La Nación | 23 de mayo de 2018 | Valeria Musse
El barrio Papa Francisco va tomando forma. Lejos en el tiempo quedó el terreno abandonado, despejado de cualquier edificación y sumido en un conflicto permanente. Un nuevo complejo de viviendas se asoma en Villa Lugano. Y en agosto próximo, si todo sale como estiman desde el gobierno, 368 familias de la villa 20 se mudarán al predio para inaugurar la nueva vecindad.
Son 13 edificios de 64 departamentos cada uno Fuente: LA NACION - Crédito: Silvana Colombo
A lo largo de la avenida Fernández de la Cruz se erigen 13 edificios de 64 viviendas cada uno. Muchos de esos departamentos están terminados, solo resta finalizar con la conexión de los servicios para que puedan ser habitables. "Las primeras familias que se mudarán en agosto ya conocen qué casa les tocará. En general, se consensuó la asignación de acuerdo a la cantidad de ambientes que precisaba cada grupo familiar y las necesidades especiales", indicó a LA NACION Juan Maquieyra, titular del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC).
Los flamantes departamentos, casi listos para estrenar, tienen entre dos y cuatro ambientes. Las ventanas internas dan hacia un patio común, cuyo el uso será definido por cada consorcio. Los vecinos podrán disfrutar también de un SUM. En la planta baja de algunos edificios hay unidades adaptadas para personas con discapacidad; en otros, pegados a las calles que se abrirán hacia la villa, funcionarán locales comerciales.
Martín Motta, funcionario que coordina las tareas en la villa 20, explicó que se está trabajando junto a los vecinos que se mudarán para capacitarlos en la formación de consorcios y sus respectivos reglamentos. La idea es que en cada bloque de departamentos haya al menos dos consorcios de 32 unidades cada uno, que se ocuparán de definir las tareas propias de limpieza y mantenimiento del edificio.
Cada familia que se mude tomará un crédito blando por 30 años adaptado a sus posibilidades económicas y financieras y la cuota mensual no podrá superar el 20% del ingreso de cada grupo, explican desde el organismo a cargo de la urbanización del predio. A su vez, el IVC reconocerá el valor de la vivienda que dejan las familias para descontarlo de lo que deberán abonar por el nuevo inmueble. La entrega de la casa tiene como contrapartida la escrituración de la misma.
Los primeros relocalizados son quienes residen actualmente en la villa en espacios donde se realizará la apertura de calles para integrar el barrio con el resto de la zona y así agilizar también la circulación de los vecinos. La demolición de las viviendas que queden desocupadas se producirá a medida que las familias se reubiquen en las nuevas unidades.
Un nuevo barrio
En total, el barrio tendrá 1702 nuevas viviendas. La primera etapa, más próxima a inaugurarse, contará con 796 departamentos. Y detrás de esta primera línea de inmuebles, habrá una segunda tanda de edificios que tendrán otro diseño y en los que habrá departamentos de hasta cuatro ambientes. Para esta etapa, que ya está en marcha, se planea la construcción de 906 hogares más. En tanto, se avanza con instalación de la infraestructura.
A través de Mesas de Gestión Participativas con los vecinos de la villa 20, que se llevan a cabo cada tres o cuatro semanas, se arman los planos del barrio en su conjunto y se determina en consenso qué inmuebles deberán demolerse sí o sí para abrir calles o bien para generar los pulmones de manzana.
A la altura de Miralla, por ejemplo, cuatro familias que vivían en la villa, justo en el límite con el predio Papa Francisco, aceptaron créditos y optaron mudarse a otros barrios de la ciudad, indicaron las fuentes. Actualmente, en encuentra en proceso el derrumbe de esas viviendas que quedaron deshabitadas para la apertura de la calle hacia Chilavert. Para fines de año se espera tener definidas todas las manzanas. Los nombres de las plazas y calles también serán definidas por votación por los vecinos en las asambleas participativas. "Estamos trabajando en conjunto. Esperamos con ansias para que comiencen las primeras mudanzas". dijo a LA NACION Marcos Chinchilla, vecino de la villa 20.