3 de Febrero de 2021
Tomás Gonzalez Casartelli
LA NACION
Ciudad 3D, la nueva plataforma digital del Gobierno de la Ciudad que permite ver en detalle cada manzana y cada parcela con meticulosa información
La combinación de tecnología, inteligencia artificial y política pública permite reducir tiempos, incertidumbre y discrecionalidad. Se refina la información y mejora la capacidad, tanto de funcionarios como de ciudadanos, para planificar y tomar decisiones. La planificación urbanística en la Ciudad podría empezar a beneficiarse, a partir de hoy, de esta simbiosis moderna entre política pública y el mundo tech.
Hasta el 2018, la reglamentación urbanística de la Ciudad de Buenos Aires era una difusa mezcla de normas que se fueron acumulando sobre el viejo Código de Planeamiento Urbano, concebido en 1977. El resultado era un “Frankenstein” regulatorio, en el que todo era discutible y sometido a diferentes interpretaciones, además de ser técnicamente complejo y por lo tanto solo accesible para profesionales expertos.
Cuando se promulgó el nuevo Código Urbanístico, hace poco más de dos años, se buscó no solo actualizar la norma sino también adecuarla a una visión de crecimiento urbano más sustentable, con foco en el transporte público en lugar del auto privado y también con un énfasis en la integración de las distintas zonas, buscando que se desarrollen equitativamente y con el acceso a servicios más desconcentrado, disponible en todos lados. Se establecieron alturas máximas de construcción según las zonas, se buscó ordenar la estética de las cuadras, se priorizó la movilidad peatonal y se apuntó a revalorizar áreas subdesarrolladas.
En línea con esta modernización urbanística, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lanzó, en una conferencia de prensa con el Jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y los secretarios de Innovación y Transformación Digital (Fernando Benegas) y Álvaro García Resta (Desarrollo Urbano), un proyecto denominado “Ciudad 3D”. Se trata de una herramienta digital que es básicamente un mapa tridimensional en el que se visualiza cada manzana de la ciudad, y luego cada parcela, con absoluto detalle. Se puede ver qué se puede construir en cada cuadra, cuáles son las alturas máximas permitidas, los permisos de obra otorgados, cuántas inspecciones tuvo un inmueble u obra, los usos de suelo permitidos, si hay riesgo hídrico o demasiada cercanía a Aeroparque y un largo etcétera. Una mezcla de desarrollo urbano y tecnología para conformar lo que Andrés Grippo, Coordinador de Comunicación y Relaciones Internacionales de la Secretaría de Desarrollo Urbano, llama “espejo digital”. “La idea es brindar el mismo nivel de información tanto a desarrolladores como a posibles inversores, arquitectos o vecinos, para que lleguen al Gobierno de la Ciudad con propuestas que ellos mismos pueden pensar y diseñar, sin depender de expertos que interpreten la norma en lugar de uno.” Ciudad 3D, entonces, busca aportar uniformidad en las normas, claridad en la visibilidad de dichas normas, y previsibilidad y reducción de los tiempos para el público general. Todo unificado en una plataforma digital de fácil acceso que fue desarrollada en código abierto, para que otras ciudades o instituciones puedan estudiar, modificar o mejorar el diseño. Luego, la ingesta de información y los algoritmos geográficos se encargan de actualizar la información.
Así, se refuerza la idea de que la plataforma no es una foto o un conjunto de datos estático, sino un reflejo real y dinámico de la traza urbanística de la ciudad que beneficia a todos.