Conurbano: la desigualdad no distingue entre municipios ricos y pobres

LA NACION | COMUNIDAD  | por Evangelina Bucari

Según una nueva herramienta que mide el Índice de Progreso Social, la zona más
poblada de la provincia se caracteriza por los contrastes en la calidad de vida y las
oportunidades de sus pobladores; la urgencia, achicar las brechas y lograr más equidad
El conurbano bonaerense es un dilema no resuelto. Por sus dimensiones, densidad
demográfica y características socioeconómicas, es una de las zonas más complejas y
desiguales del país, que concentra gran parte de la población en situación de
vulnerabilidad, con casi un millón de hogares en la pobreza. Entre tantas carencias
crónicas, una de las ellas es la de información fiable, un recurso fundamental para
aplicar políticas públicas. A salvar esa situación apunta un nuevo e inédito estudio,
centrado en lo social y ambiental. Sus conclusiones son claras: la brecha en la calidad de
vida es profunda y la desigualdad no distingue entre municipios ricos y pobres.
Desde el tipo de nutrición o el acceso a los servicios básicos, hasta la percepción de la
seguridad o, incluso, si los vecinos están satisfechos con los temas medioambientales.

  Todos estos aspectos son parte del primer Índice de Progreso Social (IPS), que busca
aportar información concreta sobre estas realidades.
Realizado por la Red de Progreso Social -una alianza multisectorial-, el IPS trabajó
sobre los 24 partidos metropolitanos, donde viven 10.894.664 personas, es decir, el 25%
de la población nacional y el 64% en el caso de la provincia de Buenos Aires. Este índice,
que en su interior combina diversas variables, busca establecer un patrón con el cual
comparar el estado de desarrollo de cada municipio más allá de lo económico, partiendo
de la certeza de que el ingreso no siempre es la única medida con la cual determinar la
calidad de vida de las personas.
El primer gran resultado es que el conurbano es una zona de contrastes marcados. Entre
el distrito con mejor IPS y el peor hay más de 25 puntos de diferencia. A partir de datos
recogidos durante 2017, los municipios con mayor desarrollo son Vicente López, San
Isidro, Morón, Avellaneda, seguidos por San Fernando y Tres de Febrero,
pertenecientes al primer cordón bonaerense. En el otro extremo, con los valores más
bajos, se encuentran Almirante Brown, Malvinas Argentinas, Esteban Echeverría, Merlo
y José C. Paz, todos del segundo cordón.
El promedio general de IPS fue de 47 puntos sobre 100 posibles. Es decir, se encontró
un nivel de progreso social medio, si bien el 50% de los municipios están debajo de esa
línea (ver infografía). Según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censo (Indec), la pobreza se ubicó en el 31,9%, mientras que la indigencia llegó al 6,2%.
La Red de Progreso Social, creada específicamente para desarrollar ese relevamiento,
está conformada por el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires,
el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento
(Cippec), el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), y la Fundación Avina.
Marcela Mondino, responsable de Avina en la Argentina, destacó que todos estos
indicadores permiten ver la mirada de lo social y lo ambiental, y que no considera
variables económicas. "Esto la vuelve una herramienta complementaria pero
independiente del Producto Bruto Interno (PBI), que es la mirada con la que
generalmente decimos si estamos bien o mal. Entonces, este nuevo lente que nos trae el
IPS es sumamente interesante, muchos más para un sector como el conurbano", evaluó
Mondino.


Un índice múltiple
En la dimensión fundamentos de bienestar, las brechas entre los componentes son
menores. Con el mejor desempeño está salud y bienestar (54 puntos) y el más bajo es el
acceso a conocimientos básicos (43 puntos). Calidad medioambiental, con 45 puntos,
también da cuenta del déficit en políticas y prácticas al respecto. De todos modos, el estudio indicó que "la incipiente incorporación de leyes de protección y de tratamiento
de residuos puede, en el mediano plazo, contribuir a mejorar esta situación". Una
variable con resultados algo mejores es el acceso a la información y comunicaciones, con
50 puntos. "La penetración del celular es bastante alta en casi todos los municipios, sin
embargo el acceso a internet móvil y en el hogar todavía alcanza a un menor número de
usuarios", detalló el estudio.
La dimensión de oportunidades -grado de derechos y libertades personales, y capacidad
de tomar decisiones- tiene un promedio de 42 puntos, 5 por debajo del IPS. De hecho,
todos los municipios tienen peores resultados en esta dimensión, con una brecha de 25
puntos. El principal desafío es la ampliación de posibilidades en educación superior (ver
aparte). El componente de tolerancia e inclusión, con 48 puntos, tiene niveles medios de
aceptación a minorías sexuales, pero casi la mitad de los encuestados se sintieron
discriminados en algún momento de su vida.


Del análisis a la acción
Suaya destaca "una conclusión llamativa, a contramano de lo que se piensa: que el norte
no es más rico que el sur, ya que hay municipios con el nivel más alto del IPS en el norte
y también con el más bajo, y en el sur sucede lo mismo". Desde su mirada, esto responde
"al desarrollado poco planificado que ha tenido el conurbano". La investigadora explicó
que "en los últimos 30 años el conurbano experimentó un gran crecimiento poblacional
que no fue acompañado por una ampliación de los servicios públicos y de
infraestructura, derivando en las brechas de progreso social".
Para Mondino, más allá del resultado puntual, es clave "cómo observar la realidad para
priorizar decisiones de interés público en función de una perspectiva social y
ambiental", que no niega la mirada del crecimiento económico, pero que se pregunta
cómo lograrlo con equidad, cuidado ambiental y democracia.
En principio, destacaron la urgencia de un abordaje interjurisdiccional, para compensar
el déficit de un conurbano que creció sin una gestión articulada. "Los desafíos que
señala el IPS, por lo tanto, deben ser abordados de manera coordinada por los tres
niveles de gobierno que operan sobre este territorio (nación, provincia y municipio)",
concluyó la Red de Progreso Social. Es decir, "solo si se logra reducir la fragmentación
de las intervenciones se podrá avanzar hacia un desarrollo integrado". Una vez
identificado, el problema también supone una oportunidad. "Cómo un municipio con
otro pueden encontrar acciones conjuntas que les permitan modificar favorablemente
estos índices, dar prioridad a determinados municipios, empezar a ver un conurbano
más articulado, no tan separado, es un desafío político no menor", detalló Mondino.


El peor dato: el acceso a educación superior

"El tema del acceso está vinculado a de dónde partís. En lugares en que todavía no hay
ni agua ni cloacas, ni hay pavimentos, no hay acceso al transporte, no hay atención
primaria de la salud, la universidad parece una especie de utopía", subrayó Santiago
López Medrano, ministro de Desarrollo Social bonaerense. "Muchas universidades han
trabajo muy bien en la vinculación con la comunidad. Por ejemplo, en el medio de Villa
Lanzone, en San Martín, un barrio muy periférico, se construyó un colegio secundario
universitario para generar el vínculo. Algo que es muy complejo, pensando que el 50%
no termina la secundaria en la Argentina", destacó el ministro.
"Este componente refleja, quizás más que cualquier otro, diferencias económicas entre
las familias que viven en cada municipio. Queda claro que los distritos con mayor
potencial económico tienen mayor acceso a la universidad", subrayó Agustina Suaya, de
Cippec. López Medrano consideró que el desafío más grande es la vinculación y que "ese
adolescente considere que hay un lugar para él en la universidad", ya que "tienen
sistemas de becas y hay herramientas para sostener". Para el ministro, el problema es
evidente: "No podés sostener algo a lo que nunca accedés".
En este punto, para Suaya "la apertura de universidades en el conurbano de los últimos
años abre la ventana a ampliar este acceso". Recordó que "muchas son muy jóvenes y
todavía no hay graduados", por lo que "hay que esperar a las próximas mediciones para
ver si muestran mayor acceso".