20/03/2023. Infobae
Un informe privado analizó los datos preliminares informados por el Indec. Bajísima incidencia de los planes y las construcciones por parte del Estado.
Por José Luis Cieri
Luego de publicarse los resultados provisorios del Censo 2022 y en base con la información divulgada por el el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la Fundación Tejido Urbano realizó un análisis en profundidad evidenciando que además de la supremacía urbana, en poco más de 10 años se duplicó la proporción de viviendas en relación a la cantidad de habitantes, pero eso no redundó en una mejor cobertura habitacional.
Los datos preliminares del Censo 2022 muestran que se registraron 17.780.210 viviendas en todo el país., un aumento del 28,5% con respecto a los datos relevados en el Censo 2010, cuando se contabilizaron 13.835.751 viviendas. En el mismo período, también con base en los datos de ambos censos, la población argentina creció un 14,8% (de más de 40 millones de habitantes en 2010 aumentó a más de 46 millones en 2022) y el crecimiento de viviendas registró un total de 4 millones de unidades.
Fernando Álvarez de Celis, director ejecutivo de Tejido Urbano, destacó a Infobae que la Argentina tiene un déficit habitacional “muy alto” y eso hace que la gente busque alternativas para acceder a las viviendas. “Esto no quiere decir que esas unidades sean de la calidad que necesita la población. Según los datos relevados, estimamos que la mitad de las viviendas se construyeron por fuera del mercado inmobiliario y también por fuera del sistema estatal de viviendas sociales. Muchas se levantaron en los barrios populares y otras son resultado del crecimiento de la mancha urbana, esto implica que la gente compra un lote y autoconstruye su propia vivienda”, dijo Álvarez de Celis.
Fuente: Fundación Tejido Urbano
Y aunque se edificaron 4 millones de unidades el déficit habitacional no se logra reducir. Con los datos del Censo 2010 se estimaba que esta carencia era de 4 millones, distribuidos en 1,5 millones de viviendas faltantes y 2,5 millones en malas condiciones o con hacinamiento. “Si bien los datos del Censo 2022 aún no nos permiten todavía hacer este análisis, se presupone que el déficit cuantitativo se mantiene estable, sin embargo ha aumentado el déficit cualitativo. Esto significa que muchas de las viviendas que se han desarrollado en este período son de baja calidad y hechas en dudosas condiciones”, amplió el director de Tejido Urbano.
Las edificadas por el Estado
El análisis de Tejido Urbano también exploró la cantidad de viviendas construidas por el Estado. Hace pocos meses, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, informó que en tres años de gestión se habían inaugurado 85.000 viviendas (cerca de 28.000 por año) y afirmó, además, que se trataba del récord histórico de construcción estatal de viviendas.
Álvarez de Celis, acotó que se trata de un número “poco alentador”. De hecho, prosiguió, “si calculamos menos de 340.000 viviendas en 12 años, la acción estatal aportó sólo el 8,6% del total de las nuevas viviendas. Si se agregan los datos del informe de gestión tanto del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como el del gobierno del presidente Mauricio Macri, las cifras son algo más elevadas, pero no mucho más alentadoras”.
Fuente: Fundación Tejido Urbano
Según datos de la gestión de Mauricio Macri (2015-2019) se terminaron más de 230.000 viviendas, a razón de 55.000 por año. Los datos publicados por Chequeado reflejan que, durante el gobierno de Fernández de Kirchner, se construyó un promedio de casi 40 000 viviendas por año. Los datos del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI) señalan que se financia un promedio de 24.000 viviendas por año. En todo caso, las cifras muestran que, en el análisis más optimista, el Estado construyó 540.000 viviendas entre 2010 y 2022, número que representa el 13,7% del total de las viviendas realizadas.
Cómo atacar el problema
Desde Tejido Urbano informaron que para afrontar el desacople hay que resolver cuestiones de macro y microeconomía.
El problema inicial es económico; sin moneda y sin crédito es muy difícil de resolver. Se deben impulsar políticas públicas que contengan acciones integrales que por un lado sumen suelo urbano y a la vez tengan en cuenta la infraestructura preexistente.
Álvarez de Celis, amplió que “además de mejorar las viviendas existentes, no es sólo hacer nuevas. Corresponde una planificación estratégica que, permita una mejor distribución de la población en el territorio, favorecería la desconcentración de las ciudades y promovería un desarrollo más equilibrado de todas las regiones de nuestro país. A través de políticas públicas es posible la promoción de actividades primarias por fuera de las grandes ciudades, que atraigan a un porcentaje de la población que hoy se hacina en las urbes cercanas con las fuentes de trabajo”.
Quienes crecieron con fuerza
El análisis registró que la región patagónica fue la que más creció en cuanto a habitantes entre 2010 y 2022. Si bien aporta la menor cantidad de población al total del país (6,5%), su crecimiento fue del 23,3%. La provincia de Tierra del Fuego (190.641 habitantes) creció un 49,9%; seguida por Neuquén (726.590 habitantes y 31,8% de crecimiento).
En este sentido, Álvarez de Celis consideró que: “la región patagónica sigue siendo un lugar de desarrollo, al ser tan despoblada presenta múltiples oportunidades. Mientras se instala como polo productivo, es también un lugar de gran afluencia de turismo al que la gente elige ir, donde la calidad de vida es mejor ante el estrés urbano”.
Otro dato relevante surge a partir de cómo se agrupan las personas en las ciudades, 7 centros urbanos concentran más del 50% de la población del país jerarquizando la supremacía urbana. Aunque se observa una leve disminución del porcentaje con respecto al total del país, la Región Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra la mayor cantidad de población. En 2010, AMBA concentraba el 36,8% de la población y el 37% de las viviendas. En 2022, concentra el 35,6% de la población y el 35,3% de las viviendas.
Se destacan también los departamentos que conforman el Gran Córdoba, con 1.565.112 habitantes, 3,4% de la población y 3,5% de las viviendas. Le sigue, en tercer lugar, el Gran Rosario con 1.539.946 habitantes. El Gran Mendoza, con 1.254.440 habitantes ocupa el cuarto lugar en cantidad de población, mientras que el Gran Tucumán, con 1.022.535 habitantes, es el quinto aglomerado urbano en cantidad de población. Cada uno de estos cinco aglomerados urbanos (sus departamentos censales) supera el millón de habitantes y, juntos, concentran el 47,3% de la población, en 2010 concentraba el 48,4%.
Si a estos aglomerados urbanos, le sumamos el partido de General Pueyrredón (provincia de Buenos Aires), más la capital de la provincia de Salta suma, en 2022, el 50% de la población total y también la mitad de las viviendas del territorio nacional.
“La Argentina tiene una gran concentración de su población en pocas ciudades. Una de las cuestiones principales para que esto cambie es generar una planificación que permita un desarrollo más equilibrado. Para ello, hace falta que las ciudades intermedias brinden empleo y calidad de vida, y que las pequeñas ciudades atraigan la población en vez de expulsarlas hacia las grandes urbes”, concluyó el referente de Tejido Urbano.
El alquiler, otro problema
Al déficit de crédito y oportunidad de compra se suma la falta de viviendas para alquilar. Esta situación se profundizó luego de la sanción de la Ley de Alquileres que provocó más complejidad en un mercado que ya funcionaba mal.
“Si bien había un déficit en la oferta de alquileres disponibles, ante la sobrerregulación estatal muchos propietarios sacaron del mercado sus departamentos generando aún más carencia habitacional y el consiguiente aumento del valor de los inmuebles que quedaban disponibles en locación”, concluyó Álvarez de Celis.