14/02/2018 - Clarin.com | ARQ | Berto González Montaner
Tres dimensiones
Las obras que está haciendo el Gobierno porteño para mejorar la calidad de vida en la Ciudad, los problemas que acarrean y los proyectos pendientes.
Por momentos la ciudad más que una ciudad parece un obrador de una obra en construcción. Por suerte, estas semanas, por la salida de los afortunados veraneantes, el nivel de congestión bajó. Pero lo cierto es que, cuando sin preaviso te desvían 10 cuadras por una obra del Gobierno de la Ciudad “que te va a cambiar la vida” a la que luego se suman otras 10 por la irrupción de un piquete, no hay razón urbanística que te baje la calentura.
Pero razones, que las hay, las hay. En general son obras, la mayoría muy necesarias, que se vienen postergando desde hace años y que afortunadamente se han puesto en marcha. No solo eso, estos movimientos en la construcción están empujando la reactivación económica y, bendita sea, generando nuevos empleos.
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Hay obras que tienen que ver con las infraestructuras. Las más fáciles, pero no por eso importantes fueron y son las bicisendas que, aunque parecía ciencia ficción, están cambiando el paradigma del transporte en la Ciudad. Luego, los éxitos del Metrobus, que sigue extendiéndose más allá de los límites de la General Paz y de los sapitos están haciendo más fluida la circulación entre varios barrios porteños. En poco, elevarán las vías del Ferrocarril San Martín y el Mitre para eliminar las barreras, agilizar el tránsito y disminuir la cantidad de accidentes. También empezaron el soterramiento del Sarmiento, una obra esencial para unir el Norte y Sur de la Ciudad. Obra que ha sido anunciada cantidad de veces, pero nunca iniciada.
El cruce de Medrano y Mitre, sobre las vías del Sarmiento, se convertirá en una plaza verde.
El Paseo del Bajo sobre la traza de lo que iba a ser la Autopista Ribereña es otra de las intervenciones importantes en plena ejecución que terminará definitivamente con los congestionamientos de autos, colectivos y camiones sobre la Avenida Madero y permitirá integrar el casco antiguo de la Ciudad con Puerto Madero a través de un sistema de puentes-espacios verdes. Lo que falta definir en esta congestionada zona es si el puerto como tal seguirá existiendo o pasará a formar parte de un sistema más amplio y extendido de puertos en el área metropolitana.
Las obras en el Paseo del Bajo. Foto Diego Waldmann
Entre las promesas están la línea de subte F que irá de Constitución a Palermo y el RER (Red de Expresos Regionales) que unirá y reunirá bajo el Obelisco, en una gran estación central, la red de subtes, de trenes, el Metrobus, las combis y el sistema de Ecobici. Y permitirá viajar de Tigre a La Plata casi de un tirón. También está, una vez más, la ampliación del Aeroparque ganándole terrenos al río, una decisión polémica que termina de clausurar casi definitivamente la idea de que los Bosques de Palermo lleguen sin interrupción hasta la Costanera.
Maqueta del RER (Red de Expresos Regionales)FOTO:DYN/GCBA.
Además de estas obras de infraestructuras, el Gobierno porteño también está haciendo obras que mejoran el espacio público, como lo ha hecho en el caso de las estaciones de Retiro, Constitución y Once; en la zona de Tribunales; y de una manera más disruptiva con la peatonalización del Micro y Macrocentro. Entusiasmados con los resultados, acaban de anunciar el proyecto de peatonalizar parcialmente la Avenida Corrientes. Y con falta de sintonía fina, arrancaron con obras en la Plaza de Mayo donde se atrevieron a intervenir el lugar mítico donde las Madres hacen sus habituales rondas. ¿Cuál es el proyecto? Nadie lo conoce en detalle. El miércoles pasado, en el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, varias entidades ligadas al patrimonio protestaron, primero, porque convocaron a las autoridades para que expliquen el proyecto y éstas se excusaron de asistir y, segundo, por “no haber sido consultadas” antes de intervenir uno de los sitios de mayor carga simbólica de la Ciudad y del país.
Las históricas baldosas con el símbolo de las Madres de Plaza de Mayo fueron entregadas a las organizaciones de derechos humanos.
También están trabajando duro con la urbanización de las villas, abriendo calles, dotándolas de servicios y equipamientos, construyendo viviendas y, además, en el Barrio 31 lanzaron un concurso para cambiar la traza de la Autopista Illia y convertir ese tramo en un parque sobrelevado al estilo del ya famoso High Line de Nueva York o el menos conocido Skygarden de Seúl (Corea del Sur) diseñado por el estudio holandés MVRDV. El 27 de este mes se conocerán los trabajos ganadores y, luego, la definición final se someterá a votación popular.
Viviendas reacondicionadas en la Villa 31 con escaleras exteriores, rejas-parasol y patios de ventilación internos.Foto: Emiliana Miguelez
El postergado Sur dejó de ser promesa de campaña y allí acaban de inaugurar, en tiempo y forma, la Villa Olímpica para los Juegos de la Juventud 2018, un experimento urbanístico que genera un nuevo tipo de ciudad de grandes manzanas cercanas a los gigantescos monoblocks de Villa Lugano.
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Además, en esta misma zona están levantando la cubierta del estadio multipropósito Mario Terán de Weiss y el Parque Olímpico con los pabellones y las instalaciones que serán destinados a la natación, gimnasia, básquet, handball, vóley, boxeo y artes marciales. Y para terminar de urbanizar el área acaban de elegir un proyecto para reconfigurar lo que fue tiempo atrás el Parque de la Ciudad.
Techado del Estadio del Parque Roca. Fotos Diego Waldmann
Vista aérea de cómo quedará el Parque Olímpico actualmente en construcción.
Pabellones del Parque Olímpico en construcción. Foto Diego Waldmann
Sin duda son bienvenidos todos estos proyectos y obras que por fin pasaron de ser eternos enunciados a realidad y sobre todo porque eligieron esta área postergada para desarrollarla. Pero hay que decir, que el mejor camino hubiera sido que todo esto se proyectara a partir de un plan general para el área y luego avanzar con cada uno de los fragmentos y no al revés, como se hizo.
La isla Demarchi, al sur de Puerto Madero, con gran parte de sus predios abandonados. Fotos:Ruben Digilio
Todavía quedan pendientes temas urbanos importantes: entre ellos, la limpieza del Riachuelo para convertirlo en un “Sena” del área metropolitana; la puesta en marcha de los proyectos concursados en años recientes para la urbanización de los terrenos ferroviarios vacantes; un proyecto y plan de obras para las 20 hectáreas que liberará el ex Mercado de Hacienda, antes de que sean ocupadas, y otro para un área de oportunidad excepcional: los terrenos que están sobre la costa, al sur de Puerto Madero: la abandonada ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors y la Isla Demarchi.