Pura Ciudad | Newsletter | 27 marzo
El jefe de Gobierno porteño envió un proyecto de ley a la Legislatura local con cambios en las metas de la Ley Basura Cero.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, envió un proyecto de ley a la Legislatura local para modificar algunos artículos de la Ley Basura Cero (2005). Propone un nuevo cronograma de metas en cuanto a reducción de residuos, con tope en 2028 (antes era 2020). Para ello, sugiere incinerar parte de la basura en “hornos apropiados con múltiples sistemas de control”.
La ley original postulaba un cronograma de reducción progresiva del enterramiento de residuos, con plazos concretos: reducción de un 30% para el año 2010, de un 50% para 2012 y un 75% para 2017; prohíbe el enterramiento de residuos aprovechables y reciclables para el año 2020. Estas son las nuevas metas temporales: “Un 50% para el 2021, de un 65% para el 2025 y un 80% para el 2030, tomando como base los niveles enviados al CEAMSE durante el año 2012. Se prohíbe para el año 2028 la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables”.
El séptimo artículo prohibía “la combustión de residuos sólidos urbanos sin recuperación de energía” y “la contratación de servicios de tratamiento de residuos sólidos urbanos de esta Ciudad que tenga por objeto la combustión sin recuperación de energía en otras jurisdicciones”.
La modificación elaborada desde el Poder Ejecutivo añade un inciso que avala “el aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos, incluyendo la combustión con recuperación energética”.
En el texto original, el artículo 33 plantea: “El tratamiento de los residuos sólidos urbanos debe comprender el aprovechamiento de los mismos, contemplando lo establecido en el artículo 7º, ya sea por: a. Separación y concentración selectiva de los materiales incluidos en los residuos por cualquiera de los métodos o técnicas usuales. b. Transformación, consistente en la conversión por métodos químicos (hidrogenación, oxidación húmeda o hidrólisis) o bioquímicos (compostaje, digestión anaerobia y degradación biológica) de determinados productos de los residuos en otros aprovechables. c. Recuperación, mediante la re -obtención, en su forma original, de materiales incluidos en los residuos para volverlos a utilizar”.
Se añadirá un inciso d. que permitirá la “transformación, consistente en la conversión por métodos químicos
(hidrogenación, oxidación húmeda o hidrólisis), térmicos con recuperación energética o bioquímicos (compostaje digestión anaeróbica y degradación biológica) de determinados productos de los residuos, en otros aprovechables”.
Habrá cambios en el artículo 52, que quedará redactado de la siguiente forma: “En el caso de utilizar como tecnología para el tratamiento de residuos sólidos urbanos la combustión con recuperación energética, se contemplará la maximización de recupero de materiales, garantizando la protección de la salud de las personas y el ambiente”.
A la hora de defender este cambio, Ciudad a rma que viene “instrumentando una serie de políticas y proyectos, y desarrollado diversas prácticas, tratamientos y soluciones relacionadas con la gestión de los residuos sólidos urbanos”, pero que es necesario “alcanzar la máxima reducción posible de la cantidad de residuos a ser depositados en rellenos sanitarios”.
“Como consecuencia de los mecanismos implementados precedentemente, se ha logrado reducir de modo signi cativo la cantidad de residuos dispuestos en relleno sanitario. No obstante, aún es necesario la implementación de nuevas tecnologías para mejorar la e ciencia en la gestión de residuos, entre ellas, la valorización energética. Aquella consiste en la oxidación total de los residuos a altas temperaturas y se realiza en hornos apropiados con múltiples sistemas de control. Como resultado de la misma se destaca una reducción del volumen de los residuos hasta en un 90% y la generación de cenizas que pueden ser reutilizadas en la industria de la construcción. El principal objeto de la mentada tecnología es disminuir la cantidad de residuos que son dispuestos en relleno sanitario, permitiendo así valorizar un recurso que actualmente no presenta posibilidad de recupero alguna”, explican.
Gracias a la implementación de esta tecnología se puede recuperar la energía contenida en los residuos la cual, bajo un proceso de combustión controlado, puede ser transformado en energía eléctrica e inyectada en la red para uso domiciliario. Esto permite incorporar energía a parir de una fuente alternativa, entendiendo que la matriz energética de la República Argentina presenta alta dependencia al combustible fósil. Es dable destacar que la termovalorización ha evolucionado a lo largo de los años hacia el montaje de plantas que se ajustan a los estándares de emisión más restrictivos, constituyendo una tecnología modelo ampliamente probada y aceptada a nivel internacional”, añaden.
Para defender la propuesta, citan casos de otros países: “Son numerosos los países que han complementado su gestión de residuos con plantas de este tipo y que se volvieron una parte fundamental de su matriz energética, tal es el caso de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, España, Japón, China, Estados Unidos de América, Canadá y sobre todo los países nórdicos. En particular, en Estados Unidos de América se encuentran operando 86 instalaciones en la cual combustionan los residuos sólidos urbanos para la recuperación de energía. Estas instalaciones se encuentran ubicadas en 25 Estados, principalmente en el noreste de Estados Unidos. De acuerdo a las experiencias a nivel internacionales referidas en materia ambiental, la termovalorización constituye una de las tecnologías que podría complementarse de manera adecuada e integradamente al actual sistema de gestión de residuos de la Ciudad. De esta forma, la incorporación de esta tecnología en la gestión actual permitiría implementar técnicas de valorización más recomendables que la disposición nal, y reducir así los impactos asociados”.
Cuando este proyecto era solo un rumor, las agrupaciones de cartoneros y recuperadores urbanos habían empezado a hacer protestas en las calles. Decían que esta modalidad iba a perjudicar su trabajo y el volumen de residuos que tratan.
En noviembre pasado la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (miembro de la CTEP) había expresado: “En lo que respecta a la Ley de Envases, este miércoles se rmaron en la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados un dictamen de mayoría y uno de minoría. El primero es una ley que, si bien menciona el trabajo de los recicladores, no obliga a las empresas a hacerse cargo de la gestión de envases en manos cartoneras y deja la puerta abierta a la incineración de los residuos de envases”.
Días atrás, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, había hecho notar el avance en la reducción de envios a los rellenos sanitarios, pero hacía notar que eran necesarias más acciones para lograr los objetivos de la Ley Basura Cero.