trabajo.
De forma complementaria, se desplegó otro grupo de medidas que articularon las distintas administraciones vinculadas a la seguridad. Se dispusieron diversos operativos para hacer efectivo el distanciamiento social y controlar que el tránsito fuese el permitido. A la disposición de agentes de monitoreo vial, unificación de la conducción de fuerzas policiales y coordinación de postas de seguridad entre municipios vecinos, se puede añadir el rol del Ejército adecuando unidades médicas y logísticas, por caso para la continuidad del reparto de alimentos, como se ha visto en distintos municipios del AMBA.
Por otra parte, además de la articulación entre las máximas autoridades nacional, provincial y porteña, ese estrechamiento se observó entre los Ministros de Salud Daniel Gollan (PBA) y Fernán Quirós (CABA). Las tres gobernaciones dieron a conocer el Plan de Contingencia con fecha del 24 de Marzo proyectando un procedimiento conjunto a nivel epidemiológico. En base a estudios demográficos y estimaciones sobre las necesidades para el trimestre Abril – Junio, la tarea en esta materia fue poner rápidamente a disposición el sistema sanitario metropolitano dotándolo a partir de: obras, insumos, “camas críticas” para los centros asistenciales, y personal.
El objetivo del plan es aumentar la capacidad instalada y garantizar su correcto funcionamiento, de manera coordinada entre las tres administraciones. En consecuencia, se procedió a adaptar los hospitales a la necesidad actual y reclutar voluntarios. Para lo primero se dispuso el acondicionamiento de distintos centros (gimnasios, microestadios, hoteles) y la construcción de hospitales; en paralelo se abrieron convocatorias para incorporar a los profesionales y voluntarios requeridos.
Entre sus ítems, el plan contempló el seguimiento, a través de las distintas unidades de trabajo, de reuniones pautadas con los máximos mandatarios y la conformación de una mesa entre los equipos de comunicación de las tres jurisdicciones que han acordado flujos de información en común. De ese modo, se unificó la comunicación masiva teniendo como principales preocupaciones el cumplimiento de la cuarentena y dejando en claro los protocolos ante la presencia de síntomas.
Tiempos de crisis, una oportunidad para retomar cuentas pendientes
Haciendo foco en la Buenos Aires Metropolitana, deberán tener mayor lugar en la nueva agenda, no sólo el hoy alabado sistema de salud que superada la epidemia quedará robustecido, sino también políticas que hagan foco en la ciudad, en quienes la habitan y en las condiciones en que lo hacen. Lo saludable será sostener el ejercicio metropolitano y poder construir la nueva agenda desde una visión urbana compleja, que “debe recuperar la gestión de lo local con integración regional, involucrándose la sociedad entera”.
La nueva crisis que evidencia ejemplos de colaboración (entre niveles de gobierno, entre ciencia y gestión, entre Estado y ciudadanía) debe significar no sólo la excusa para ingresar temas pendientes a una agenda coyuntural sino un esquema visible de acción coordinada y efectiva del Estado que permita vincular lo político a las nuevas demandas, no sólo de corto plazo. La pandemia deja al descubierto a nuestra Buenos Aires Metropolitana: ¿cuáles son sus fortalezas y debilidades para afrontar la peste? Las actuaciones de los estados subnacionales y los gobiernos locales han venido dando algunas respuestas. Superado el tiempo crítico, ¿cómo lograr sostener esos compromisos mediante proyectos de mediano y largo plazo?
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