ArchDaily
Noticias de Arquitectura
- Escrito por Agustina Iñiguez
- Publicado el 16 de Noviembre, 2023
En una búsqueda por promover y difundir las actividades científicas en Argentina, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT) junto a la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) llamaron a un Concurso Nacional de Anteproyectos para diseñar los edificios que conformarán la “Ciudad de la Ciencia”, en conjunto con el MINCyT y el Centro Cultural de la Ciencia (C3), la Agencia IDI, el CONICET y el Instituto Max Planck Argentina, que actualmente componen el Polo Científico y Tecnológico. Proponiendo un “Ecosistema de Innovación”, el proyecto se ubicará en el barrio de Palermo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más específicamente en dos manzanas de los terrenos de la Ex Playa Ferroviaria Palermo.
Dando lugar al encuentro entre la sociedad, la comunidad científica, académica y nuevas propuestas innovadoras, el concurso aspira a obtener la mejor y más innovadora propuesta arquitectónica para los nuevos edificios contemplando áreas de exhibición de la ciencia, espacios de trabajo e innovación, auditórium y áreas complementarias. A su vez, se plantea generar sinergias con instituciones públicas y privadas de la mano de un espacio público contiguo que pueda ofrecer actividades sociales, culturales y de esparcimiento fomentando el intercambio entre la comunidad científica, el sector público y el sector privado, y generando nuevos conocimientos y oportunidades.
Frente a las 37 propuestas recibidas, el jurado compuesto por Agustín Garona y Gustavo Mossayebeh por el MINCyT, Rita Comando por la SCA, Silvana Parentella por FADEA y Roberto Frangella por los participantes, decidió otorgar tres premios y una serie de menciones honoríficas. Conocelos a continuación.
Primer Premio
- Autores: Guillermo Lesch y Leticia Alfaro - Lesch Alfaro Arquitectos
- Equipo: Facundo García Berro, Victoria Gargiulo, Martín Lesch y Carolina Pescio
Memoria enviada por los autores. Ciencia es conocimiento. La ciencia busca observar, descubrir y entender cómo funciona el universo y todas las cosas. En el centro del conocimiento humano, está la naturaleza y en el centro de esta intervención urbanística, está la naturaleza. Los edificios abrazan y celebran a la naturaleza, cobijándola entre ellos y poniéndola en valor. El edificio no se celebra a sí mismo, sino que dramatiza el vacío, el interior de la manzana, saturado de vegetación y ecosistemas que nacen de la preservación del suelo permeable. El suelo vivo resulta la mejor estrategia para absorber CO2 y generar oxígeno. Estas prácticas en tiempos de cambio climático, resultan no solo interesantes sino urgentes. El edificio pone en primer plano esta estrategia, haciéndola explicita.
Primer Premio. Image Cortesía de Lesch Alfaro Arquitectossta relación ciencia/naturaleza, y el conocimiento como herramienta para equilibrar progreso y preservación, en materia urbanística, son análogos a lleno/vacío, privado/público, construido o terreno verde. En este sentido, la intervención es la celebración y puesta en valor del pulmón de manzana, en este caso en su máxima expresión, donde afloran ecosistemas nativos desde el suelo virgen. Este colchón bioclimático interior se aloja en el claustro que surge de construir sobre los lados de las manzanas, pero dejando libre el lado donde se unen ambas, a fin de unificarlas a través del paisaje. De este formato de claustro deviene el ecosistema protegido interior, y la consiguiente construcción perimetral que hace ciudad y la dota de necesaria continuidad urbana. En ese sentido, se pone especial cuidado en dotar con funciones y actividades las plantas bajas sobre vereda, contribuyendo a la vitalidad y continuo urbano. En esta línea también, se propone una fachada permeable hacia el parque lineal contra las vías, conformada por una gran recova que articula el ecosistema interior con el espacio verde exterior.
Primer Premio. Image Cortesía de Lesch Alfaro ArquitectosEl edificio es accesible e inclusivo, sin utilizar su presencia para apropiarse del lugar, sino para crear espacio público liberado. De esta manera, encadenando espacios públicos de calidad para la comunidad y dotando a la ciudad continuidad de recorridos urbanos, la intervención tiene la vocación de conectar humanos, naturaleza y tecnología.
La ciencia es una actividad humana específica orientada hacia la obtención de conocimientos sobre el universo, que, moldeada por el actual modo de vida, adopta una forma particular vinculada al desarrollo de la tecnología.
La tecnología ocupa el lugar central en la actualidad, y su desarrollo parece no tener límites. En cambio, la naturaleza ha sido menospreciada durante largos períodos. El cuidado del planeta solo ha vuelto a ser tema a partir de los desastres medioambientales y climáticos. Hoy estos son los dos grandes ejes de la agenda global actual.
La construcción de la ciudad de las ciencias resulta una gran oportunidad de poner en valor esta relación y transmitir que ambas pueden convivir en armonía. El carácter de la intervención está dado por ese contraste entre prismas racionales tecnológicos y ecosistemas orgánicos sobre suelo virgen. Complementándose y potenciándose. En este momento histórico, el edificio debe hablar de esto.
Primer Premio. Image Cortesía de Lesch Alfaro ArquitectosPrimer Premio. Image Cortesía de Lesch Alfaro Arquitectos
Propone asombrarnos con los últimos avances tecnológicos y a la vez maravillarnos con la magia de la naturaleza, con el milagro de la vida. Recuperar la capacidad de asombro que tenían los antiguos científicos obteniendo conocimiento a partir de la observación de la naturaleza. (Humboldt). La intervención propone llamar la atención sobre este tema, justamente proponiendo una disrupción, de pronto lo construido se acaba, aparece el suelo original, la madre tierra, una pausa para reflexionar. El conjunto propone, más que un edificio, una experiencia. Espacios híbridos donde se funde el exterior con el interior, el vacío con lo construido, lo digital y lo natural.