Clarín ARQ. - PAULA BALDO
Expo 2023 - Tecnópolis - Concursos De Arquitectura
Mediante un concurso de ideas ya se definió el principal edificio que será parte de la exposición internacional en Buenos Aires. Se estima la visitarán unas 9 millones de personas.
En noviembre de 2017 Argentina fue elegida para ser la sede de la Expo 2023, imponiéndose a Lodz (Polonia) y Minneapolis (Estados Unidos). Por primera vez, el BIE (Bureau International des Expositions) le asignó esta responsabilidad a un país latinoamericano. El evento tendrá una duración de tres meses (del 15 de enero al 15 de abril de 2023) y se espera que acudan unos nueve millones de visitantes.
El predio de Tecnópolis, de 25 hectáreas, cuenta con un masterplan de arquitectura que incluye algunos edificios nuevos y la adecuación de espacios existentes. Por este motivo, se lanzaron seis concursos internacionales de ideas para desarrollar la infraestructura de la exposición, que luego quedará como legado. La idea es convertir Tecnópolis en un gran parque metropolitano dedicado a la ciencia y el conocimiento, en continuidad con el tema de la Expo 2023 dedicado a las industrias creativas, aquellas que articulan ciencia, arte y tecnología, que generan ingresos y crean empleo, para mejorar la calidad de vida.
Ya está definido el proyecto para el Pabellón Argentino, el primero de los seis concursos fallado, según un cronograma muy ajustado que arrancó el 2 de agosto. La propuesta del equipo encabezado por los arquitectos Federico Canavese, Martín Rodríguez Frank y Fernando Vignoni, fue galardonada con el primer premio y fue seleccionada de entre 91 proyectos presentados.El edificio nace de la interacción de dos ideas. Por un lado, hace referencia a la horizontalidad como una de las características predominantes del territorio argentino. Y también refleja la necesidad de congregarse.
“La propuesta para el Pabellón Argentino replica de forma abstracta estas dos condiciones. El edificio se concibe como una línea pura en el horizonte que genera una gran cubierta, una infraestructura sintética bajo la cual se desarrollan las actividades de carácter público”, resumen los autores.
El programa y el terreno suponen considerar el carácter identitario del anfitrión en el marco de la exposición en relación a su ubicación jerárquica en el predio. El lote de forma alargada y casi 9.200 m2 encabeza el bulevar principal del actual trazado de Tecnópolis y linda con el lago aliviador del Arroyo Medrano. Las bases dejaban a criterio de los participantes el porcentaje de ocupación del suelo. Tampoco limitaban las alturas construidas. En cambio, exigían retiros de cinco metros en todo el perímetro del predio.
Accesos. Varias plazas articulan la relación del edificio con su entorno y organizan el flujo de visitantes.
El edificio elegido por el jurado propone una serie de espacios públicos que los proyectistas denominan “Plaza de las Ciencias”, contrapuesta a la “Plaza de Ceremonias”. Juntas organizan y encausan el alto flujo de visitantes. “El espacio de acceso semicubierto de la “Plaza de las Ciencias” oficia de cabecera para la recepción del público que llega desde la entrada de General Paz y se transforma en un fuelle de uso masivo entre la “Plaza de la Ceremonias” y el “Pabellón Argentino”, generando un espacio único para la escala de uso público”, describe la memoria.
Hall. El espacio público flexible otorga al visitante la capacidad de transitar a través los filtros espaciales sin obstáculos.
La planta baja es “extremadamente permeable y flexible”. Las personas pueden transitar sin obstáculos y apreciar en cada instancia sus diferentes cualidades espaciales. Un gran vacío conecta los tres niveles del edificio y articula el semicubierto de la “Plaza de las Ciencias” y los programas interiores que requieren mayor control medioambiental.
Las salas de exposiciones, el auditorio y las aulas se ubican en un basamento que hace uso de la pendiente natural del terreno. Lo cual, según los autores, permite liberar la planta baja para generar un edificio de carácter exento que jerarquiza a la sala de proyección, un domo presente en todas las propuestas porque las bases así lo especificaban.
Esa configuración espacial permite accesibilidad y visuales desde las cuatro caras del edificio. El proyecto resuelve un acceso de uso alternativo para el público al nivel de basamento y, junto a este, ubica el ingreso vehicular al estacionamiento y los programas de apoyo y servicio.
Alrededor del lago, el Pabellón Argentino se reconoce como una línea en el horizonte, simple y abstracta, de la que emerge el domo de la sala de proyección inmersiva para darle carácter al edificio.
La estructura metálica de la cubierta supone una solución constructiva rápida y mecanizable, y ofrece el aspecto de carácter tecnológico, esbelto y liviano que buscaban los autores. Mientras que el revestimiento metálico que envuelve a esta gran cubierta alude a la plata, el material cuya extracción fue el principal impulso de la generación del puerto.
En palabras de los autores, el Pabellón Argentino destacará “el espíritu de la congregación en su máxima expresión. Será un lugar democrático que fomenta el encuentro entre ciudadanos, una relación horizontal entre pares de iguales condiciones bajo un mismo emblema y sentimiento de unidad y pertenencia social”. En cuatro años estará construido.
Ficha técnica
Autores. Arq. Federico Canavese, Arq. Martin Rodríguez Frank (CRF Arquitectos), Arq. Fernando Vignoni Colaboradores. Arq. Maria Luz Cross, Arq. Micaela Lentino, Arq. Juliana Knopoff, Arq. Ramiro Solari, Luciano Muratore, Francisco Zaragoza Asesores.